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Plan para salvar a la Argentina

JORGE FONTEVECCHIA

Buenos Aires diciendo que era el cargo más importante de su carrera pública.

Para quien tiene vocación de servicio público, más importante que ser el próximo presidente sería ser el ministro que acumule las áreas de Educación, Salud, lo social con el nombre que fuere y Ciencia. Y que ese verdadero superministerio fuera resultado de un pacto entre oficialismo y oposición. El verdadero Pacto de la Moncloa que Argentina precisa es el “Pacto del desarrollo humano”, dándole a una persona, que las dos coaliciones respeten, autonomía operativa, política y presupuestaria. Así como se quería crear por ley el Consejo Económico Nacional, habría que hacer algo aun mucho mayor con el desarrollo humano, que finalmente será el motor de la economía.

Si el PRO está tan preocupado con la educación como declama, debería reconocer que el radicalismo tiene quien puede ocupar una función más importante aún que la del propio presidente; lo mismo el radicalismo, que además tiene una tradición en la materia ya que el mismo perfil sarmientino tenía Rodolfo Terragno en los años de Alfonsín; y lo mismo el Frente de Todos, sin especulación electoralista, sabiendo que tienen estima por Facundo Manes, acordar antes de las elecciones un primer y verdadero pacto antigrieta, el que precisa el país: el pacto del desarrollo humano.

Se podría imitar la Ley de Subvenciones, que en 1871 asignó las herencias sin sucesión directa y un octavo de las ventas de tierras públicas a la educación pública adaptándola a la época con un porcentaje de algún recurso público relevante: en Chile Pinochet había dispuesto un portaje de las exportaciones de cobre, el principal y más competitivo producto trasandino, para las Fuerzas Armadas; en Argentina, mucho más noblemente, podría ser Vaca Muerta para la educación (Lula quiso hacerlo con el petróleo del presal en Brasil). Gracias a la Ley de Subvenciones durante la presidencia de Sarmiento, la cantidad de escuelas aumentó el 50% y la cantidad de alumnos se multiplicó por tres.

Conversando por Radio Perfil con Agustín Salvia, investigador jefe y coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, sobre el 36,5% del último índice de pobreza del Indec, él me decía que una inversión contundente en educación tardaría algunos años en producir efecto

Se atribuye a la concentración del Conurbano como un escollo, pero podría ser una oportunidad

en la disminución de la pobreza mientras que los subsidios alimentarios, por ejemplo, combaten las consecuencias de la pobreza inmediatamente. Es cierto, pero atacar solo las consecuencias nunca resuelve el problema de las causas: la causa de la pobreza es la falta de desarrollo humano de parte de la población. Si en cinco años se pudieran incorporar al mercado del trabajo productivo 8 millones de los 17,3 millones de personas que están en condición de pobreza, el salto de crecimiento económico que se produciría sería superior al de Vaca Muerta, más el litio y otros minerales. Esas personas aumentarían la recaudación por sus aportes previsionales y bajaría el gasto público porque ya no precisarían subsidios, creando un doble círculo de superávit fiscal.

El hecho de que una gran parte del 36,5% se concentre en el conurbano bonaerense es visto como un gran escollo para el desarrollo del país y, tanto desde la izquierda (Grabois) como desde la derecha (Pichetto), propusieron despoblar el Conurbando creando condiciones para que quienes inmigraron desde el interior pudieran volver nuevamente a sus provincias.

Pero también en la concentración el problema actual podría convertirse en una gran oportunidad futura. Uno de los mejores libros del Premio Nobel de Economía Paul Krugman,

explica que el desarrollo se produce en mayor escala en los lugares del planeta donde hay concentración: por ejemplo en el noreste de America del Norte o alrededor de la cuenca del río Amarillo en China, porque la concentración genera beneficios de escala por reducción de costos de fletes en las industrias integradas, menor necesidad de logística en depósitos y esperas y especialización, que vuelve a aumentar la productividad por no tener que producir todo cada fábrica sino tener otras fábricas cercanas e integradas en una cadena de producción que, a su vez, se especializa en otros componentes. La división y especialización del trabajo con la mudanza del campo a las ciudades en la Edad Media fue el mayor salto de productividad en la historia de la humanidad. China creció los últimos cincuenta años absorbiendo en las ciudades la mano de obra que dejaba sin uso la ruralidad.

A veces tomar distancia del propio país, compararlo con el vecino y hablar con economistas extranjeros contribuye a poder comunicar mejor otra perspectiva estratégica.

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