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El sentido de una vida

JUAN RAPACIOLI

Una presencia ideal

Autor: Eduardo Berti Género: relato

Otras obras del autor: Rockología, La mujer de Wakefield, Vidas de hotel Editorial: Compañía Naviera Limitada, $ 1.200 Traducción: C. Ramón Schwartzman

Inspirado en su estadía en una unidad de cuidados paliativos de Rouen, Francia, el nuevo libro de Eduardo Berti aborda la experiencia de habitar ese universo clínico a través de ópticas diversas: médicos, enfermeros, auxiliares, practicantes, secretarios y otros trabajadores de la salud que, ante el peso del dolor y la omnipresencia de la muerte, construyen una intimidad de gestos, confesiones, estrategias, complicidades y revelaciones que no busca evadirse de lo inevitable, sino proyectar otra vida dentro de esa vida. Un retrato cuidado sobre un mundo particular que no se agota en la anécdota personal, sino que reflexiona a través de la ficción sobre las distintas formas que adopta la pulsión de vida.

Lo primero que hay que decir del libro de Berti es que es una ficción. Una ficción construida con las voces que escuchó en su residencia médico-literaria del Centre Hospitalier Universitaire de Rouen, Francia, entre abril y diciembre de 2015. Pero, al tratarse de una ficción, no habría que descartar la respiración artificial que sobrevuela los relatos y, sobre todo, un elemento que sirve para comprender el tono del texto: el lenguaje que Berti utiliza para narrar. Este lenguaje es el que teje los hilos invisibles de las voces asimiladas por el autor, configurando un efecto más cercano al del cuento que al de la crónica. Aunque, como señala Berti en la introducción, el libro pretende rendir homenaje a todo el personal de todas las unidades de cuidados paliativos, la lengua ficcional de los relatos no refleja ese mundo médico, sino que construye su propio mundo literario con los restos de esa experiencia. Un mundo que, con sutileza y sin golpes bajos, muestra que la vida hospitalaria no es solamente una forma de institución, sino algo más complejo, más abierto: una comunidad.

Decía Ricardo Piglia que “la estructura de la novela de Puig es faulkneriana, narración coral a partir de narradores que a la vez intervienen y son testigos de los hechos”. En el caso de Berti, los narradores –en su mayoría narradoras– componen (en cierto sentido, es un relato musical) un abanico de miradas sobre la vocación del cuidado, la voluntad de aliviar el sufrimiento, las formas de vincularse con los pacientes (y con los familiares de los pacientes) y la necesidad de inventar, sin falsear, una esperanza incluso frente a contundencia de lo real. Los relatos del libro son tristes, cómicos, inquietantes, y ofrecen visiones íntimas de un trabajo que se mueve en el borde la vida y la muerte, entre la expectativa y la clausura. Pero más allá de las voces, algunas firmes, otras dubitativas, es en el tono del texto –delicado, tierno, compasivo– donde Berti encuentra el efecto sensible. Lo que se escucha, desde la operación ficcional, son las pequeñas verdades de quienes encuentran en el oficio un sentido para sus vidas. Y las distintas formas de contar ese oficio.

Pero más allá de las voces, algunas firmes, otras dubitativas, es en el tono del texto –delicado, tierno, compasivo– donde Eudardo Berti encuentra el efecto sensible

LIBROS

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2022-01-23T08:00:00.0000000Z

2022-01-23T08:00:00.0000000Z

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