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Reportaje de Fontevecchia. A Duran Barba: “Macri representó un progresismo novedoso del que ha abjurado”.

El analista y asesor político que más conoce Latinoamérica estudia los particulares fenómenos que suceden en Europa y en América Latina, cuestiona las viejas formas de hacer política y afirma que esta es la causa del surgimiento de dirigentes outsiders. Alerta a los halcones del PRO

—Escribiste en tu última columna que el acto de Cristina Fernández de Kirchner en La Plata te parecía un acto repetitivo y antiguo. ¿Creés que al mismo tiempo implica algo, un eventual lanzamiento de una campaña presidencial, o creés que finalmente no va a ser candidata por la cantidad de negativas que tiene?

—Un gran gusto estar como siempre en Perfil, que es un conjunto de medios que siento como mi casa. Me siento feliz de estar cerca siempre, y hace años que colaboro en esto. Es una de las actividades que me llevan más tiempo. Todas las semanas dedico al menos un día a escribir mi columna de PERFIL, porque soy meticuloso, estoy siempre poniéndome al día con la bibliografía, etcétera, y creo que Perfil es un medio, desde mi punto de vista, de ideales, plural, abierto, todos podemos discrepar de todos, y lo que importa es la posibilidad de pensar. Pensar es una actividad que no está de moda y menos en nuestros políticos. Creo que el 90% de los políticos no piensan definitivamente, simplemente actúan conducidos por instintos, por sentimientos de sus cuatro errores: 1) creer que el mundo gira a la derecha, cuando, en realidad, está girando hacia el progresismo; 2) confundir derechas exitosas con neoliberalismo económico, cuando son derechas populistas; 3) estimar que Juntos por el Cambio no puede perder en 2023 y que la elección primarios. Y más que nunca es necesario pensar qué está pasando, porque la sociedad, el mundo, todo cambió de una manera radical. Cuando aludes a las dos manifestaciones organizadas por Cristina Fernández, efectivamente están muy viejas. Creo que cualquier persona de menos de 30 años toda su vida vio la misma manifestación, con la misma persona, con la misma máscara, diciendo lo mismo, que me van a matar los que están al norte, los que están al sur, los copitos o cualquier otro. Está cristalizada esa parte de la sociedad argentina. Y desgraciadamente, la ley de la burocratización de los partidos ha hecho que una oposición que era progresista, dinámica y que creaba cosas, que fue el PRO, también se haya burocratizado mucho y está muy repetitiva. Ante el enfrentamiento de dos grupos o coaliciones que están muy repetidos, mi impresión es que se está abriendo una enorme posibilidad para Castillo. —Para “un Castillo”.

—Sí. Hicimos muchos estudios en Perú en las últimas elecciones, y conversamos, tuvimos reuniones con gente muy preparada, muy valiosa, muy interesante. Y de pronto asomó Castillo,

que ganó porque la gente votó en contra de los políticos. Fue un voto en contra de los políticos, cosa bastante parecida a lo que ocurrió con Boric; también estuvimos estudiando mucho la cuestión chilena. No hay duda de que en la Concertación hay gente muy valiosa, desde Bachelet, Lagos, Frei, etc.; pero la gente votó por Boric porque no se parecía a los políticos. La Concertación y la Alianza de derecha que gobernaron Chile desde que se acabó la dictadura militar salieron cuartos y quintos. Hay un cansancio con la vieja política enorme, que si no es tomado en cuenta por la oposición argentina, en la que también hay gente muy valiosa, va a dar espacio a que asomen un Boric o un Castillo. Lasso, que ganó la segunda vuelta, que no es ni el anterior ni el posterior, pero un Lasso totalmente desestructurado, extraño. El señor Hernández, que pasó la segunda vuelta en Colombia, que era un outsider total, un tipo que no sabía nada de nada. Eso está dándose en el mundo, hay una reacción, lo que llamo la grieta horizontal. La mayoría de la población, un 70%, 80%, siente que ellos, los políticos, los intelectuales, los universitarios, ya está ganada; y 4) pensar que la popularidad de Milei es por sus ideas de derecha, cuando tiene éxito por sus formas y tendría igual popularidad con ideas de izquierda si mantuviera las formas. “Pensar –concluye– es una actividad que no está de moda y menos de nuestros políticos”. los medios de comunicación, hablan de cosas rarísimas y es hora de patearlos y elegir a un tipo rápido.

—¿Y en ese contexto, en la Argentina,Milei ya no cumple ese papel?

—Milei cumplía bien ese papel. Después pareció perder vuelo, porque salió con demasiada anticipación. Pero creo que está recuperando un espacio. Milei puede, diría que es más probable que Milei vaya a la segunda vuelta a que vaya Cristina Fernández. El tema como se está discutiendo ahorita en la punta tecnológica, y aludí a eso en mi último artículo de PERFIL, y vuelvo el próximo domingo sobre eso. El tema son estilos de comunicación, no contenidos. Nadie está votando por los contenidos. Sí, para mí, es increíble que una persona como el capitán Bolsonaro tenga tantos votos en Brasil siendo un tipo misógino y racista. Pero sacó la mitad de los votos por su estilo, porque ese también no parece político. Lula se equivocó cuando acumuló el apoyo de políticos, de gente muy respetable, como Fernando Henrique Cardoso, Marina Silva. Pero la gente está en contra del estilo tradicional de los políticos y respaldó a esta persona cuyos seguidores han pedido a las Fuerzas Armadas que den un golpe para interrumpir el proceso democrático, que salieron a las calles con el brazo en alto como los nazis.

—Decías que habría más posibilidades de que Milei pase a la segunda vuelta a que pase Cristina Fernández. ¿Se podría decir lo mismo de Macri, que hay más posibilidades de que pase a segunda vuelta Milei que Macri, o es distinta la situación de Macri que la de Cristina?

—La situación de Macri también está muy complicada, porque también es expresidente, porque también la gente está en contra de lo que fue, y porque creo que el PRO y Macri mismo representaron un progresismo muy novedoso del cual él ha abjurado ahora, ha renunciado a ese progresismo. Él ahora dice que no es progresista, quiere recuperar los viejos valores, el trabajo y el ahorro. Imagina a alguien en el campeonato mundial de fútbol diciéndoles a los árabes: “Tumben los edificios y vuelvan a las tienditas de campaña y a sembrar dátiles, porque hay que recuperar los viejos valores”. Lo arrastran, lo creen loco.

—¿Decís que Macri volvió a ser el previo a haberte conocido a vos, y el previo también a tener a su lado a asesores más jóvenes y más modernos, como podría ser Marcos Peña? —Ha retomado algunos valores, que como diría este coreano: “Yo, que soy nihilista, ni creo ni no creo en estos valores”. Digo que están fuera, no existen. Cuando tú vas a California ves una sociedad, una universidad de Stanford que estalla en conocimientos, en ciencia, en creación brutal de riqueza. Y algo así ves también en los Emiratos Árabes, más allá de otros elementos reaccionarios. Pero el mundo está yendo hacia una etapa enorme de crecimiento. —Te referís al libro del ByungChul Han, “Infocracia”.

—Sí, ese es un libro espectacular.

—Nihilistas y dataístas.

—Él dice que algunos estudiosos que estamos dentro de una corriente norteamericana, somos nihilistas, que no creemos en el discurso, como él dice en el libro, y estamos enamorados de los datos. Yo me inscribo en eso, la corriente en la que está Alex Pentland, que en mi criterio es el autor que hay que

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