Qué hacer con las drogas

Fue una decisión inédita y representó un gesto contundente de la Corte Suprema. Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti se presentaron este jueves en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario para encabezar un foro organizado por la Asociación de Juezas y Jueces Federales (Ajufe) al que fueron invitados magistrados de todo el país con el objetivo declarado de respaldar a los funcionarios judiciales rosarinos que intervienen los casos de narcotráfico más complicados del país.

“Para enfrentar al narcotráfico con eficacia hay que hablar de algo más. Hay que hablar de la necesaria decisión política para enfrentarlo, la existencia de un Estado cohesionado con recursos inteligentemente utilizados y una sociedad comprometida”, señaló Rosatti. “La decisión política no debe limitarse a la etapa represiva del delito, es decir una vez que este se ha consumado o cuando está consumándose; tampoco debe circunscribirse a la etapa previa o anticipatoria del crimen: todo ello es necesario pero insuficiente”, completó el presidente de la Corte.

Según el último informe elaborado por el Observatorio Argentino de Drogas, que depende del Sedronar, se estima que en 2019 hubo en Argentina 13.182 muertes atribuibles, parcial o totalmente, al consumo de drogas. Esto representa el 16,3% de las muertes totales de personas de entre 15 y 64 años y se traduce en una tasa bruta de 45,7 casos cada cien mil habitantes. Las muertes relacionadas al consumo de drogas son, en mayor proporción, causadas por enfermedades cardiovasculares (42% y 19,2 casos cada cien mil habitantes) y por neoplasias (38,8% con 17,7 casos cada cien mil habitantes), ambas de estimación indirecta.

La “decisión política” que reclama la Corte Suprema es indispensable para luchar contra el narcotráfico, porque se trata de una lucha que va mucho más allá del plano militar. En Qué hacer con las drogas, Juan Gabriel Tokatlian demostró que la “guerra contra las drogas” ha fracasado en todo el mundo, tal como lo demuestra la historia reciente de Estados Unidos desde que Richard

Nixon declaró su guerra al narcotráfico en los setenta, hasta que se produjo un fenómeno criminal sin precedentes que, más tarde, se extendió internacionalmente siguiendo las presiones e intervenciones diplomáticas y militares de Estados Unidos.

Es que la lucha contra las drogas impregna todos los niveles políticos, sociales y económicos. En Carne de carátula: experiencias etnográficas de investigación, juzgamiento y narcotráfico, Brígida Renoldi demostró que el tráfico de drogas ilegales articula varios niveles, en tanto es mercadería en movimiento: el nivel local, que responde a la localización inmediata de las experiencias, donde se conducen actividades cotidianas en diferentes redes sociales e instituciones; el nivel regional, que responde a la definición cultural y política que adquieren los habitantes dentro de un territorio; y los niveles nacional, internacional y transnacional que se refieren a la existencia de los Estados-naciones y a sus relaciones internas y externas.

El encuentro de Rosario, titulado “El juzgamiento del narcotráfico”, advirtió que el narcotráfico entró en una segunda fase en Argentina: ya no se habla sólo de consumo y distribución, sino también de sicarios, homicidios, lavado de dinero, extorsiones, comerciantes presionados y secuestros extorsivos. Para hacerle frente a este flagelo, la Corte Suprema propuso crear una agencia especial dedicada al narcotráfico integrada por representantes del Gobierno, fiscales judiciales, de lavado de dinero y control de fronteras.

Se trata de una lucha urgente, como bien lo demuestra Rosario. En Los monos: Historia de la familia narco que transformó a Rosario en un infierno, los periodistas Germán De los Santos y Hernán Lascano documentaron cómo el ascenso de la familia Cantero en la ciudad santafecina se convirtió en un caso único dentro del hampa: delincuentes comunes y marginales en sus orígenes que se enriquecieron en pocos años corrompiendo a Rosario, dando batallas sangrientas y asesinando a sus competidores.