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Las cinco megatendencias que están transformando el mundo a gran velocidad

Publicado en El Economista (https://eleconomista.com.ar/negocios/las-5-megatendenciasestan-transformando-mundo-gran-velocidad-n60752).

Los líderes corporativos deben comenzar por reimaginar el lugar de su empresa en el mundo, mirando más allá de la cartera actual de negocios y productos para determinar qué valor creará su organización y para quién. A menudo, esa reinvención implica decisiones difíciles sobre lo que se debe hacer, y lo que no.

Pasó una década desde que PWC, en 2013, en un estudio titulado “¿What ‘s driving the future?”, identificó cinco megatendencias profundas, de alcance global y a largo plazo, que nos afectarían a todos y que, desde entonces, han transformado al mundo a una velocidad más rápida de la prevista.

Desde aquel 2013, esas megatendencias han evolucionado y la forma en que se manifiestan hoy es distinta. Por ese motivo, PWC volvió a examinar esos hallazgos para comprender cómo han cambiado, qué futuro pueden crear en 2030, cómo pueden desenvolverse y qué desafíos plantearán a la humanidad.

Las cinco “megatendencias” son:

◆ E Cambio climático

◆ E Disrupción tecnológica

◆ E Cambios demográficos

◆ E Mundo fracturado

◆ E Inestabilidad social

Cambio climático

Mientras la humanidad busca reducir las emisiones de carbono, los niveles en la atmósfera están empeorando, las temperaturas y los fenómenos meteorológicos se vuelven extremos y más frecuentes. Las consecuencias que trae a las personas son variadas, pero pueden resumirse en pérdida de hogares, aumento del costo de la vida y también riesgos sanitarios. Por otro lado, las empresas deberán enfrentar efectos negativos, inseguridad de los recursos y aumento de los costos, interrupción de la cadena de suministro, por lo que deberán esforzarse en crear empleo mediante inversiones en tecnología climática. En tanto, los estados afrontarán riesgos de crisis financieras, amenazas para la seguridad alimentaria mundial y las exportaciones agrícolas, migración masiva y nuevas dependencias económicas.

La mayor parte del mundo reconoce ahora la gravedad de la crisis climática y aumentan su cuota de producción de energía renovable y, en paralelo, cada vez más organizaciones buscan compromisos de emisión neta cero. Pero la transición hacia una economía neutra en carbono no será fácil, por lo tanto, el mundo está en una carrera contrarreloj.

Disrupción tecnológica

La tecnología transforma nuestra manera de relacionarnos con el mundo y cambia la manera en la que entendemos la humanidad. Por un lado permite una gran creación de valor, pero también trae consecuencias que son y serán cada vez más difíciles de mitigar.

Frente a este panorama, los individuos deberán aumentar sus capacidades de forma significativa a la vez que se esperan interrupciones masivas de trabajo, pérdida de privacidad, aumento de la desinformación y crecientes problemas de salud mental. Por su parte, en las organizaciones habrá diferenciación competitiva, concentración de poder, desajuste entre las competencias necesarias y las disponibles y aumento del riesgo cibernético. Los estados, en cambio, enfrentarán presión para mitigar las consecuencias imprevistas de la tecnología y cambio de las dependencias económicas, entre otras.

“Si bien la tecnología está produciendo un impacto positivo en todos los niveles de la sociedad y desempeñará un papel fundamental en la solución de algunos de los desafíos a los que se enfrenta el mundo, si no se presta la debida atención a estas consecuencias antes de que aparezcan, hay altas probabilidades que las implicancias negativas de la tecnología superen a las positivas”, comenta Martín Barbafina, socio de PWC Argentina a cargo de Marketing y Comunicaciones.

Cambios demográficos

La edad promedio está aumentando en todo el mundo, pero en cada país a un ritmo diferente y ello provoca la ruptura de los sistemas de seguridad social y la falta de fuerza de trabajo en áreas críticas. Algunos países enfrentan altos niveles de desempleo y debilitamiento de las economías debido a la emigración de los ciudadanos ya la presión sobre las redes de contención social.

En este contexto, las empresas deben lidiar con cambios en los patrones de consumo, conflictos en el trabajo y muchas veces con falta de personal calificado. Los estados, por su parte, enfrentan migraciones masivas, polarización social, falla de los sistemas de bienestar y la erosión de la base impositiva.

Para abordar estos desafíos se necesita, entonces, una migración justa. Los países con un promedio de edad baja deberán centrarse en crear economías locales prósperas, para lo cual necesitan la ayuda de las economías sólidas.

Mundo fracturado

A medida que más estados compiten por la influencia global, el mundo se fractura y se vuelve multimodal. El resto de los países se alinea en torno a ellos, mientras que algunas naciones actúan como factores desestabilizadores. Como respuesta, cada vez más los países miran hacia adentro, dando prioridad a su resiliencia nacional y a su futura localización.

