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Just exist: Breve experimento tardío donde se ensayan algunas ideas sobre “Inside Llewyn Davis”

“With my hands in my pockets and my coat-collar high I will travel unnoticed and unknown”

Bob Dylan

NUEVA YORK, 1961

Woody Guthrie estaba internado en el Greystone Park de Nueva York y recibía visitas de Ramblin’ Jack Elliot y de un tal Robert Zimmerman que llegaba al hospital desde Minnesota para conocer a su ídolo. Elliot, responsable por la mejor versión de “The soul of a man”, el tema de Blind Willie Jonhson que quedó fuera de la clasificación para montarse en las sondas Voyager, tampoco clasificó como el mejor discípulo de Guthrie, aun cuando la competencia era solo de dos; Zimmerman había estado leyendo a Dylan Thomas y prefería que le llamaran Bob.

ANTIGUA GRECIA, EN ALGÚN MOMENTO DEL SIGLO VIII A.C.

Odiseo ha perdido a sus compañeros. Completamente solo, naufraga en la isla de Calipso. En su viaje ha perdido su flota y canta sus desgracias a los feacios. ¿Cómo recreamos esta escena en nuestra retina? Homero (en caso de que haya un Homero) no era muy descriptivo, sin embargo, deja claro que las musas acompañan a Odiseo en su relato.

THE GASLIGHT CAFÉ, 1961

Llewyn Davis ha perdido a su compañero. Completamente solo naufraga en New York con su guitarra; algunos lo escuchan, pocos lo entienden. Llewyn canta todo, solo que, a diferencia de Odiseo, él esconde su verdadero relato en el folk que interpreta: “Hang me oh hang me, I’ll be dead and gone”. ¿Es arte? ¿Es solo la letra de una vieja canción o cargan estos versos con una profunda verdad? Lo que narró Odiseo iba por un canal directo hacia sus oyentes quienes terminan conmoviéndose para luego acercarlo a Ítaca, pero Llewyn oculta sus mensajes en su arte. Nadie va a ayudarlo a regresar a casa (en caso de que exista una casa). Sin embargo, sabemos otras cosas sobre este trovador: sabemos que la penumbra y el humo del cigarrillo lo rodean, y que una breve luz cae sobre su cabeza como más adelante caerá la nieve sobre sus zapatos. Sabemos todo esto porque su historia pertenece al luminoso territorio del arte cinematográfico.

Inside Llewyn Davis (2013) es una película dirigida por los hermanos Coen sobre el compromiso más profundo de un artista con su obra. Su relato nos transporta a la escena musical del Nueva York de los años 60, donde en cada bar o esquina se podían oír los acordes de un viejo blues. Leonard Cohen lo describió así en Famous Blue Raincoat: “New York is cold but I like where I’m living / There’s music on Clinton Street all through the evening”. Llewyn Davis también transita esas calles frías, mientras lleva a cabo su odisea.

Y sí, debemos el comienzo de este ensayo a una analogía que no es para nada un ejercicio de libre asociación. La Odisea es un texto que ha acompañado el peculiar cine de los Hermanos Coen durante algunas de sus obras. Oh Brother, Where Are Thou? (2000), por ejemplo, es una reescritura homérica trasladada al deep south de los Estados Unidos durante la Gran Depresión. Mientras que en I. L. D. regresa a este clásico para rescatar ciertos arquetipos y temáticas que funcionan en un nivel referencial y simbólico. Por ejemplo, el gran tema del regreso a casa se nos revela importante en el filme. Llewyn no tiene hogar, va con su guitarra de sofá en sofá buscando un amigo que “se gane la lotería”, sin embargo, sobre las tranquilas aguas de lo literal flota una referencia a Odiseo. Si Llewyn no puede regresar a casa por alguna kafkiana razón, sí lo hace un gato llamado Ulises.

En una mano un gato, en la otra una guitarra, Llewyn llama a los Gorfein para advertirles que él tiene a su mascota:

—Could you just tell him don’t worry, Llewyn has the cat

—(al otro lado de la línea no lo entienden) Llewyn is the cat?

—No, Llewyn HAS the cat

Rara situación la anterior pero común en el arte de los Coen. Parece un chiste, pero preferimos entenderlo como un mensaje: ¿Llewyn es Ulises o Llewyn tiene a Ulises? ¿Es una metáfora o una metonimia? La respuesta es que funciona en los dos niveles. Metonimia porque Llewyn lleva el gato a su lado, lo que es decir que lleva el texto homérico como referente y juega con él en un sentido referencial directo de igual campo semántico, mientras solo se requiere la contigüidad de sus conceptos. En cambio, sigue siendo metafórico por la susceptibilidad de este protagonista a ser constantemente descifrado. A través de Odiseo como arquetipo Llewyn representa el no retorno y la desesperación, la lucha por

Llewyn perdió a su compañero y naufraga en Nueva York

la supervivencia mientras se aferra a una idea. Solo que en su caso la posibilidad de un regreso es la más oscura de las metáforas, pues se trata de un regreso espiritual, y un intento perpetuo por encontrar el sentido de su arte.

FALLA I

Inside Llewyn Davis es un musical sobre cantantes de música folk en los sesenta. “¡Oh! Pensaba que los musicales eran territorio del country y los bailes impromptu en medio de la calle en los que desde el vendedor de maní hasta el perro de la dama de sociedad dominan el fouetté”.

“PENSABAS BIEN”.

