AYUDAME, IMBÉCIL

En su desorientación, el Gobierno insiste en pelearse con aquellos a los que debe requerir ayuda.

En la última Cumbre de las Américas, que se realizó en Los Ángeles, Alberto Fernández volvió a criticar que el BID haya quedado en manos de Claver-Carone. Esa es solo una de las tantas hostilidades contra el presidente del BID, organismo al que el Gobierno debe solicitarle créditos. Alberto, refiriéndose al campo, dijo que “especulan con una devaluación”. El Gobierno necesita que el campo aporte alimentos, sus dólares de exportaciones, y sobre todo, contratación de mano de obra. Respecto de la oposición, dijo: “Ellos creen que la mejor sociedad es la que le quita derechos a quienes menos tienen. Nosotros creemos todo lo contrario: la mejor Argentina es la que otorga derechos”. Se lo dijo a quienes deberían ayudarlo a aprobar leyes en el Congreso.

Al FMI lo acusa por el préstamo que le hicieron a Macri, cuando por otra ventanilla se inclina para requerirle los créditos necesarios. El presidente Alberto Fernández compartió un tuit que califica al periodismo argentino como “una vergüenza nacional”, cuando necesita de la prensa para que informe de sus actos de Gobierno y mantenga informada a la sociedad. El mandatario aseguró que la Justicia “está deslegitimada y necesita, de manera urgente, una reforma profunda y democrática”, cuando necesita que la Corte Suprema con sus fallos colabore a mantener el sistema democrático. Cansa ver tantos insultos, agravios, descalificaciones y menosprecio a los distintos actores. Lo patético es que Fernández (y Fernández) descalifican a quienes tienen que recurrir en busca de ayuda. El lema del Gobierno se sintetiza en: “Ayudame, imbécil”.

Oscar Samoilovich osamoilo@yahoo.com