La disminución de la seguridad personal debido a los conf lictos, la agudización de las preocupaciones locales, pérdida de libertades y el aumento de las violaciones a los derechos humanos serán las consecuencias que los ciudadanos deberán enfrentar. Las empresas, por su parte, tendrán dificultad para hacer negocios en un mundo de normas y reglamentos contradictorios, mientras que al interior de los países aumentarán los conflictos internacionales, la inseguridad y la migración y habrá regiones desestabilizadas por el auge de agentes subnacionales.

Para hacer frente a ello, las naciones deberán trabajar juntas para desarrollar una nueva base de colaboración internacional y para rediseñar o crear nuevos mecanismos multilaterales que correspondan a las necesidades de un mundo en evolución.

Inestabilidad social

La presión masiva resultante de la polarización social y económica, los trastornos demográficos y la erosión de la confianza traen como consecuencia un mayor malestar social. En este contexto, las posibilidades de movilidad ascendente disminuyen, aumentando así el descontento. Las empresas deben conciliar necesidades divergentes dentro de su staff y tienen mayor responsabilidad para atender las necesidades de los empleados, mientras que, en los países, se erosiona la clase media, aumentado así la pobreza mundial y el riesgo real de inestabilidad política como consecuencia del deterioro de las instituciones y el aumento del escepticismo.

Es así como la interacción entre estas megatendencias se hace especialmente difícil de abordar. Cada una de ellas está agudizando los desafíos sociales a los que se enfrenta el mundo y la magnitud de estos desafíos trae consigo la dificultad de que la sociedad pueda combatir los efectos del cambio climático, la disrupción tecnológica, los cambios demográficos, la fracturación mundial y la inestabilidad social.

“En los últimos años, las cuestiones sociales han pasado a ser prioritarias fruto del incremento de la disparidad económica, de la polarización social y política y de la creciente falta de confianza de los ciudadanos en las instituciones. Si nos adelantamos a estos problemas y se toma la delantera sobre cómo hacer negocios de forma positiva, las empresas no sólo ejercitarán su conciencia moral, sino que también obtendrán niveles récord de beneficios”, concluyó Barbafina.

Aunque el sudoku puede nutrir la inteligencia estratégica, huelga decir que la vida no es un juego. Sin embargo, como escribió alguna vez Gaston Bachelard, “cuanto más difícil es una obra, más educativa resulta”. Dicho esto, cuando se le presente la oportunidad, afirma el autor de este artículo, no dude en aprender cinco valiosas lecciones con el juego que tiene sus orígenes en el siglo XVIII y fue desarrollado en su forma actual en 1984 por un diario japonés con el nombre Suji wa dokushin ni kagiru (abreviado, sudoku).

Según un estudio realizado por el Harvard Business Review entre diez mil ejecutivos senior a los que se preguntó por la cualidad más importante para el éxito de su organización, el 97 por ciento de ellos respondió: inteligencia estratégica. Sin embargo, ya sea por falta de tiempo, de compromiso o de conocimientos, los líderes no siempre trabajan su pensamiento estratégico o son incapaces de dominarlo.

En este artículo le invitamos a emprender un camino lúdico para tratar de identificar algunos principios estratégicos útiles para los líderes, pero también para todos en situaciones cotidianas, tanto profesionales como personales, con el fin de abordar problemas complejos.

Para ello, podemos basarnos en un famoso juego: el sudoku, popularizado por el japonés Maki Kaji, fallecido en el 2021. En los años ‘80, fue él quien contribuyó a popularizar el juego tras descubrirlo en una revista estadounidense, dándole su nombre japonés (su: número y doku: único).

Triple interdependencia

El principio del sudoku es el siguiente: tenemos una tabla de 81 casillas, divididas en nueve columnas, nueve filas y nueve bloques. Debemos rellenar cada casilla con un número del 1 al 9 respetando simultáneamente las tres restricciones siguientes:

◆ El número no debe estar ya en la misma columna.

◆ El número no debe estar ya en la misma fila.

◆ El número no debe estar ya en el bloque.

En un juego de este tipo, que nos enfrenta a esta triple interdependencia, es esencial la inteligencia estratégica, uno de los 10 principios del pensamiento complejo que detallamos en nuestro libro “C’est complexe!”.

Más concretamente, podemos utilizar cinco principios para rellenar con éxito la cuadrícula de nueve casillas. Cinco principios que son lecciones para desarrollar la inteligencia estratégica.

Lección 1.

Tómese el tiempo necesario para analizar sus conocimientos disponibles, su posible ignorancia y sus incertidumbres reales.

Un juego de sudoku no empieza con un tablero vacío. De entrada, ya dispone de casillas completadas que constituyen a la vez un recurso y una restricción. Un recurso porque es el conocimiento a partir del cual puede seguir resolviendo su problema y una restricción porque establece un marco y, por tanto, limita sus posibilidades a la hora de rellenar las casillas.

