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La pobreza cede poco en Córdoba y estructura un bloque duro del 40%

Pese al repunte de algunos sectores económicos, Córdoba está dentro de las seis provincias con mayor pobreza de todo el país. Se profundiza la distancia con la ‘vecina’ Rosario, que registra 31% de pobreza y subió la indigencia, a diferencia de lo que sucede en otras provincias. En las últimas cinco mediciones la pobreza de Córdoba siempre estuvo por encima del 40% y advierten por el debilitamiento de la estructura del mercado laboral cordobés.

El deterioro de los indicadores sociales del Gran Córdoba es indisimulable. Hace una semana, cuando se divulgaron los datos del mercado de trabajo, se volvió a posicionar a esta jurisdicción como el aglomerado urbano con mayor desempleo de todo el país. Frente a una desocupación promedio del 6,9%, Córdoba mostró un 8,7%.

El argumento que esgrimen las autoridades provinciales frente a estos números tiene dos patas: que el empleo depende de la fragilidad de la macro y que Córdoba tiene más desempleo porque tiene una mayor tasa de actividad. Pero es un discurso difícil de sostener, toda vez que el desempleo de Córdoba es aún mayor que el de aglomerados con tasas de actividad similares – como el Gran Buenos Aires– o en comparación con jurisdicciones con mayor tasa de actividad, como el Gran Rosario. Así se ensaya una respuesta que no aborda el centro del problema y solo busca un punto de fuga rápido para instalar debates menos desagradables que comunicar.

Esta semana se conocieron, en tanto, los datos de la incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos. Lo común es asociar los valores de desocupación o subocupación a los niveles de pobreza que exhibe una sociedad. Pero en los últimos, y conforme la inflación se convirtió no ya en un fenómeno coyuntural y agudo, sino en una enfermedad crónica de la economía nacional, ese diagnóstico tan directo pierde sustento. En concreto, hace tiempo que la pobreza no se explica y no se reduce a la falta de empleo. Eso pasa en Córdoba.

Los datos que difundió el Indec dan cuenta de que la pobreza tuvo un descenso a nivel país y en las provincias en comparación con el primer semestre del año pasado, pero que ese camino comenzó a ralentizarse en los últimos meses. Y es muy heterogéneo, incluso entre provincias que podrían compararse.

Según la última medición, el 36,5% de la población del país es pobre; es pobre el 37% del Gran Buenos Aires, el 35,3% del Gran Paraná, el 31% del

Gran Rosario, el 16,2% de la Ciudad de Buenos Aires y el 40% del Gran Córdoba.

En las últimas mediciones se constata una recuperación desde el pico de pobreza que marcó la pandemia, muchas provincias muestran una reacción más dinámica, en tanto que Córdoba aparece más relegada en términos de combate efectivo a la pobreza. Así, ha integrado el lote de las provincias con mayor pobreza. Era la 8a provincia con más pobres en el semestre anterior. Hoy es la 6° provincia con más pobres.

Ese ranking doloroso lo encabeza el Gran Resistencia con 49,9% de pobreza, Concordia con 49%, Partidos del Gran Buenos Aires con 42%, luego San Nicolás-Villa Constitución con 40,7, Catamarca con 40,3% y Santiago del Estero comparte el mismo valor que Córdoba en 40%.

Al respecto, el economista y presidente del Centro de Estudios en Economía, Sociedad y Tecnología (CEESyT), Diego Dequino, encaró algunas reflexiones: “El dato que creo que es más revelador y fuerte es que estos valores ya llevan muchas ediciones. En las últimas ocho mediciones, en 3 años, el valor más bajo de pobreza en Córdoba fue 36,5%. Y en las últimas cinco mediciones, en 2 años y medio fue 40% o más. Eso demuestra que no es un fenómeno coyuntural, por eso pienso que no tiene tanto sentido comparar los mismos semestres, la pobreza no tiene estacionalidad, a diferencia del empleo, por ejemplo. Puede haber factores puntuales que inciden como la inflación y en estos meses va a hacer mucho daño porque desde junio está pegando saltos. Pero hay otros elementos más complejos operando”, dice.

