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Empezó a llegar energía brasileña luego de las negociaciones Scioli-Guzmán

AYUDA .

zas Armadas con golpes que incluyeron el bombardeo a la Plaza de Mayo y el apoyo entusiasta de contingentes civiles. Nadie se propuso seriamente dialogar con Illia, antes de obligarlo a abandonar la Casa de Gobierno. Y no sigo hacia atrás, porque la historia conoce la revolución contra Yrigoyen en 1930 y el golpe a Castillo en 1943. No se agotaron las condiciones del diálogo, sino que las remociones de ambos presidentes estaban decididas. No los salvaba ningún diálogo que ya se había extenuado por inutilidad.

Aprendimos de esos golpes de Estado. Lo mejor que aprendimos es que tuvieron consecuencias diferentes. Vamos al golpe más cercano al presente: ni Videla ni Massera pensaron en dialogar con Isabel Perón ni con los jefes de Montoneros o del ERP que pensaban borrar de la faz de la tierra con un método lejano al diálogo político. ¿Algo hubieran cambiado las cosas si hubieran dialogado? Quien piense que las cosas hubieran cambiado no ha leído la historia donde se enfrentaron de modo inconciliable.

El golpe de 1976 fue tan sangriento y nefasto, incluso para quienes comenzaron apoyándolo, que los argentinos aprendimos a darle al diálogo un lugar importante. Pero no volvamos a equivocarnos. No se dialoga solo para ceder.

También se dialoga para conseguir acuerdos que respeten algunas de las reivindicaciones de ambas partes implicadas. Y el respeto que reciban esas reivindicaciones, expresado en los resultados obtenidos, no tiene que ver con los mejores dialoguistas sino con quien reconoce que sus posiciones se han ido debilitando. Eso le sucedió a la última dictadura, carcomida por fuertes disensiones internas y el creciente repudio movilizado en las calles.

O sea que dialoguemos tranquilos. Pero, mientras tanto, pensemos que el resultado del diálogo depende de la fuerza social, organizativa, económica y moral, de los implicados. La experiencia enseña que no siempre gana el mejor dialoguista, sino el más poderoso por su organización o sus recursos, que pueda ordenar bien a sus seguidores y controle instituciones a las que se llega solo indirectamente por el voto. El diálogo también puede fundar una sólida hegemonía intelectual de largo plazo, como la que tuvieron algunos partidos comunistas europeos antes de ser reprimidos y liquidados por el fascismo. Gramsci lo probó en la cárcel. Y, ya que se ha citado al gran teórico de las culturas populares, me permito un refrán rioplatense: “Hacen falta dos para bailar un tango”.

Argentina comenzó a recibir energía eléctrica de Brasil, en el marco del acuerdo energético alcanzado entre ambos países, impulsado por el ministro de Economía, Martin Guzmán, y el embajador argentino Daniel Scioli.

Se trata de los excedentes disponibles en Brasil, que serán devueltos por la Argentina bajo la medida de swap y permitirá disminuir el costo de la matriz eléctrica argentina en un período del año donde se presentan los valores más altos y reducir así la necesidad de subsidios por parte del Estado.

El entendimiento con el país vecino se logró en abril, cuando el encargado el funcionario viajó a San Pablo y se reunió con Bento Albuquerque, ministro de Minas y Energía de Brasil, y acordaron la disposición de 2 gigavatios de energía eléctrica.

“Brasil va a garantizar la seguridad energética argentina poniendo a disposición energía eléctrica entre mayo y septiembre”, le dijo en su momento Guzmán a Télam. Y agregó: “Nos da horizonte de mucha mayor certeza en el campo energético para dar previsibilidad a la demanda”.

Las importaciones llegan casi a 2000 MW medios por hora a través de la conexión entre las conversoras Garabí

I y II de Rio Grande do Sul y de la Subestación Rincón Santa Maria en Corrientes.

También, se facilitó el canal para que Cammesa alcanzara un acuerdo por la compra de energía de generación térmica a un costo significativamente inferior y así generar una mayor reducción de costos.

POLÍTICA ECONÓMICA

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2022-05-15T07:00:00.0000000Z

2022-05-15T07:00:00.0000000Z

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