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Dame una alegría

Cristina Kirchner declaró en un discurso reciente que hará lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría y su promesa ilusionó a algunos con la posibilidad de que su futuro accionar nos aleje del padecimiento que nos causó el gobierno del que ella forma parte. Oír sus palabras fue una sensación similar a la que provocaba salir de un cine luego de ver la película Vivir con alegría, de Palito Ortega. Pensemos que la alegría es la aspiración de cualquier persona y ha sido inspiradora de los poetas. Recuerdo haber visto recitar a Berta Singerman con entusiasmo el poema Alegría, de la escritora portuguesa Fernanda de Castro, que expresaba que se aferraba a una alegría por el solo hecho de estar viva y recuperándose “de pasadas tristezas, desengaños, amarguras vividas en treinta años, de viejas ilusiones y de pequeñas traiciones”, y que finaliza diciendo que se siente “cada día más cansada, más triste, más dolorida, cada vez más atada a la vida”.

Pablo Neruda expresa una fortaleza parecida cuando dice: “Yo tengo la alegría duradera del mástil” y en un tono poético algo similar al de un discurso político expresa: “Voy a cumplir con todos porque debo a todos mi alegría”. Ludwig van Beethoven también se inspiró en la alegría cuando conoció la Oda a la Alegría, el poema de Friedrich Schiller, y lo musicalizó para el movimiento final de su

Novena Sinfonía, que se convirtió en su obra más famosa.

En la música popular argentina, la necesidad de un momento de alegría inspiró a Fito Páez para componer Y dale alegría a mi corazón, su canción más emocionante, que invita al público a acompañarlo a coro.

El tango también se inspiró en ese estado de ánimo. En Viejas alegrías, de Enrique Cadícamo, la letra se refiere a alegrías pasadas: “Son mis viejas alegrías las que surgen y me nombran. ¡Cuántas cuántas horas mías van saliendo de las sombras!”

Ornella Vanoni transmite ese estado eufórico que produce el enamoramiento al cantar (en italiano) en un tema de Vinicius de Moraes: “E sento crescere la voglia, la pazzia, l’incoscienza e l’allegria di morire d’amore insieme a te”.

La sensación de desencanto y carencias del pueblo que captó Cristina Kirchner para elaborar su discurso y su promesa está resumida en la canción Dame una alegría, del cuarteto Las Primas, que dice: “No puedo estar con lo justo” y reclama: “Aunque sea de vez en cuando, pero dame una alegría”.

CULTURA

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2022-11-27T08:00:00.0000000Z

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