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Protestas a caballo

RAÚL H. ÁLVAREZ

El acto de protesta llevado a cabo el 9 de julio en San Nicolás por productores y trabajadores rurales en contra de las medidas del Gobierno que afectan la actividad comercial del campo tuvo como un detalle destacado la presencia de Patricia Bullrich, quien declaró que participó en esa demostración como una persona común y no como dirigente política. Lo más llamativo del acto fue que la ex ministra de Seguridad apareció en la escena montada a caballo, vestida de camisa y jeans, y luciendo un sombrero de jipijapa color marfil y un elegante poncho con guardas indígenas.

Para poder predecir si una protesta de esta naturaleza podría dar el resultado deseado, deberíamos remontarnos al siglo XI y recordar a Lady Godiva, que fue la primera mujer que formalizó una protesta a caballo, considerada como la más audaz de la historia. Lady Godiva estaba casada con Leofric III, duque de Mercia (968-1057), el gobernador de Coventry, y los habitantes de esa ciudad padecían una agobiante presión tributaria. La dama suplicó a su esposo que disminuyera los impuestos sin conseguir resultado alguno. Harto de esos requerimientos, Leofric le dijo a su esposa que solo reduciría los impuestos si ella cabalgaba desnuda por la plaza central de Coventry. Semejante desafío fue aceptado y fue así que Lady Godiva paseó por las calles de la ciudad montada en un caballo blanco desnuda por completo. Los pobladores, que le tenían afecto y respeto, se pusieron de acuerdo para mantener sus ventanas cerradas y no contemplarla mientras hacía ese sacrificio, y esta promesa fue respetada, excepto por un curioso que pasó a la historia como “peeping Tom” y que luego fue castigado. Finalmente, la protesta de la dama a caballo logró el resultado deseado.

Esta historia, mezclada con la leyenda, fue conmemorada con un poema de Lord Alfred Tennyson y con una estatua esculpida por Sir William Reid Dick que adorna el centro de Coventry. Asimismo, el episodio está narrado en la película Lady Godiva, en la que Maureen O’Hara recrea aquel paseo cubierta solo por sus largos cabellos.

La diferencia entre esas dos protestas radica en que Lady Godiva montaba “a la amazona” (con las dos piernas del mismo lado) y el caballo era guiado por una monja que caminaba delante de él sosteniendo las riendas. En cambio, Patricia Bullrich montaba “a horcajadas” y ella misma tomaba las riendas como para que uno pudiera inferir que tiene capacidad de conducción y que sabe hacia dónde va.

La imagen de la Bullrich sobre el caballo me recordó a la de María Félix en la película Doña

Bárbara, basada en la novela de Rómulo Gallegos.

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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