A partir del Oscar a Chicago (2002), la industria, que no funciona si no se repite, intentó el renacer del musical con películas como Crazy Heart (2009), Across the Universe (2007), Country Song (2010), The Last Five Years (2014), I’m not there (2007), Walk the line (2005) (estas dos últimas, buenas contendientes). Ningún musical ha tocado oro hasta ahora, aunque el que más cerca ha llegado, La La Land (2016), falló en vendernos el escapismo de la época dorada hollywoodense. Hace más de una década que no estamos para canciones, desafortunadamente. Eso, en cuanto a que sea un musical. En inglés hay una expresión muy común, usada para indicar el grado de rareza —y de espanto— de algo, o alguien: queer as folk. Eso, en cuanto a los cantantes de folk.

ACERCAMIENTO HERMENÉUTICO I

En esencia, la Hermenéutica se encargaría de cualquier ejercicio de interpretación, o reflexión profunda sobre el mero acto de interpretar. A veces considerada una ciencia, a veces un arte. Su génesis se encuentra en el proceso decodificador de las sagradas escrituras bíblicas, lo que nos podría dejar afirmar que su origen es teológico, pues interpretar dichos textos supondría entender la palabra de Dios. Por otro lado, su etimología nos refiere al dios griego Hermes y sus virtudes como portador del mensaje de los dioses; mientras que el arte de llevar el mensaje del dios griego nos hace suponer que Hermes no es solo el portador, sino el mensaje mismo. Los griegos atribuían a Hermes las capacidades sensoriales o cognitivas de entender los mensajes más codificados y complejos de los dioses, por lo que su uso, ya sea en un ámbito filosófico o ensayístico literario siempre va a estar ligado al ¿qué se dice? y ¿por qué se dice?

Sin embargo, la figura misma de Hermes arroja otras señas que podrían marcar un camino hacia una de las principales polémicas alrededor de la hermenéutica. En el ensayo El aire y los sueños de Gastón Bachelard aparece una nota sobre otras connotaciones alegóricas del mensajero alado. Bachelard observa la peculiaridad simbólica de sus sandalias:“En el pie es donde residen, para el hombre que sueña, las fuerzas voladoras […] Nosotros nos permitiremos pues, en nuestras investigaciones de meta poética, designar estas alas en el talón con el nombre de alas oníricas”. La conclusión de este comentario es marcar que para la hermenéutica, que tiene como problema esencial la interpretación, el campo de los sueños, el inconsciente y el psicoanálisis suponen una zona

oscura y compleja. La propuesta de usar la

Hermenéutica como herramienta analítica parte de un interés por sacar a la luz algunas verdades que han omitido los críticos cuando sólo exploran los motivos cinematográficos del filme y dejan en el tranquilo olvido lo que podríamos considerar esencial. Además el hecho de “interpretar una canción” hace, de alguna manera, que Llewyn Davis sea un hermeneuta. según M. Ferraris, un modo de reconocimiento de la interpretación aparece cuando un intérprete hace suya una pieza musical de otra autoría. En este caso le otorga un nuevo sentido; la complementa con su propia experiencia y crea un nuevo cuerpo de significado. Cuando Llewyn termina de cantar “Fare Thee Well (Dink’s Song)” le oímos decir: “If it was never new, and it never gets old, then it’s a folk song”. A partir de aquí su arte comienza a transitar en el territorio ambiguo de los temas anónimos, tradicionales o de autores olvidados. Llewyn precisamente los encarna a su manera, los convierte en algo que nunca fueron, incluso podemos decir que los traduce. Es curioso que Gadamer, otro hermeneuta, haya tratado también al traductor como un intérprete: “El intérprete debe superar el elemento extraño que impide la inteligibilidad de un texto”. Un texto traducido cae en la misma discusión que un texto interpretado. Gadamer nos recuerda, además, que existe un momento donde el intérprete grabará el texto en su alma. Entonces, ¿qué elemento extraño debe superar Llewyn Davis?

Respondamos con este ejemplo: “The House of the Rising Sun” fue popularizada por la banda inglesa The Animals, sin embargo, la progresión de acordes de su versión está inspirado en los arreglos de Bob Dylan, que a su vez fueron tomados de un olvidado músico que no tuvo la fama de Dylan, pero sí su talento. Este artista convirtió lo tradicional, que sonaba lejano y extraño, en una pieza de rock and roll. Su nombre era Dave Van Ronk y su repertorio era el mismo que el de Llewyn Davis.

No solo canciones como “Hang Me, Oh Hang Me” o “Green Green Rocky Road” conectan a Llewyn con Van Ronk (dentro del filme), sino también una breve aparición de su nombre en la portada del álbum ficticio “If We Had Wings”. Entonces Llewyn arrastra un gran peso sobre sus espaldas, lleva la carga de un músico real que se escapa de su universo de ficción. No obstante, el resultado del filme es un cuerpo único e individual por lo que todas las respuestas a cualquier pregunta deben ser buscadas ahí. Si Van Ronk supo transformar el particular sello de Woody Guthrie, quien también cantó “The House of the Risin’ Sun”, en una pieza escrita en su alma, pues Llewyn también lo hará.

Queda algo más que decir sobre la cuestión del folk y el complejo papel de su intérprete. No porque la canción haya sido ejecutada perfectamente se ha

Dave Van Ronk supo transformar a Guthrie, Llewyn Davis también

TEXTUM

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