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Fe en las vacunas y en la ciencia

ANA LUCÍA OLMOS ÁLVAREZ* *Doctora en Antropología Social. Investigadora asistente del Conicet-undav. Investigadora de la encuesta Ciencia, Salud, Creencias y Sociedad en contexto de pandemia covid-19 en Argentina.

En diciembre pasado se cumplió un año de la llegada a la Argentina de las primeras vacunas contra el covid-19. Como muchos aniversarios, el primero del plan estratégico para la vacunación es una buena ocasión para leer la actualidad y pensar el futuro.

La pandemia producto del SARS-COV2 trajo al centro del debate público las problemáticas acerca de la salud, la enfermedad y las formas de atención dados los desafíos de gestionar una enfermedad cuyo conocimiento avanzaba conforme lo hacían los contagios y los fallecimientos. Junto a las recomendaciones sanitarias, las vacunas son piezas claves para el andamiaje de una “nueva normalidad”.

El Monitor Público de Vacunación indica que más de 33 millones de personas fueron vacunadas con esquema completo. Una primera observación que se desprende de este número es la confianza de nuestra sociedad en las inoculaciones. A partir de los datos de la encuesta Ciencia, Salud, Creencias y Sociedad en contexto de pandemia covid-19 en Argentina podemos complejizar esta afirmación. Financiada por la International Research Network for the Study of Science and Belief (Universidad de Birmingham y Fundación Templeton) y dirigida por la doctora Gabriela Irrazábal (UNAJ/CEILCONICET), esta investigación fue realizada entre agosto y octubre de 2021. Uno de sus objetivos fue conocer las formas en que las personas de distintas confesiones religiosas conciben la pandemia y a qué elementos recurren para atravesarla.

Hallamos que, frente a temas de salud, las y los evangélicos/as acuden en mayor medida a la oración y a los cuidados por medio de la alimentación, mientras las y los católicos/as lo hacen con infusiones. Opciones también presentes entre los/as sin religión, quienes igualmente apelan a oraciones y a la cura del empacho como formas de atención de los padecimientos.

Estas prácticas no implican dejar de recurrir a la medicina científica. De manera similar, según la adscripción religiosa, la fuente principal de información sobre salud son los/as profesionales e instituciones. La consulta a internet está muy extendida y con valores mayores al 90% entre las y los alejados/as de las religiones, mas disminuye para católicos/as y evangélicos/as.

Respecto al abordaje de la pandemia, existe una creencia generalizada en que la vacunación masiva evita la propagación del coronavirus. Un 56,7% de los/ as respondedores/as declara que las vacunas sirven para “proteger” o “evitar” enfermedades mientras que para un 39% refuerzan el sistema inmunitario. La primera noción, similar según adscripción religiosa, está presente en mayor medida entre las y los agnósticos/as; entre quienes sostienen la segunda idea se destacan las y los evangélicos/as.

La valoración positiva de las vacunas es congruente con la cantidad de población inoculada. No obstante, la creencia acerca de que evita la propagación de la enfermedad es una señal a atender. Esta convicción que, contraría la función técnica de la inoculación, puede llevar al relajamiento de otras medidas de cuidado como el distanciamiento o el contacto con familiares y amigos al generar una sensación de protección que no es tal.

Entre quienes rechazan vacunarse se esgrimen tres argumentos: la “falta de confianza” alcanza al 58%; un 40,3% asegura que “te contagiás igual”, y el 37% señala temer los efectos adversos.

Por ello, en el contexto de una nueva ola, es imperioso mantener el ritmo de inoculaciones, completando y reforzando esquemas, y clarificar el mensaje sobre las vacunas para alcanzar a quienes aún dudan. Junto a las creencias religiosas, la confianza en la ciencia es nodal para atravesar situaciones críticas como la pandemia.

EL OBSERVADOR

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2022-01-22T08:00:00.0000000Z

2022-01-22T08:00:00.0000000Z

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