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En terreno de disputa

MARÍA AGUSTINA PARDINI

El campo argentino ha sido uno de los primeros escenarios del imaginario literario. Tiempo después del proceso de independencia, la llanura se consolidó como el verdadero espacio nacional y criollo. La dicotomía de la vida urbana y la vida rural surgió como una consecuencia natural, en ciertos casos considerando la pampa como un rasgo diferencial y en otros como sinónimo de barbarie. Los escritores romances buscaban plasmar la topografía nacional en las páginas en blanco.

Hace ya tiempo que la literatura contemporánea local viene revalorizando el espacio y la oralidad rural. Tal es el caso de Selva Almada, Mariano Quirós, Mariana Travacio y ahora también el de Carolina Sborovsky, que acaba de publicar La concordia, una novela sobre la vuelta al pasado, a la adolescencia y al campo.

Carolina Sborovsky nació en Concordia en 1979. Es egresada de la Licenciatura en Letras de la UBA y asistió a la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. Participó de la Escuela de Escritores del Rojas, trabajó para el área de Letras de la fundación TyPA y dirigió la editorial El fin de la noche. Publicó la novela El bienestar y compiló la antología de narrativa Replicantes y la de poesía Lo humanamente posible. En la actualidad, se desempeña como editora y escribe para distintos medios gráficos.

La protagonista de la novela, Inés, viaja al campo después de mucho tiempo de no haber ido. El viaje supone una vuelta al pasado, a los caballos, a la estancia y a su juventud: volver en el tiempo ya no con los ojos de una adolescente sino con los de una mujer adulta desacostumbrada a la vida rural. El desajuste no solo se da a nivel geográfico sino también a nivel espiritual, el mundo de la adolescencia pareciera estar esperándola para revelarle alguna especie de epifanía.

Aunque el punto de vista de la narración sea claro y se revele a través de la protagonista, por momentos pareciera tratarse de una novela coral con personajes secundarios firmemente construidos para contribuir con la atmósfera de tensión que, en ocasiones, la narración genera: “Arrancan y desandan el camino. Inés apoya la cabeza contra su parte del respaldo. Mira a Barboza, mide cómo encararlo. Amaga decir algo y al final no. Daro le acaricia la nuca, y ella cruje la mandíbula. Entonces enciende la radio, pero no encuentra más que ruidos en el dial y apaga”.

La prosa es el terreno de disputa entre el habla coloquial porteña y el vocabulario del interior, siempre fluida con oraciones y capítulos breves. La concordia se presenta como un título irónico para una trama en la que no siempre hay unión y conformidad.

Aunque el punto de vista de la narración sea claro y se revele a través de la protagonista, por momentos pareciera tratarse de una novela coral con personajes secundarios.

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2021-10-17T07:00:00.0000000Z

2021-10-17T07:00:00.0000000Z

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