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“El ladrillo fue una buena inversión, y eso explica el auge de mi sindicato”

J.F.

—¿Suterh es el caso más exitoso de un sindicato de trabajadores de edificios?

—Yo creo que el sindicalismo argentino es exitoso en ese sentido. Casi el 84% de los trabajadores de edificios está sindicalizado. Para nosotros es un orgullo. El trabajador de edificios es muy particular. Lo que te junta es el sindicato. Es gente que viene de otro lugar social y de golpe te toca una portería en pleno Barrio Norte o en Belgrano o en Recoleta. Es lo que le pasó a mi viejo.

—¿Cómo explicás el crecimiento del sindicato? En los últimos veinte años fue exponencial. ¿Tiene que ver con cómo está urbanizada la Ciudad de Buenos Aires?

—Hay épocas. Siempre el ladrillo fue una buena inversión. Por algo se llamaban edificios de renta. Los ricos del campo invertían su excedente económico en la Ciudad de Buenos Aires. En los 90, fue el auge de los barrios privados, por el tema de la inseguridad. El campo es un gran inversor en ladrillos.

—¿La dolarización y la bimonetarización de la que habló Cristina hizo que se construyeran más edificios de propiedad horizontal y después más countries?

—Puerto Madero es un caso típico. Tiene menos de un 50% de ocupación. Muchos sectores, especialmente el sector del campo, usan mucho los departamentos o los ladrillos para atesorar. Pasó en Rosario. Se generó un boom inmobiliario muy grande. Crecieron ciudades como Tucumán. Cuando empezamos en la Federación, a principios de 2000, teníamos menos de 15 sindicatos. Hoy son 34 sindicatos de Suterh. Cuando mi papá asumió en el sindicato, en el año 86, teníamos 12 mil trabajadores de edificios en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy somos casi 50 mil.

REPORTAJE

es-ar

2021-06-20T07:00:00.0000000Z

2021-06-20T07:00:00.0000000Z

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