Kiosco Perfil

La energía que hace sufrir a gran parte de Argentina

SABRINA LOPARDO CHEMEN

Durante las últimas semanas los cortes de electricidad y de agua en todo el país se h ic ieron sentir. Fue un momento inoportuno: fue el marzo más caluroso desde 1952 (aunque siempre es inoportuno que se corte un servicio pago y tan necesario).

Sin embargo, hay argentinos que no tienen luz, agua o gas en ningún momento del año. El Estudio sobre consumo y percepciones en torno a la energía de la Fundación Colsecor cuenta las diferentes realidades que se viven en Argentina. Tanto el sexo, como las ciudades de procedencia, parecen influir en los usos y posibilidades de cada hogar.

Sin agua, sin luz, sin gas. Las tres fuentes de energía a las que más se tienen acceso en las casas argentinas son la electricidad de red, luego el agua de red, y en tercer lugar el gas natural. “No todos ni todas las argentinas acceden a todos los servicios. Y mientras más chica es la localidad, tiene menos acceso al gas natural”, afirma la Fundación Colsecor.

Si bien el 88% de los entrevistados afirma tener electricidad en sus viviendas, más de uno de cada diez argentinos no accede a esa fuente de energía. Lo que significa que más de 5 millones de personas no tienen electricidad en sus casas.

Un 72% de los encuestados dijo tener agua de red en su casa, lo que significa que hay un 28% que no tiene. En conclusión, al menos 12 millones de argentinos no tienen agua en sus casas.

La problemática empeora con el gas natural. Seis de cada diez argentinos tienen gas en sus viviendas, por lo que se puede deducir que más de 18 millones de argentinos no tienen gas natural.

En menor medida, un 35% accede a gas en garrafa, lo que equivale a que tres de cada diez argentinos utilizan garrafas en vez de gas natural. “Las personas usan gas en garrafa, principalmente, porque no tienen otra opción (22%), porque es lo que siempre usaron en su casa (12%) y porque es accesible en la zona en la que viven (8%)”, indica el informe.

Luego, un 9% utiliza petróleo o derivados (nafta, gasoil); un 5% leña; un 1% accede a paneles solares; y otro 1% a biocombustibles (ya sea biodiesel, bioetanol y biogas).

El acceso al gas natural se incrementa conforme aumenta el tamaño de las ciudades, mientras que el uso de garrafa decrece a medida que las ciudades son más grandes.

Sobre el primer término, en las localidades de menos de 10 mil habitantes un 56% accede a gas natural, cuando en las ciudades de más de 100 mil personas el 64% accede a la misma fuente. En las localidades pequeñas, por lo tanto, solo la mitad de los residentes acceden a gas natural.

En las ciudades de menor cantidad de habitantes un 40% accede a garrafas, mientras que en las grandes urbes su uso es de un 31%. Cuatro de cada diez utilizan garrafas en las ciudades pequeñas.

El tamaño de las ciudades, sin embargo, incide de manera variable: mientras que en las ciudades más pequeñas el acceso a la electricidad y agua de red es más alto que en las demás, en el caso del gas natural es a la inversa: en las ciudades más chicas se tiene menos acceso al gas de red que en las ciudades grandes.

“De los datos recabados se desprende que a las fuentes de energía más precarias (gas en garrafa y leña) acceden más y son más consumidas en los hogares de las ciudades más pequeñas (...) y entre quienes tienen entre 25 y 39 años, por quienes no han completado estudios secundarios y por las mujeres”, concluye la fundación.

Electrodomésticos. A la hora de comprar electrodomésticos el ahorro es lo primero que los argentinos tienen en cuenta. Seis de cada diez encuestados (63%) indicó que lo más importante es que el aparato sea energéticamente eficiente y que ahorre energía. Esta primera opción le interesa, mayormente, a las personas de 60 años o más.

La segunda cuestión a considerar, en la misma línea, aunque con una amplía diferencia, casi tres de cada diez (28%) afirmó que lo principal es que el electrodoméstico sea barato. De igual manera, un 27% eligió la opción “que no quede obsoleto en el corto plazo”.

Luego, con el mismo tema, dos de cada diez (22%) afirmó que es primordial que contribuya a un consumo ambiental responsable. Y ya en menor medida, un 9% dijo que solo importa que cumpla su función, sin importar si utiliza mucha energía.

Un 5% cree que la primera cuestión a considerar es que sea estéticamente lindo y a un 2% le interesa que pueda ser reciclado. Finalmente, un 7% de los argentinos no compra electrodomésticos.

