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El documental imposible

Snuff Autor: Ariel Pukacz Género: novela Editorial: La Conjura, $ 2.000

OMAR GENOVESE Sergio Protoptka es un docente universitario de un seminario optativo sobre géneros cinematográficos marginales. Universidad del Conurbano, donde este falso Eisenstein retacea una colección de películas tal vez infames, producto de la simulación o de la violencia explícita, incluyendo la muerte retratada como fetiche. Existe un mito ahí, que incluye el tráfico de imágenes de las torturas en los centros clandestinos de detención, los chupaderos de la dictadura videlista. Sus alumnos circulan con interés en torno al tema, toman por objeto realizar un documental sobre cómo un equipo norteamericano supo realizar cierto clásico de este tipo, en el Delta, afamada zona de contrabandistas y suicidas. También de criminales ocultos.

Porque el tema de esta novela es el diferimiento de un suspenso: cuándo estallará lo inevitable, cómo, contra quiénes. Pukacz utiliza la visión de la alumna más aventajada, madura, mayor, quien contempla los avatares de las pujas internas de un grupo como síntomas de algo siniestro. Esa visión supina es acertada, también permite desplegar el plano de las relaciones que niegan algo de su propio deseo siempre insatisfecho. En el arte del cine, una cuestión es filmar, el acto mismo de recortar con la cámara, muy otro es el resultado en el encuadre. Lo que no está en la imagen es imposible su representación, ni en el montaje ni en los efectos especiales de posproducción. Como ocurre con una novela, si falta un rasgo no hay forma de implantarlo.

La dilación ronda en los hilvanes de la duda y la paranoia. Para realizar una película snuff hay algo tan perverso como el impulso psicópata, deshumanizar al otro para una faena sacrificial. La novela avanza desarrollando un conocimiento referencial, casi enciclopédico, de la historia de este cine revulsivo, con los personajes flotando en tal magma de inquietud: los efectos pueden ser nocivos. No todo se puede decir, hay algo insoportable en la verdad. Como instantes muertos, pero sin estar bajo este sol tremendo que dejó Carlos Busqued, la ficción deja de simularse a sí misma, hace un pliegue que envía al

El tema de la novela es el diferimiento de un suspenso. Pukacz utiliza la visión de la alumna más aventajada, madura, mayor, quien contempla los avatares de las pujas internas de un grupo como síntomas de algo siniestro

lector en procesión por otros defectos humanos. Por ejemplo, no hay moral ni ética, existe una escena vacía.

También, advienen las preguntas. ¿La prueba fílmica del crimen de Fernando Báez Sosa no es una producción snuff? ¿La caída de las Torres Gemelas no fue la consagración del género que replicaría Estado Islámico? ¿Acaso los carteles de la droga mexicanos no hacen de lo snuff herramienta de terror en la profanación del Estado? Esta novela anida en el cine: Días extraños (1995), de Kathryn Bigelow, donde se trafica la sensación de ser el otro (asesino o víctima); A Serbian Film (2010), de Srdjan Spasojevic, negación pornográfica de todo límite; y por último, The Act of Killing (2012), de Joshua Oppenheimer, producida por Herzog, en la que torturadores indonesios recrean sus habilidades como actores amateurs. Snuff, de Pukacz, debe ser filmada, una aventura amarga, imposible y necesaria.

10 - Cultura / Libros

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2023-02-05T08:00:00.0000000Z

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