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La ira, combustible peligroso para el fuego del humor social

PURGATORIO.

en la Segunda Guerra. Olvidó recordar el pacto Molotov/Ribbentrop, gracias al cual las tropas hitlerianas invadieron Polonia desatando la barbarie en Europa, cuya expresión más perversa fue la caza de judíos que culminó en el Holocausto. Nuestro país, convenientemente neutral (pero con indudables afinidades) fue después refugio seguro de criminales notorios; y, poco antes del actual genocidio, el presidente Alberto Fernández se mostró cordial y generoso con el déspota ex KGB, quien carece aún de un Pablo Neruda que le dedique una oda…

AFICHE

Alfredo L. Durante aconsulto@hotmail.com

Repasando la historia de los últimos 15 años, para no ir más atrás, de aquellos que hoy son los reyes de la chicana y la sarasa, gente como Macri, Máximo, el autodenominado Albertítere y la reina Cristina de Tolosa, por citar a los que llenan los portales de noticias de un país agobiado por las deudas y la miseria creciente, con una sociedad en descomposición, enfrentada y sin rumbo de la cual descreen todos, “solo le falta pa’completar” (como dice el tango) que alguno de ellos se tiente con la idea de volver (por citar otro gotán). Lo más triste es que ni siquiera encontramos alivio recurriendo a latiguillos como “roban, pero hacen” o aquello de que “no comemos vidrio”, porque hemos tragado vidrios, sapos, tornillos y todo lo que se pueda imaginar uno para llegar a donde llegamos.

Dan ganas de balearse en un rincón.

Otto Schmucler oschmucler@gmail.com

GUSTAVO GONZÁLEZ

Entre tanta propuesta inútil que uno recibe de los medios (Macri, Cristina y su hijo, Milei y Espert y un montón de vacuas proposiciones como Horacio Rodríguez Larreta) es reconfortante que alguien, Gustavo González, nos recuerde al ministro de Economía de Duhalde (los de La Cámpora no parecen recordar este período) y Néstor Kirchner.

Un par de frases:

“…hasta parece razonable que se haya vuelto a pensar en la persona que encarna la última época de crecimiento del país (promedio anual de casi el 9% del PBI)”.

“…A falta de inversión externa (que tampoco existió cuando fue ministro ni fue significativa cuando Macri abrió el país al mundo), el Estado debe procurar herramientas para promover la inversión interna. La suma de “microinversiones” para generar una “gran inversión”.

La primera frase sostiene mi pesimismo respecto de en qué estamos pensando los argentinos, impulsados por la mediocridad de muchos medios, cuando parece que las dos únicas opciones son:

Cristina Kirchner que no supo resolver el drenaje de 6 mil millones de dólares anuales de turismo argentino en el exterior y otros 6 mil millones en desbalance de la “industria automotriz argentina”.

Mauricio Macri, tanto peor, que solo atendió el casino de las actividades bursátiles de Argentina. Esta inutilidad de la actividad bursátil se ve sustentada por el segundo párrafo seleccionado (un mercado de valores que no sirve para impulsar actividades económicas que generen divisas con trabajo genuino y creativo incorporado, no vale nada, es una timba berreta comparada con Las Vegas). Pareciera que como sociedad no sabemos distinguir a los que cuando tuvieron el timón en sus manos pilotaron con razonable eficiencia (Lavagna) de los que nos desbarrancaron (Cavallo con Menem), Me parece increíble, pero se evidencia en la opinión pública esa falla de ponderación.

Ramiro Marra, del coro de Javier Milei, se queja cuando los piqueteros “no lo dejan ir a trabajar”. Al declararse broker (o sea actor de la timba financiera) siento que si algo bueno hacen los piqueteros es evitar que ese señor concurra a cumplir su decadente actividad.

César Salo c-salo@hotmail.com

BUENA NOTICIA

La reapertura del Teatro Regina en la avenida Santa Fe de CABA es muy importante por lo que significa para la Ciudad, los trabajadores del rubro teatral, los artistas y además el desarrollo económico del área próxima al mismo. Todo sencillamente hermoso. Además pude presenciar junto a amigas la obra "Así Vuelvo" de Aníbal Pachano, una realización artística digna de recomendación. Reconocimiento a un gran artista con un grupo de jóvenes actores que merecen ser vistos.