Así pues, el primer paso consiste en dedicar tiempo a hacer balance de lo que ya sabe y de lo que no sabe. Esta operación resultará indispensable a lo largo de todo el juego: tómese tiempo para identificar lo que sabe y lo que puede no saber.

Se trata de una lección elemental: ante la complejidad, comprenda la situación, busque la información y los conocimientos disponibles y sea consciente del posible alcance de su desconocimiento que es necesario completar para resolver su problema.

Sin embargo, hay una diferencia entre el juego y la realidad: la ausencia de incertidumbre. Si la ignorancia requiere estrategia y aprendizaje, la incertidumbre implica una apuesta, asumir un riesgo. En el sudoku no hay nada que apostar porque es un juego en el que el marco está fijado de antemano y el problema puede resolverse.

Si distinguiéramos entre ambas, probablemente nos daríamos cuenta de que nuestros temores ante los problemas complejos en la vida real surgen mucho más a menudo de nuestra ignorancia, ante la que somos ciegos, que de la incertidumbre real, ante la que el conocimiento poco puede hacer.

Lección 2.

“¡No piense, mire!”

Este es un error muy común que los aficionados al sudoku conocen bien: al permanecer demasiado centrados en el deseo de colocar un número en una casilla, ¡nos olvidamos de ver las soluciones sencillas y obvias!

Además, cuando avanzamos en el juego, ocurre que la solución que buscamos ya está delante de nuestros ojos; queremos colocar un 3 en una línea cuando ya está ahí… A este respecto, podríamos recordar esta famosa fórmula del filósofo y matemático austríaco Ludwig Wittgenstein: “¡No pienses, mira!”.

Al centrarnos demasiado en problemas complejos, podemos dejar de lado los más sencillos de resolver o, peor aún, buscamos información o conocimientos que ya están disponibles. Para evitarlo, debemos hacer de la primera lección una especie de “reflejo”: tomarnos regularmente el tiempo de hacer balance de los conocimientos disponibles y de la posible ignorancia.

Lección 3. Construya su estrategia sobre la marcha en función de la información de que disponga.

El tipo de errores mencionados anteriormente pueden derivarse a veces de nuestro deseo de seguir una estrategia única sin cuestionarla. Sin embargo, como señaló Edgar Morin en “El método”, una de las vigas de la inteligencia humana reside en “la capacidad de enriquecer, desarrollar y modificar la estrategia en función de la información recibida y de la experiencia adquirida”.

Lección 4.

Tener claro el propio nivel para aprender sin rendirse.

Dicho esto, no se empieza un sudoku por el nivel más alto. Es la mejor manera de abandonar rápidamente y perder la oportunidad de aprender a jugar. De hecho, este es un juego que requiere mucha humildad y conocimiento del nivel propio.

En primer lugar, no tenga miedo a los errores; más bien, tenga la seguridad de que son la clave de su aprendizaje y de la mejora de sus estrategias. Como nos recordaba el filósofo francés Gaston Bachelard en “La formación del espíritu científico”, “Psicológicamente, no hay verdad sin error rectificado”.

Además, verá que cuanto mayor es el nivel de complejidad de un sudoku, menos información tiene en el tablero para empezar. Esto no significa que los conocimientos de partida sean menos importantes. Más bien, nos muestra que cuanto más capaz sea de relativizar la importancia de los conocimientos disponibles para hacer frente a su ignorancia, mejor se enfrentará a problemas complejos.

Lección 5.

Sea prudente y riguroso para evitar la escalada de errores.

A la humildad, añadamos prudencia y rigor. A veces todo parece ir bien para el jugador y entonces aparece un obstáculo: ha colocado dos números iguales en la misma línea. Este error fatal, que no le ha impedido avanzar, le obliga a volver sobre su juego o incluso a cambiarlo todo.

A estas alturas de la partida, no se rinda. Y en cuestiones estratégicas, evite la escalada del compromiso, es decir, la persistencia del mismo comportamiento ante una decisión que resulta en fracaso. También nos muestra que la sucesión de éxitos a veces puede resultar ilusoria. Un obstáculo, a veces tardío, puede interponerse en su camino estratégico.

La estrategia no es sólo un juego de sudoku

Aunque el sudoku puede nutrir la inteligencia estratégica, huelga decir que la vida no es un juego. Además, el sudoku es demasiado serio para ofrecer una analogía suficiente con la estrategia de las organizaciones.

Sin embargo, si tuviéramos que aprender una última lección, diríamos simplemente: ¡persevere! Como escribió brillantemente Gaston Bachelard en la conclusión de “La formación del espíritu científico”, “Cuanto más difícil es una obra, más educativa resulta”.

ECONÓMICO

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