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Tambores de ruptura.

JxC “nunca estuvo tan cerca de romperse”, confiesa un dirigente, pese a que públicamente todos hablan de unidad. La centralidad de Macri es uno de los puntos de fricción.

GABRIEL ZIBLAT

“Nunca estuvimos tan cerca de una ruptura”. El experimentado dirigente de Juntos por el Cambio, acostumbrado ya a atravesar momentos de tensión con sus compañeros de partido y con los socios, refleja el estado de ánimo que se vive en la principal alianza opositora. Cada vez que son consultados por la unidad ninguno de los principales referentes la pone en duda, sin embargo, ya son cada vez más los dirigentes que advierten que se está tensionando la cuerda más de la cuenta.

Hay muchos factores que vienen generando este clima convulsionado en JxC, pero hay uno que pica en punta: el fortalecimiento de Mauricio Macri, que logró recuperar centralidad, está crispando ánimos tanto en el PRO como con los aliados. El lunes, en un almuerzo con referentes de su partido planteó que no había que dejarse marcar la cancha por el radicalismo y la Coalición Cívica en el Congreso. El jueves, en un zoom con el bloque de Diputados fue más concreto: “La unidad por la unidad misma no sirve si no representamos el cambio”. “No podemos ir hacia un lugar que seamos un siga-siga y no un cambio real para la Argentina”, agregó. Fue música para los oídos de Patricia Bullrich, quien durante los últimos dos años y medio venía repitiendo que el gobierno de Cambiemos había sido un “sigamos” y el ex presidente se lo cuestionaba.

“Estoy enojado y desanimado”, confesaba un diputado luego de leer las declaraciones de Macri. “Si quieren diferenciarse todo bien, pero que sea con mínimos códigos, no se puede coordinar nada así”, aseguró, y coincidió con su colega sobre las posibilidades de una ruptura.

El concepto de Macri es que JxC no puede seguir votando iniciativas que signifiquen creación de nuevas estructuras burocráticas, aumento del gasto o de impuestos. La reglamentación del cannabis medicinal o la ley de HIV votadas hace diez días quedaron en el centro de la escena. Por las dudas, desde la Coalición Cívica ya se pusieron a buscar todas las “votaciones populistas” del PRO, como los subsidios energéticos en “zonas frías” o el régimen de viñateros. “Ahí no los arrastró la UCR o la CC, los arrastró Máximo”, ironizan. Uno de ellos ya les encontró un apodo: “Halcones sin garras”.

Pero el problema no se está generando solo entre socios. Puertas adentro del PRO este endurecimiento planteado por Macri genera rispideces. Néstor Grindetti, intendente de Lanús, renunció a su puesto en la mesa del partido en la Provincia luego de que la conducción macrista tirara por la borda una negociación que venía liderando en la Legislatura. Es la que preveía cambios en la ley del Banco Provincia luego de los cambios en el esquema jubilatorio que impuso María Eugenia Vidal. Según los diálogos que tenían con el procurador, Julio Conte Grand, y el juez de la Suprema Corte Sergio Torres, esa reforma tiene destino de ser declarada inconstitucional, generando demandas millonarias de los damnificados. Por eso recomendaban avanzar en una nueva ley negociada con el kirchnerismo. Un tuit de la ex gobernadora, luego del endurecimiento planteado por Macri, dinamitó el diálogo.

Esa centralidad que recuperó Macri también viene generando tensiones en los proyectos presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich. El jefe de Gobierno porteño se vio obligado a endurecer sus posicionamientos (aunque sin dejar de lado su discurso antigrieta), al punto tal que le cerró la puerta al diálogo al kirchnerismo y la izquierda. Y en su entorno agregaron a Sergio Massa. Fue Fernando Straface quien esta semana declaró que “JxC nunca va a tener nada que ver con el kirchnerismo, incluido Massa”.

No obstante, Larreta también se encarga de decir que si Macri decide candidatearse él está dispuesto a competirle en las PASO. “Sí, es lo que nos dice, pero no puede no decirlo si quiere ser presidente y yo quiero ver para creer”, confiesa un dirigente del interior que tuvo esa charla. En ese sentido, ya hay quienes le hacen llegar la idea de que empiece a construir fuerte con los radicales y lilitos, en todo el país, para estar listo para ese enfrentamiento.

Del lado de Bullrich saben que su situación es más compleja si Macri decide postularse. Compiten por el mismo votante. Por eso, la presidenta del PRO le bajó línea a su equipo para dejar de hablar de las internas.

“nunca estuvimos tan cerca de una ruptura”, asegura un experimentado dirigente

“nadie quiere liderar una coalición perdedora, y acá hay chances de ganar.”

“Hay que tomar distancia de todo hasta 2023, el modelo de poder kirchnerista es nuestro único adversario y no podemos distraernos”, les dijo. Mientras tanto, aseguran, construirá para demostrarle a Macri que ella terminaría siendo electoralmente más competitiva. Por las dudas, ya lo buscan limar y por lo bajo hacen una comparación con Sebastián Piñera, el chileno que volvió a la Presidencia después de un período y tuvo una gestión dificultosa.

Las tensiones en el PRO y el panorama interno de cara a 2023 le quedaron en claro a Elisa Carrió, cuando el lunes último, en la cena de la Fundación Libertad, escuchó el discurso de Rodríguez Larreta. Lo vio como un acto de “desesperación” por captar apoyos y entendió que el macrismo estaba usando el evento para discutir sus diferencias. Se levantó y se fue antes de que hablaran Bullrich y Macri. “Me fui antes para no tener que irme con mi carterita cuando hablase Macri”, confesó, recordando el evento de la retirada de un acto con su cartera mientras hablaba Pino Solanas, lo que significó la ruptura de UNEN. En la intimidad también dice que la unidad no se discute, pero asegura que está cansada de las “hipocresías” y se prevé que seguirá tensionando.

En el radicalismo tampoco creen que haya que romper JxC, pero están dispuestos a seguir marcando distancia de Macri. Algunos apuntan a Facundo Manes y aseguran que lo escucharon plantear que, de romperse el oficialismo, habría margen para armar otra alianza por el centro. En su entorno lo desmienten, aunque reconocen que él sí plantea “repensar la coalición, porque la situación del país no es la misma que cuando se creó Cambiemos”. “Nadie habla de romper, sino que todos quieren diferenciarse para conseguir el liderazgo. De hecho con todas estas tensiones no se fue nadie”, razona una fuente con años de conocer todas las internas del espacio. Y remata: “Nadie quiere liderar una coalición perdedora, y acá hay chances de ganar”.

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2022-05-15T07:00:00.0000000Z

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