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” entre ciencia y arte (fragmento)

NOVEDAD.

resulta muy iluminadora para pensar el bioarte porque justamente se esfuerza por reconocer que, aunque intentemos crear compartimentos estancos dentro de la academia, los conocimientos se nos escapan de las manos y necesitamos vincularnos con otras especialidades para poder construir, pensar y conocer.

—Interdisciplina, multidisciplina, pluridisciplina o transdisciplina. ¿Cuál es el término que mejor se acomoda a los procesos de análisis, intelección y creación del bioarte?

—Durante la investigación, este era un tema que me obsesionaba porque veía que se hacía un uso liviano de esos términos, utilizándolos incluso como sinónimos. Siguiendo el debate estrictamente epistemológico, la categoría que mejor describe la práctica del bioarte es la de interdisciplina. Sin embargo, el debate continúa, puesto que siguen apareciendo casos de obras que resultan difíciles de conceptualizar y creo que, en ese sentido, la cuestión de fondo es reconocer que estamos frente a un género que es especial y que al mismo tiempo está en construcción, porque queda mucho todavía por conocer sobre los procesos vivientes.

—¿Qué opinión te merece la producción teórica del centenario Edgar Morin?

—No soy especialista, pero creo que la obra de Edgar Morin contribuye a repensar los preceptos de la modernidad desde el paradigma de la complejidad que él propone y, al mismo tiempo, concluye virtualmente en 1994 una etapa de discusiones que se remontan a la década del 50, cuando C.P. Snow plantea en términos de “las dos culturas” las limitaciones epistemológicas de la separación artificial entre las

“Vilém Flusser, en la década del 80, estaba preocupado por el impacto que tendría la biotecnología en las artes y las humanidades.”

ciencias y las artes.

—¿Qué artistas del presente te resultan más estimulantes dentro del complejo entramado del bioarte y por qué?

—Te voy a mencionar tres grandes áreas dentro del bioarte que se han ido consolidando y creo que son muy pujantes. Son áreas que plantean preguntas, búsquedas, y que no se asocian a un elemento o técnica en particular. La comunicación interespecies, la experimentación con biomateriales y el azar en los procesos de vida. En todos los casos, Argentina tiene representantes indiscutidos que trabajan a lo largo y ancho de todo el país.

—Una de las referencias ineludibles al hablar de las formas nuevas tanto del arte como de la vida –y su imbricación ineluctable– es el filósofo Vilém Flusser. ¿Qué significa para ti su trabajo y por qué es tan relevante para el bioarte en general?

—Vilém Flusser, en la década del 80, estaba preocupado por el impacto que tendría la biotecnología en las artes y las humanidades. En ese momento ya advertía que no había que dejar en manos de los científicos el poder de decidir sobre la vida. Flusser nos orienta a pensar en la posibilidad de humanizar la investigación científica, reconectándola con la sensibilidad de la época, con la poiesis de toda creación, sea del ámbito que sea. Creo que el bioarte es un claro ejemplo de la utopía flusseriana.

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NOTA DE TAPA

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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