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Viuda negra.

NADIA GALÁN

Cuando tenía 18 años, Aldana Díaz fue el señuelo de un plan para robar y asesinar a un hombre. Esta semana recibiría perpetua.

Aldana Rosarno Díaz fue la encargada de llevar a cabo un plan criminal en 2018 que “por codicia” terminó con la vida de Gustavo García Ibáñez (36). Primero organizó un robo en la casa de la víctima en Banfield para sustraerle el dinero por la venta de un auto, con la complicidad de su novio y dos personas más. Diez días después, condujo a Gustavo hasta su propia casa, en Ezeiza, donde finalmente lo mataron. Ahora, un jurado popular la encontró culpable del crimen pero falta que el juez le fije la pena. Podría recibir perpetua, la misma condena que cumple Nahir Galarza.

Con 18 años, fue la encargada de llevar a cabo un plan criminal que “por codicia” terminó con la vida de un joven al que enamoró y condujo hasta la muerte. Aldana llevó a la víctima hasta su casa, en Ezeiza, y allí fue emboscado por otros dos hombres. Gustavo García Ibáñez (36) fue asfixiado hasta la muerte y para deshacerse del cuerpo prendieron fuego la propiedad.

Aldana Rosarno Díaz (22) no tenía antecedentes. Vivía en una casa ubicada en la calle Derqui 1162, en la localidad bonaerense de Ezeiza, que le alquilaba su mamá, una docente. Pero en diciembre de 2018 protagonizó tres hechos que marcaron su destino.

Un jurado popular, por decisión unánime, la declaró culpable del asesinato de Gustavo, el jueves de la semana pasada. También fue condenado su entonces novio, Axel Segovia (26). Ahora resta que el juez Luis Gabián les dicte la pena que deben cumplir, que podría ser a prisión perpetua.

Cronología. Fueron tres hechos en días distintos, pero que conformaron un mismo plan criminal. Todo comenzó el 19 de diciembre de 2018, cuando tres personas ingresaron a robar en la casa de Gustavo, ubicada en Belelli 1381 de la localidad bonaerense de Banfield.

La chica, en ese momento, dijo que fue sorprendida por desconocidos cuando salió a sacar la basura. Los ladrones buscaban plata. Pero no cualquier monto, sino que sabían que el joven tenía una suma específica de dinero por la venta de su auto. Le reclamaban ese dinero, cuya existencia solo conocían tres personas, entre ellas Aldana.

Pero Gustavo no tenía el efectivo en la propiedad. Los delincuentes le pegaron con sus armas en la cabeza y el joven les dio unos 10 mil pesos que tenía ahorrados para que se fueran.

Uno de los delincuentes que participaron de ese hecho, según se determinó en el juicio, fue Segovia. Las otras dos personas, al día de hoy, no fueron identificadas.

“Aldana Díaz fue quien pasó la información de que el hombre tenía dinero”, advirtió la fiscal Marcela Dimundo en diálogo con PERFIL. “Pudimos corroborar que, ese mismo día, Aldana le mandó la ubicación exacta desde la casa de Gustavo a Segovia y también le envió videos de la fachada y del interior de la propiedad”, detalló la funcionaria.

Aldana y la víctima se habían conocido en el tren. Gustavo era un joven de 36 años, solitario, de estilo bohemio y que vivía en Banfield. Ambos comenzaron a tener una relación de amistad, hasta que el chico se fue enamorando. La acusada, según la investigación, se “aprovechó” de esta situación para sacarle “tajada” a la víctima.

Gustavo quería invitarla a la cancha a ver a San Lorenzo, club del que es hincha Aldana. Se preocupaba por comprarle mercadería cuando ella le planteaba que no tenía dinero. “La quería cuidar. Se estaba enamorando”, describió la fiscal y completó: “Esta chica tenía un manejo de seducción entre los amigos, ex novios, por redes sociales o mensajes. A todos les mandaba mensajes diciendo que los extrañaba. Según las pericias, presentaba una personalidad que tenía vínculos por interés, era muy superficial y no se implicaba emocionalmente con las personas”.

