“Ver musicales en vivo fue fundante”

El periodista y crítico teatral analiza el retorno de sus espectáculos, que hoy son parte de la actual cartelera porteña.

Es infrecuente que un crítico teatral pase a crear espectáculos y, sobre todo, que en lo que queda de este año sean tres las propuestas que llevarán su firma. En todos ellos, Pablo Gorlero asumió la idea, textos y dirección con un sello propio: musicales. Algunos son reestrenos. Identidad Testimonial

fue uno de los primeros en volver al teatro presencial y ahora estará los sábados a las 21 en El Ópalo (Junín 380). Mientras que De eso no se canta va los viernes a las 20 en Gargantúa (Av. Jorge Newbery 3563). También anuncia su última creación Al

bárbaro le doy paz, que desde el 12 de octubre está los martes en El Picadero a las 21 hrs. Asegura:

“Es un tributo a María Elena Walsh a sus diez años de su muerte. Hice un trabajo de edición en cuanto a textos de ella y míos. Es un cancionero con Déborah Turza, Mariano Magnífico, Flavia Pereda y Julián Pucheta”.

En los espectáculos se mantienen nombres, como si hubiese conformado un equipo de trabajo, en los cuales Juan Ignacio López es el músico mientras que para las coreografías suelen figurar los nombres de Verónica Pecollo o Agustín Macagno.

—¿Por qué reestrenar “De eso no se canta” que es del 2018?

—La quiero reestrenar siempre, me gustaría hacerla toda mi vida. Me gusta no solo a mí sino también al grupo, casi somos los mismos desde que empezamos.

Tiene un mensaje histórico político, que nos interesa decir y difundir. Quise demostrar que el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra. Muestro hechos ocurridos hace más de cien años y se siguen repitiendo. Fue uno de los primeros espectáculos que hice y donde más fusioné mi trabajo como periodista al de artista. Es un trabajo de edición. Junté textos de poetas que sufrieron censura, persecuciones o muertes. Así aparece “El Cordobazo”, casi la crónica que había hecho Rodolfo Walsh. Pasamos por las guerras mundiales, la Guerra Civil Española hasta nuestra Dictadura.

—¿Primero fue el periodista o la vocación por los musicales?

—Primero fue la pasión teatral, pasé por veterinaria y soy periodista casi por casualidad. Con mis padres vivíamos en Corrientes y Talcahuano y desde muy chico iba a los teatros. De adolescente una compañera me contó de El

diluvio que viene, me entusiasmé, me pagué la entrada y me fascinó. Mi padre era muy fanático del cine musical, pero verlo en vivo fue fundante. No dejé de ver teatro, después paralelamente me puse a estudiar.

—¿Cómo surge una pieza como “Identidad testimonial”?

—Es producto de la pandemia. En medio de la cuarentena más cruda, con todos encerrados, me convocan del Espacio Milion, donde siempre hacen performance pero que esta vez lo iban a hacer de manera virtual sobre teatro musical. Empecé a escribir estos puentes entre varias canciones. Es una experiencia musical conceptual, no tiene argumento, sino un concepto. Grita contra todo tipo de discriminación. Después se estrenó en los jardines del Auditorio Belgrano, una de las primeras en volver. Ahora lo presentaremos en El Ópalo que es el ámbito ideal.