AGRADECIMIENTO

Tuve la desgracia de enfermarme de coronavirus, con antecedentes de EPOC, y se complicó con neumonía bilateral, pero en medio de este problema, tuve la suerte de que me internaran en el Hospital Durand. Fue solo una semana en sala de coronavirus (2° piso 211) donde me atendieron de primerísima y pude apreciar el profesionalismo y la bondad de todos los profesionales que se cruzaron en mi camino. Los médicos, enfermeros, mucamas, camilleros y todos los que me atendieron en esa semana fueron una bendición, pese al cansancio que indudablemente tenían.

Dicen que cuando Lady Di visitó a la Madre Teresa de Calcuta, estaba bañando a un leproso y sorprendida le dijo que ella ni por un millón de libras haría ese trabajo; la madre le dijo que ella tampoco, esto solo se hace por amor. Salvando las grandes diferencias vi algo parecido en la atención a mi compañero de habitación, un hombre de 91 años con Parkinson y Alzheimer, atado de pie y mano para que no se arrancara las vías y canalizaciones, lo bañaban por lo menos 4/5 veces por día y le daban de comer en la boca con una dedicación y amor como si fuera su abuelo.

Juan José Ramos colmillosblancos@hotmail.com