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“El teatro es nuestro lugar de resistencia”

El intérprete es el protagonista de Cuando ya no esté, el film de Martín Viaggio donde se reflexiona en primera persona sobre la muerte. Celebra sus pasos en la pantalla grande y pone la lupa sobre el oficio.

JONÁS ZABALA

Me gus ta e l mundo del cine, cuando me llaman es raro que diga que no, salvo excepciones”, dice Gustavo Garzón y habla del estreno de Cuando ya no esté, un film que define como “una historia sencilla, un melodrama de antes, como los de Sandrini, que a mi me gustaban”. Garzón, que viene de hacer El monte, en un rol que impresiona, celebra esta realización de Martín Viaggio: “Acá se habla de la relación del hombre con la muerte. un tema con el que cada uno se relaciona como puede. Además es un rol protagónico el que me toca, algo que no siempre me ofrecen, y se filmó en Mendoza, además me dieron la oportunidad de aportar y hasta hemos improvisado gracias a la libertad que nos dió el director. Aunque se hable de la muerte, fue una experiencia muy feliz”.

—Venís de roles muy poderoso, como El monte, y acá también hay un gran trabajo tuyo ¿hay un hilo que hunde a las películas que haces ahora?

—He tenido momentos de mucha euforia, de mucha decepción. Momentos donde me sentí un buen actor, un pésimo actor, momentos donde no quería más del oficio. Estas película que nombres me agarran en un momento donde empecé a meter el cuerpo en la actuación. Antes era muy mental. Ahora meto el cuerpo, y no busco tanto desde la palabra. De la mirada y el cuerpo, y está última película me obligaba a eso. El cine es imagen. Tenía que aprender a contar sin palabras. Las dos películas se parecen en ese sentido. El monte me permitía esa transformación, salirme de mí, y no saber dónde eso me llevaba. Eso es lo nuevo y renovador en mi actuación. Actuar es meter el cuerpo, si no metes el cuerpo, actuar puede ser muy aburrido, y uno se achata.

—¿Qué sentís que tenes ganas de contar, de que llegue como oferta?

—Yo sí supiera lo que tengo ganas de contar, lo escribiría. La verdad no sé. Veo lo que me ofrecen. Estoy haciendo unos documentales, que es la autogestión mía como realizador de cine. E hice un espectáculo teatral unipersonal sobre obras de Chejov que es un autor que yo admiro mucho. Ahora mis sueños con los que tengo a mano para hacer, el día a día. La vida es presente. Nunca quise hacer tal o cual personaje. Me encantaría volver a trabajar, sí, con Damián Szifrón. Pero estoy muy satisfecho con lo que me toca.

—¿Cuán difícil es ser actor en Argentina en este momento?

—Desde que yo tengo uso de razón, este es el peor momento. Espantoso momento. No hay trabajo en la televisión para nadie. Nosotros siempre vivimos de la televisión, los que logramos profesionalizarlo (salvo dos o tres). El cine está en crisis, porque la gente no va, y eso repercute. En las series tenemos un poco de trabajo, pero muy discontinuo. Nuestro mundo termina siendo el teatro y alguna película que nos llama. Yo por ejemplo ahora por delante no tengo nada audiovisual para hacer. El teatro es el lugar nuestro de la resistencia, ganemos, perdamos, hacemos lo que queremos. En cambio en otros medios, dependemos de grandes capitales que nos convoquen. Nos hemos quedado de brazos cruzados, yo también, y lo veíamos venir.

CINE / DANZA

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2023-03-26T07:00:00.0000000Z

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