Cuenta regresiva para el Plan Plurianual de Alberto

Comenzó la cuenta regresiva para presentar en el Congreso el preacuerdo con el Fondo Monetario y el Plan Plurianual que el presidente Alberto Fernández prometió para los primeros días de diciembre la noche misma en que el oficialismo perdió las elecciones legislativas.

Dijo que lo expondría los primeros días de diciembre pero, ya a horas de concluir noviembre, en el mismo Gobierno hablan de la primera quincena de diciembre. Una alta fuente gubernamental fijó la entrega “en la semana del 6”.

Esas mismas fuentes advirtieron que el Plurianual va a reflejar los mejores acuerdos alcanzados con el FMI pero eso es lo que ya se acordó en las negociaciones que se realizaron todos estos meses.

Para el Gobierno es una manera de acelerar los laxos tiempos del board del FMI pero pareciera haber pocas chances de cambiarle esos tiempos al organismo internacional.

En ese caso, el bendito Plan Plurianual saldría igual, más allá de lo que tarde en sellarse el acuerdo final con el FMI, que un sector del Gobierno espera que sea a fines de este año, aunque otros hablan de principios de 2022. Cerrar con el FMI es clave para volver a poner a la Argentina en el mapa mundial pero tan importante como eso es cambiar las expectativas domésticas. En eso se juega mucho de lo que pase con las reservas.

En el Gobierno apuestan a que el Banco Central salga a engordarlas de acá a fin de año para achicar la brecha cambiaria pero especialmente para mejorar las expectativas. Y en ese sentido, los ingresos genuinos que surjan de la mano de las exportaciones son el motor imprescindible para no fallar en el cálculo.

Desde el gabinete económico sostienen que tienen varias cartas en la manga para salvar el año 2021. Una de ellas es la cosecha, sin lugar a dudas, pero también consideran que las ventas al exterior de las mineras y de energía tendrán un rol troncal. Para las fábricas tienen mejores noticias que el propio sector porque en el Gobierno apuestan a que estarán un 4% por arriba de 2019, de la mano del repunte que proyectan en la economía brasileña, todo siempre y cuando la cuarta ola no imponga restricciones en Sudamérica y en la Argentina. ■