LA COLECCIÓN SOÑADA

Como es lógico, Hernán Cattaneo es dueño de una envidiable colección de vinilos. Son más de 15 mil, pero él dice que eso no es tanto: “Javier Zucker, un gran DJ de mi misma generación y también un muy buen amigo, tiene por lo menos el doble”, argumenta. El primer vinilo que tuvo Cattaneo fue Willy and the Poor Boys, de Creedence Clearwater Revival, regalo de una madrina que conocía sus gustos. “Es que mi mamá les decía a los familiares que me regalaran discos para mis cumpleaños o para las fiestas, que esa era mi auténtica pasión. Y desde ese entonces no paré de coleccionar”. Esos discos –y muchos de los que tenían sus hermanas, como The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd– forjaron el estilo de Cattaneo como DJ. “Fueron muy importantes para que consolidara en el futuro como un referente de lo que se conoce como house progresivo, que está muy marcado por el rock de los años 70”. Hoy, ya reconocido internacionalmente como un DJ de elite, Hernán recuerda sus inicios, cuando vendió un auto para comprar un pasaje a Nueva York y ver en vivo a Frankie Knuckles, uno de los máximos exponentes del house. “Fui exclusivamente para eso, e hice bien. Me quedé sin auto, pero muy feliz porque fue como un hacer un máster en Harvard”.