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Nelson Castro

DETONADO

Nada de lo que sucede dentro del Frente de Todos contra Todos sorprende. Los mandobles verbales que Máximo Kirchner, Eduardo ¨Wado¨ de Pedro o Andrés “Cuervo” Larroque le asestaron en los últimos días al Presidente forman parte ya de la rutina de un gobierno que tiene al fracaso como único rumbo.

Un fracaso que Alberto Fernández se empeña en presentar como un éxito. “Ahora la gente se queja porque tiene que hacer dos horas de cola para ir a comer”, dijo sin inmutarse el viernes último en Entre Ríos. Se ve que tiene un oído selectivo. Hay otra mucha gente que se queja por muchas otras cosas más urgentes: la inflación, los tarifazos, la falta de trabajo, la inseguridad, la imposibilidad de alimentarse bien, la miserabilidad de las jubilaciones y un largo etcétera.

El año electoral ha hecho que las apariencias caigan. A Alberto F le interesa sólo la elección y mantener viva su posibilidad de buscar la reelección. Esto lo enfrenta directamente a Cristina Fernández de Kirchner. Recuérdese que la expresidenta en funciones le repite a su entorno más cercano que Alberto Fernández representa el peor error político cometido en su vida.

CFK creyó que el Presidente llegaría a ser su mascarón de proa para liberarla de todas sus penurias judiciales y le aseguraría la tan ansiada impunidad. El hecho de que la vicepresidenta esté hoy condenada por el delito de corrupción es un puñal clavado en lo más profundo de su alma que la enfurece y la perturba. Por eso no lo quiere de candidato a nada.

He ahí un problema, porque Alberto F no termina de arriar sus banderas. Es lo que muestra su decisión de convocar a una “mesa electoral” del Partido Justicialista para dirimir las cuestiones atinentes a las próximas elecciones y no la gestión. Lo ha hecho con un grado de notable cinismo: de la convocatoria forman parte los gobernadores peronistas, la CGT y los movimientos sociales. Es decir que CFK y su entorno son uno más de ese universo variopinto.

Si algo que la vicepresidenta detesta –entre las muchas cosas que detesta– es ser tratada como alguien del montón. Además, lo que ella y sus secuaces quieren es discutir sólo la sus opositores y críticos. Un buen ejemplo es lo que está sucediendo con el caso de los delincuentes que invocan ser mapuches para cometer delitos. A Facundo Jones Huala, que se escapó de Chile hacia la Argentina para no cumplir una condena, a personas que, sin ninguna documentación respaldatoria, ocupaban esas tierras argumentando ser mapuches. Curiosamente, nunca se vio ninguna acción de reclamo de tierras para los mapuches en la provincia de Santa Cruz.

POLÍTICA

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2023-02-05T08:00:00.0000000Z

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