Carlos Gardel
(1890 - 1935)
Solo, recordando su amargo principio, lleva consigo la sonrisa pagada muy caro del que dice con su sola preencia: “Sé feliz, he llegado”. Pero no es solo su sonrisa, sino también su voz: tenor hasta 1933, barítono los dos últimos años de su existencia. Conozco su voz, claro está, porque como sucede con todos la he escuchado, pero también porque, como sucede con todos, Gardel tiene la voz de mi padre. De tanto intentar imitarlo terminó cantando igual que él. Por eso todos somos hijos del del zorzal.
Guillermo Piro
DOMINGO
es-ar
2022-10-02T07:00:00.0000000Z
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Editorial Perfil