Pero el plan criminal no terminó ese 19 de diciembre sino que siguió diez días después. “La codicia y las ganas de tener dinero fácil los llevó a planificar un segundo robo”, destacó la funcionaria. “Ella aprovechó que la víctima se estaba enamorando y lo llevó engañado a Ezeiza. Fueron en moto y ahí lo atacaron en la propia casa donde estaba viviendo ella”, indicó Dimundo. “Ella no se hubiese animado a matar. Por eso recurrió a otros”, entendió la fiscal.

En esa casa de Ezeiza, Segovia, Aldana y un hombre que está prófugo mataron a Gustavo. “De hoy no pasa”, fue uno de los audios que se habían intercambiado Aldana y Segovia antes del hecho. El plan, según la investigación, era asesinarlo para robarle la moto que la víctima se había comprado y más dinero que habría en la vivienda de Banfield. Y así lo hicieron.

Gustavo fue asesinado el 29 de diciembre. Lo torturaron, lo asfixiaron y lo quisieron descuartizar pero como no pudieron, dos días después prendieron fuego el lugar. Tenían que deshacerse del cuerpo y borrar evidencias y rastros de la escena del crimen.

Para la fiscalía, el homicidio fue “solo un medio para sacarle la plata que faltaba” y por eso la calificación que planteó la funcionaria fue la de “homicidio criminis causa”.

El 31 de diciembre, Aldana prendió fuego la casa en la que, hacía dos días, estaba el cuerpo de la víctima atado de pies y manos. Para incendiar el lugar se usó una garrafa. Pero con este accionar puso en riesgo la vida de otras familias ya que la joven alquilaba un departamento

“ella no se hubiese

animado a matar,

por eso recurrió

a otros”, contó la

fiscal

en esa propiedad que incendió y había otros inquilinos, entre ellos una pareja con dos hijos.

En la huida, Aldana perdió en la puerta de esa vivienda una bolsa con una planchita de pelo, un secador y un portarretrato con la foto de su mamá.

Ese 31 de diciembre, Aldana se comunicó con un joven que había sido su novio y le dijo que no tenía dónde pasar fin de año. Él la invitó a su casa en Ciudad Evita y ella le confesó que había matado a una persona, según declaró en el juicio. Pero no le creyó, o no quiso creerle, porque se deduce que seguía enamorado de la joven.

Aldana le comentó que lo había matado porque la víctima había querido abusar de ella. “Pero si Gustavo te cuidaba tanto”, le dijo este joven. Para Aldana esa iba a ser su coartada. Se lo había dicho también a Segovia, según quedó registrado en los mensajes que se intercambiaron. En el celular también la Justicia rescató chats que hablaban de la venta de la moto de la víctima y la repartija de dinero entre los involucrado. En este punto intervienen dos hermanos que fueron condenados en un juicio abreviado por encubrimiento.

Pocos días después del incendio y luego de que los investigadores lograran unir los tres hechos, Aldana fue detenida en la localidad bonaerense de Las Toninas, adonde había escapado. Desde entonces está encarcelada.

Su abogada defensora intentó en el juicio desvincularla del homicidio, aunque la hizo responsable del robo y el incendio de la propiedad. La letrada argumentó que la joven tomó esa última decisión como “un acto desesperado” y porque ninguna de las personas a las que recurrió “la ayudó a hacer lo correcto”.

Pero el jurado popular no dio lugar a este escenario. Tampoco validó el planteo de la defensa de Segovia. El acusado cayó un año después del crimen. Lo atraparon en su casa cuando volvía de trabajar.

La defensa de Segovia argumentó en el juicio que el homicidio y el robo “fueron violentos”. “Claramente ahí quedaron huellas, sin embargo no encontraron pruebas contra Axel”, apuntó. Y destacó que hacía “seis meses” que este salía con Aldana y “en el medio pasó todo lo del homicidio” del que quiso desvincularlo.

Los 12 jurados populares encontraron a ambos culpables del robo y del homicidio de Gustavo. Y a Aldana la responsabilizaron, además, del incendio. Ahora queda que se determine la cantidad de años que pasarán en la cárcel.

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