En las redes todos felices, menos yo

¿Qué pasa que en las redes sociales toda la gente la pasa bien? Come rico, consigue contratos, viaja por el mundo, gana una maratón y además tiene 12.589 likes el video que subió del perro rascándose los genitales.

La respuesta es que los tiempos cambiaron y ahora para tener éxito hay que generar contenidos y llenarse de seguidores. Por eso, nació el Community Manager, una persona que te enseña cómo atraer giles a tu muro.

Antes era “si no estás en la tele, no existís”. Ahora es “si no estás en las redes sos un psicópata, te estás escapando de la Afip o no querés que te encuentren los compañeros del secundario para celebrar el cuadragésimo aniversario de egresados”.

Esa falsa felicidad afecta mucho a los creyentes que no tienen nada para compartir, entonces generan debates en los muros ajenos, que dicho sea de paso, utilizan como muro de los lamentos. Sus comentarios son lacrimógenos. Ahí la tenés a Alejandra contando que hace un mes que no tiene agua ni luz y que se le pudrieron las cosas del freezer. Y a Roberto subiendo la dirección del cementerio donde despedirán a su padre, la necrológica del Facebook. Hay usuarios que someten alguna decisión importante al voto de sus contactos. Preguntan: ¿me hago un tatuaje, un piercing o el harakiri?

Dentro de estas redes, también se forman grupos de personas que se identifican con alguna causa: la Guerra de Rusia o la venta de uniformes escolares usados, es más yo en este momento estoy dentro de un grupo que se llama “Mi perro me usa la ropa”. No sé cómo llegué allí. Quizás una noche después de haberme tomado la pastillita para dormir, le di “unirme” al pedido de la dueña de Goofy.