El Teatro parece que así vuelve.

Oscar Ernesto Magnífico magnifico_oscar@hotmail.com

“No se trata de poner un micrófono y dejar que cada cual diga lo que se le antoje. Eso no es periodismo. Nunca lo ha sido. Y eso vale para los encapuchados y también para quienes transmiten mensajes de odio, discriminación, clasismo, poder omnipotente, impunidad. Si hay algo común en nuestros países son los medios de comunicación que prefieren no ver, no escuchar y no difundir ciertos hechos que impactan en la sociedad. Presiones, censura, autocensura o comodidad están en el origen. Y a veces, porque el miedo copa tus sentidos –y es tan potente como la cooptación– cierra ojos y oídos”.

Estos párrafos corresponden a una columna publicada en agosto de 2021 en el consultorio de Ética Segura de la Fundación Gabo, referente indispensable cuando se trata de alimentar un análisis sobre las dificultades que suelen encontrar periodistas y medios de comunicación de estas latitudes (y de otras) cuando se proponen abordar temas que pueden ser afectados por fuentes no idóneas vinculadas con el Poder. Su autora, la periodista chilena Mónica González, analizaba en su artículo las reacciones que tienen quienes ejercen este oficio en relación con manifestaciones de enojo colectivo y de ira, muchas veces potenciadas por los discursos poco felices de algunos comunicadores, panelistas, columnistas y periodistas devenidos en operadores políticos en buena parte de los espacios televisivos y algunos gráficos y radiales. No incluí lo que se puede apreciar en las redes, porque esto es aún peor en ellas, generalmente sin filtro alguno para limitar la virulencia de los mensajes.

Cómo controlar la ira es un desafío para psicólogos y sociólogos: la individual requiere un gran esfuerzo de autocontrol para que sus manifestaciones externas no afecten a otros; la colectiva exige paciencia y comprensión por parte de quienes tenemos la responsabilidad de transmitir información, pero también pautas de conducta social. Esto viene a cuento por los acontecimientos que derivaron de una acalorada discusión ante las cámaras de un conductor televisivo y un actor otrora identificado por su humor e irreverencia. Fueron escenas violentas, aunque no llegaron al extremo de la agresión física. Escenas que se repitieron decenas de veces en casi toda la grilla televisiva y en espacios radiales, abriendo una polémica que aún no cesa.

En verdad, de lo que se trata en estos días es de analizar si se trató de un hecho aislado o formó parte de un estado inquietante, una muestra de lo que está bullendo en el humor de la sociedad. Tres meses antes de la publicación citada más arriba, la misma autora había señalado en el Consultorio Ético: “En tiempos de convulsión social y de grave crisis política, institucional y económica, cuando nuestra democracia cruje, la veracidad y oportunidad de la información, la dimensión ética del periodismo emerge como una gran herramienta para intentar defender el derecho a la vida de los ciudadanos”.

Intentaré ser claro en lo que estimo una tarea indispensable en estos tiempos tan complicados de la Argentina, con un nivel de pobreza que cede poco, con una desocupación abierta o encubierta que afecta a millones de personas, con niños que no reciben educación por carencias propias y por falencias de los Estados nacional y provinciales, con violencia apenas contenida, con un crimen organizado cabalgando sobre el tráfico de drogas fuera de control, con creciente desigualdad entre quienes más tienen y quienes casi nada tienen. No somos los periodistas los responsables de esos males, sino las meras correas de transmisión informativa entre lo que pasa y la gente.

Sin embargo, sí nos cabe la responsabilidad de actuar con mesura, sin exabruptos ni palabras o gestos que pueden redituar audiencia, pero no equilibrio.

La fama no es nada si se alimenta con el odio, propio o ajeno.

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2022-05-15T07:00:00.0000000Z

2022-05-15T07:00:00.0000000Z

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