¿Qué uso se le da a cada fuente de energía? La fundación Colsecor lo responde. Para cocinar, el agua de red es la fuente de energía más usada (con un 63% de las respuestas). También en la cocina, el gas natural es la segunda fuente utilizada (56%), luego el gas en garrafa (34%) y por último la electricidad en red (22%).

“El uso de la leña para cocinar es bastante marginal: solo el 6% de las personas consultadas declaran usarla para tal fin”, indica el estudio.

Para calefaccionarse, el gas duplica a la electricidad. Mientras que el gas natural se utiliza en un 45% para calentarse, la electricidad de red se usa en un 23% para el mismo propósito. Por lo tanto, casi cinco de cada diez usa gas para mantener la temperatura caliente, cuando dos de cada diez usan la electricidad para lo mismo.

En tercer lugar está el uso de la leña (10%) y por último está el gas en garrafa (7%).

Cambios positivos. En un momento de reflexión medioambiental, las posibilidades de acceder a energías sustentables entran en la mesa de debate. Al respecto, la fundación le preguntó a los participantes en qué medida están de acuerdo o en desacuerdo con algunas afirmaciones.

La primera fue: “En mi casa hablamos y establecemos prácticas de ahorro energético”. El 87%, o sea, casi nueve de cada diez argentinos, está de acuerdo; de los cuales un 53% expresó estar muy de acuerdo y un 34% dijo estar algo de acuerdo.

Quienes están en el rango etario de 60 años o más están significativamente más de acuerdo con esa afirmación que quienes están entre los 15 y los 24 años. Mientras el primer grupo etario está de acuerdo en un 93% (63% muy de acuerdo y 30% algo de acuerdo); el segundo lo está en un 64% (30% muy de acuerdo y 34% algo de acuerdo).

La afirmación “si hubiera créditos o promociones, cambiaría o incorporaría producción energética ambientalmente responsable en mi casa” tiene un acuerdo del 86%, de los cuales un 59% está muy de acuerdo y un 27% está algo de acuerdo. De aquí se podría deducir el deseo de cuidar el medioambiente, pero la

Tres de cada diez argentinos utilizan garrafas en lugar de gas natural

imposibilidad de hacerlo por costos o desconocimiento. La deducción crece con las siguientes afirmaciones.

De igual manera, el 86% de las personas encuestadas están de acuerdo con que “en el país no hay suficiente disponibilidad de dispositivos que permiten adoptar un estilo de vida ecoeficiente” (59% muy de acuerdo y 27% algo de acuerdo).

El 86% de las personas encuestadas acuerdan con que “en el país no hay suficiente disponibilidad de dispositivos que permitan adoptar un estilo de vida ecoeficiente”. Un 59% está muy de acuerdo y un 27% algo de acuerdo.

Ocho de cada diez argentinos está de acuerdo con que “si las personas tienen buena información priorizan consumos de energía ecoeficientes”, de los cuales 45% está muy de acuerdo y un 37% está algo de acuerdo.

También ocho de cada diez (79%) cree que es “es muy costoso tener un consumo energético ambientalmente sostenible”; del total, el 47% está muy de acuerdo y el 32% dijo estar algo de acuerdo.

Un 76% de las personas manifestaron estar de acuerdo con que “la sociedad está avanzando hacia formas de consumo de energía más responsables” (30% muy de acuerdo y 46% algo de acuerdo).

Y, por último, la afirmación “mi consumo energético no va a mejorar ni empeorar la situación ambiental” tiene niveles de aceptación menores, aunque igualmente significativos. Un 52%, o sea, la mitad de los argentinos dijo estar de acuerdo con que el cambio individual no afecta a gran escala. (20% dijo estar muy de acuerdo con la afirmación, y un 32% dijo estar algo de acuerdo. Del otro lado, un 20% dijo estar algo en desacuerdo y un 23% muy en desacuerdo.

En conclusión: más de ocho de cada diez argentinos tiene el deseo o la voluntad de adoptar energías más amigables con el medio ambiente, pero no lo hacen por falta de información, falta de dispositivos, disponibilidad, o dinero.

“Las personas jóvenes parecen tener más conciencia sobre cómo su consumo energético impacta en el ambiente que los adultos de 60 años y más”, concluye el estudio.

EL OBSERVADOR

es-ar

2023-03-26T07:00:00.0000000Z

2023-03-26T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/283957476796657

Editorial Perfil