“El otro punto es que desde que se mide la pobreza de nuevo, desde 2016, Córdoba siempre estuvo en el conjunto de las provincias con mayor pobreza. De los 31 aglomerados urbanos siempre ha estado entre los puestos 5 y 10 de mayor pobreza. La pobreza bajó tan poco en Córdoba con relación a la medición anterior que la situación relativa empeoró”, explica.

Lo grafica la comparación con el Gran Mendoza, que tenía una pobreza del 44,6% en el segundo semestre del 2021

y redujo la pobreza al 38,6% en 2022, seis puntos porcentuales de reducción de la pobreza. En el mismo plazo, Córdoba pasó del 40,4% al 40%.

En tanto, otros distritos, similares a Córdoba, como Rosario, que estaban un poco mejor, siguió reduciendo su número de pobres y alejándose de los valores que muestra Córdoba.

Salarios de frontera. Para Dequino hay elementos puntuales de la dinámica del mercado laboral de Córdoba que hay que empezar, para encontrar explicaciones de sustento a la menor reacción que muestra Córdoba.

“Creo que esto está hablando de que la dinámica del mercado laboral en Córdoba es menos enérgica que en Rosario, Mendoza y Capital Federal. Y, por otro lado, la remuneración, ya sea por productividad u otras condiciones, es más baja. Eso ayuda a entender la pobreza tan alta. No se crea tanto empleo como en otros distritos y, por otro lado, el empleo creado tiene valores más cercanos a la línea de pobreza que en otros distritos. Cuando vos combinás eso y le agregas inflación te termina dañando. Poca empleabilidad y salarios de frontera con la línea de pobreza para el empleo generado”, explica.

La economista e investigadora del Instituto de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Económicas (UNC) María Celeste Gómez, ensaya argumentos también en esa línea.

“A nivel nacional, lo que se esperaba antes del rebrote inflacionario es que continuara bajando la pobreza. Eso no pasó y eso también se refleja en Córdoba en un freno del 40%. Las causas no están asociadas a la falta de empleo. Hoy la centralidad del problema no es la falta de empleo. Empleo hay, pero es de tan mala calidad, que eso influye en los bajos ingresos. Entonces, en la medida que estos ingresos no traten de ir de la mano con lo que crecen los precios en general y las canastas alimentarias y totales en particular, eso no solamente no va a bajar, sino que se va a incrementar”, remarca.

En su análisis expone entonces que si el empleo no es problema, eso está hablando que el problema son los malos ingresos y que no se ajustan en relación con la inflación. Cabe esperar que esa brecha se vaya ampliando y tome una senda creciente.

“A la vez hay que decir que Córdoba tiene una combinación estructural de bajos ingresos y mucho trabajo joven que tiene mala calidad. Eso termina repercutiendo en la pobreza y en un patrón de pobreza distinto al que se registra en Chaco, Formosa, entre otras.”, dice Gómez.

Dequino también pone el foco en el desplazamiento que muestran ramas y sectores de la actividad privada de Córdoba como generadores centrales y masivos de empleo de calidad. Algo que queda graficado con el desmantelamiento parcial de buena parte del cordón industrial que tuvo la ciudad. Y que aún no pudo ser masivamente reemplazado por nuevas industrias. El vigor que mostraron los contact center se fue desinflando y la industria del software tiene graves problemas para incorporar masivamente recursos.

“El Gran Córdoba perdió esa centralidad que tenía la industria como motor de creación de empleo, cadena de valor y transmisión de renta. Eso se desmontó y no se produjo una estructura económica de reemplazo. Creo que puede venir por los servicios digitales, pero no está pasando. Entonces, en conclusión, lo que estamos viendo es que la pobreza y la desocupación de Córdoba se está comportando de modo parecido a lo que lo hace en el Conurbano bonaerense”, subraya Dequino.

Economía Y Negocios

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2022-10-02T07:00:00.0000000Z

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