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Sin luces ni estrellas: desidia y abandono, la triste imagen que devuelve el Polo circo de la ciudad

CLAUDIO CORSALINI

Ubicado en la avenida Garay y Combate de los Pozos, este espacio que fue destinado a desarrollar e impulsar la actividad circense está abandonado desde el año 2016, cuando se llevó a cabo el último Festival Internacional de Circo de Buenos Aires. Las carpas están destruidas y deshilachadas, y las boleterías inutilizadas. Algunas de las tareas que allí se realizaban, como por ejemplo las de la Escuela Integral, se hacen en el Centro Cultural Julián Centeya. Desde el gobierno porteño aseguran que “durante este año las instalaciones se reubicarán en la plaza Corralón de Floresta”.

Carpas destruidas y deshilachadas; instalaciones sin mantenimiento y a la intemperie; rejas perimetrales oxidadas y corroídas; boleterías inutilizadas; desidia y abandono, son las imágenes que devuelve desde hace casi siete años la postal del predio de la avenida Garay y Combate de los Pozos, en el que se encuentran instaladas las dependencias del Polo Circo y la Escuela Integral de Circo de la Ciudad de Buenos Aires.

Tal como si se tratara de un verdadero circo abandonado, dos contenedores con elementos y materiales circenses completan la fantasmal escenografía del lugar.

Si bien su instalación tenía por objetivo desarrollar e impulsar la actividad circense en el ámbito porteño, incluyendo festivales internacionales y programación permanente, a partir de la aprobación de un programa en 2009, tras la realización del último Festival Internacional de Circo de Buenos Aires (en 2016), la iniciativa no terminó de consolidarse del todo y el lugar comenzó a perder interés. A tal punto llegó está situación que durante 2017, por ejemplo, los talleres de la Escuela Integral de Circo que allí funcionaban comenzaron a dictarse de manera virtual hasta 2019. Un presagio, tal vez, de lo que iba a vivirse durante la pandemia, cuando las actividades se cerraron definitivamente y las instalaciones quedaron en desuso.

Actualmente, y según informaron desde el Ministerio de Cultura porteño, algunas de las tareas relacionadas con el mundo del circo “se desarrollan en el Centro Cultural Julián Centeya, en San Juan al 3200, como por ejemplo el dictado de las clases de la Escuela Integral de Circo”. “Pero además, el Polo Circo está trabajando en conjunto con otros sectores circenses para potenciar la sede con dicha temática, tal como es el caso de la Universidad Nacional de San

Martín, que dictará las clases de su Licenciatura en Artes Escénicas, en lo que refiere a las artes circenses, en la sede de la avenida San Juan”.

Desde el ministerio que dirige Enrique Avogadro también aseguraron a PERFIL que “durante este año las instalaciones del Polo Circo se reubicarán en la plaza Corralón de Floresta (avenida Gaona al 4600)”.

El espacio en el que se encuentra el Polo Circo pertenece al Poder Judicial (ver aparte) y está delimitado por las avenidas Brasil y Garay, y las calles Pichincha y Combate de los Pozos, frente al Hospital Garrahan. Dentro del mismo, y ante una cesión al gobierno porteño, se encuentran el parque Vuelta de Obligado, la zona que da sobre la calle Pichincha y en el que se encuentran desde una pista de skate hasta los juegos tradicionales, y el predio del Polo Circo.

En este caso puntual, el Polo Ccirco ocupa una superficie de unos 130 metros de ancho por 150 de largo, en la interseccción de Garay y Combate de los Pozos, justo en el límite en el que confluyen los barrios San Cristóbal, Parque Patricios y Constitución. El lugar se encuentra enrejado y con un solo guardia de seguridad las 24 horas.

“Salvo el área que corresponde al parque Vuelta de Obligado, que tiene un cui

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