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“La batalla contra el olvido puede darse en escena”

El grupo español que viene a nuestro país cada dos años presenta sus estrenos. La Zaranda estará en agosto en el teatro Regio.

ANA SEOANE

Es el elenco español con mayor continuidad en todos nuestros escenarios. La Zaranda. Teatro Inestable de ninguna parte cuenta con textos e iluminación de Eusebio Calonge, siempre junto a Gaspar Campuzano y Enrique Bustos y Francisco Sánchez, quien también asume la dirección como Paco de La Zaranda. Desde el 10 hasta el 28 de agosto se presentarán con La batalla de los ausentes en el teatro Regio (Córdoba 6056) de miércoles a domingos a $1850 y $950 para estudiantes y jubilados. Es el dramaturgo, Calonge, quien responde las preguntas.

—El espectáculo fue estrenado en el 2021 y creado en pandemia: ¿cómo fue?

—Porque éramos convivientes, cuatro personas que estaban todo el tiempo juntas, trabajando y viviendo, en un mismo lugar, aisladamente, normalmente creamos así.

—Dijo La batalla de los ausentes enfrentaba “la burocracia, el comercio, la insensibilidad de la época hacia tu trabajo”. ¿Hay otras batallas que contar?

—Eso habla de un impulso que hace escribir, y de la batalla que tiene que librar la propia obra para abrirse paso hacía el público, más que cuál es la batalla que contar. Como siempre la metáfora en La Zaranda está abierta a la interpretación de cada espectador, creo que la batalla contra el olvido, por ejemplo, puede ser unas de las que se libren sobre el escenario.

—En todos los espectáculos suben al escenario seres derrotados, pero ustedes

subrayan “no vencidos” ¿Cómo se consiguen estas victorias?

—Con la dignidad. Cuando no pierdes la dignidad, los vencedores no pueden vencerte.

—Hay una frase que dicen: ‘pasaremos de la resistencia al ataque’. ¿Hoy cuál sería?

—En el contexto de la obra sería lanzarse a revindicar el sacrificio hecho; en el de hoy, como artista, seguir hablando al alma de cada hombre, insistiendo en que el teatro puede hacernos personas más sensibles, más reflexivas, menos manipulables.

—¿Cómo se encuentra la belleza en las derrotas?

—En mi propia cultura, en su raíz cristiana, uno ha crecido contemplando obras donde se plasmaba a un Dios crucificado, había un hombre condenado a muerte y una estética en que los artistas buscaban la contemplación, el recogimiento a través de la belleza. Esto marca la cultura del arte occidental a mi entender. Podríamos hablar de tantos personajes, de tantos autores, desde Esquilo a Beckett, en que los derrotados, los perdedores, han dejado huellas de profunda belleza en sus páginas. Esto en cuanto a la belleza como estética, pero al margen los personajes que nos dicen, que nos comunican, los humildes, son los que nos duelen, a los que en muchos casos se les ha arrebatado la voz, pero ese su silencio, su permanencia dice más que lo que propaga una cultura complaciente con el poder.

—Conocen la pasión de nuestro público por ustedes: ¿por qué será?

—En Buenos Aires tuvimos un reconocimiento del público y la crítica antes que en España. El calado de nuestra obra aquí fue para nosotros un motivo de sorpresa y de alegría, al mismo tiempo aprendimos mucho del teatro que ustedes hacen. Esto va unido, sólo un público bien orientado puede hacer que se dé un teatro de creación. No se consigue con decretos ni desde los despachos, crece desde una pasión hacia lo teatral que en Buenos Aires se da con mucha más fuerza que en otras partes. Esa energía está en sus butacas y es fluir que hace que nos encontremos en un ámbito nuestro.

—¿Cómo mantienen su estética a través de los años?

—Lo que te puedo decir es que intentamos romper con esa estética en cada trabajo, correr el riesgo de partir la fórmula, pero claro uno tiene sus propios rasgos, su propia visión, y eso hace que persista un lenguaje natural. Pero sin duda que si sigue vivo es porque asume riesgos, ese temblor que llega al patio de butacas.

TEATRO

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2022-08-07T07:00:00.0000000Z

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