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“El río ya no es un lugar para escapar”

O. A.

—¿Cómo interviene un trabajo de escritura en la representación convencional del Delta como paraíso donde se conserva la naturaleza? MUNDANI:

Hace poco tiempo hubo una bajante inédita del río Paraná y eso afectó a todas las zonas vinculadas a su cuenca. Esta realidad nos obliga a pensar que la idea misma de paraíso es una trampa, creer que el Edén está fuera de nuestra cotidianeidad. Es curioso, nosotros creamos el infierno pero vivimos pensando en lugares a donde escapar. ¿Por qué no hacer de nuestro espacio un territorio habitable? La tradición de la literatura del río nos ofrecía la oportunidad de meternos en la vida de las personas que vivían en aquel territorio. Esto podemos verlo en nuestra tradición local y también en el gótico sureño, el Mississippi de Faulkner, por ejemplo. ¿Cuál era el paraíso en esas obras? Ninguno. Esta idea de un lugar de escape es propia de la mirada ajena, de quien desconoce el lugar y proyecta en él fantasías de huida. El problema es que hoy el río ya no es un lugar hacia donde escapar.

—“El río como devenir y la escritura como ancla, tal vez”, anotaste en un intercambio de cartas con Claudia Aboaf. ¿Qué permite apresar la literatura?

M: Pienso en la literatura como una huella, un índice que, en algún momento, cercano o lejano al tiempo de escritura, puede decirnos algo de una comunidad. Así como las pinturas rupestres nos cuentan la vida de hace de miles de años atrás, las historias escritas son botellas lanzadas al mar de la lectura. Pero no lo pienso solo en la instancia de recepción de esas obras, esa huella para quien escribe implica la tarea de pensarse, de mirar alrededor, de decodificar formas, costumbres. Imaginar otros mundos posibles también es una forma de dejar un rastro en el camino. ■

NOTA DE TAPA

es-ar

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

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