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Danzas españolas con lewis Carroll preguntas de

la bailarina interpreta su propia coreografía, basada en Alicia en el país de las maravillas pero con abanicos y castañuelas.

ANALÍA MELGAR

La bailarina María Eugenia Seijó combina danzas españolas (folklóricas y de escenario) y teatralidad contemporánea. Se destaca en el Ballet Hispania, dirigido por Graciela Ríos Saiz, y paralelamente desarrolla proyectos independientes. Con libertad para combinar el espíritu ibérico y temas cosmopolitas estrenó Alicia a contratiempo. Aquí, lleva el universo del personaje más famoso de Lewis Carroll, al movimiento, con un uso inesperado. La obra puede verse por streaming los jueves a las 20.30.

—¿Cuál es el origen de tus líneas de trabajo diversas y complementarias?

—Desde los seis años, mi madre, Beba Seijó, maestra de danza, me enseñó el repertorio de las cuatro escuelas de la danza española: bolera, folklore, estilización del clásico y flamenco. Mi otro tronco de formación ha sido con Graciela Ríos Saiz, quien me convirtió en bailarina. También hice la carrera de Teatro Danza en la Universidad Nacional del Arte, y eso completó mi tendencia a lo creativo, la composición coreográfica y el manejo de objetos.

—¿Cómo se produce el cruce de lo folklórico y lo contemporáneo?

—Se trata de traer a la actualidad melodías y ritmos que pertenecen a una cultura del pasado. Trabajo con músicos como David Dorantes, que hace flamenco pero desde el piano; Ariadna Castellanos, que toca flamenco con fusión jazzística; o Samain Music, capaz de mezclar abandolaos (un tipo fandango, tradicional andaluz), con música electrónica. Lo folklórico no tiene que momificarse ni ser una pieza de museo.

—¿Cómo se plasma esto en la danza?

—Uso lo español porque es mi lenguaje materno de movimiento, es la primera manera en que me muevo. Pero el movimiento es abstracto; depende de cómo se combina con música, vestuario y objetos, va a suceder algo diferente. Busco contar historias que queden abiertas. Saco de contexto las cosas: al unir elementos de naturalezas diferentes, se generan nuevos significados.

—¿Por qué y cómo llegaste a incorporar la obra “Alicia en el país de las maravillas”?

—Me interesaba la filosofía de ese texto, sus reflexiones sobre el ser humano, sus preguntas más esenciales sobre la vida. Tomé frases sueltas de la obra y las complementé con textos míos. Tomé la esencia de Alicia: una mujer en un espacio que no conoce y que no sabe dónde está; ese lugar le genera preguntas. Busca llegar, encontrar respuestas. Esta Alicia pregunta todo el tiempo, y los personajes del libro están reemplazados por una voz en off. Así me alejo del lenguaje infantil y hago una obra para adultos. Resuenan frases como “Alicia, ¿quién eres?”, “El orden correcto de las cosas es una incógnita para mí”, “Si no sabes hacia donde vas, cualquier camino puede llevarte”. Son planteos filosóficos existenciales que pueden repercutir en cualquiera.

—En el marco de teatros plenamente abiertos, ¿por qué ofrecés esta obra para verla desde las pantallas?

—La obra siempre estuvo pensada para hacerse presencial, pero a comienzos de año, frente a la evolución del Covid opté por filmarla y transmitirla vía streaming. La pandemia mostró el enorme potencial del formato virtual, para llegar a público más lejano e incluso internacional, que nunca llega a las funciones en CABA. El video aportó encuadres y climas en cuanto a la iluminación, que serían imposibles en vivo, a lo que se suma la dirección de Luciana Prato en la elección de las tomas de dos cámaras.

ESPECTÁCULOS

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2022-05-15T07:00:00.0000000Z

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