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REFERENTES DE ALGUIEN QUE SABE REÍR

A.M.

—¿Cómo te percibís en relación al género del stand up? —Justamente estoy armando una especie de documental sobre quiénes son los primeros que trajeron el género, cómo fueron los primeros shows y cómo reaccionó el público. Las nuevas generaciones no saben cómo arrancó todo, y me gusta documentarlo. Es un género con el que me siento muy identificada. Qué bueno que nací en este tiempo; si hubiera nacido treinta años antes, esto que siento que es mi vocación no existía. Es un género que me gusta, conozco sus reglas, me siento standapera. Los standaperos son mi grupo de pertenencia. El género circulaba por Estados Unidos y España. Un grupo de chicos, que lo conocían y estudiaban arte dramático en la Argentina, se empezaron a juntar para empezar a armar monólogos. Hay una polémica en la que no me interesa entrar, de tipo “¿Pinti hacía stand up? El monólogo es algo que ya hacía”. El stand up es un monólogo que responde a ciertas leyes que se empezaron a hacer a principios de 2000 y entró a circular por Buenos Aires. —¿Qué significa para vos una referente mujer en el humor como Niní Marshall?

—Con Niní tengo un vínculo particular íntimo. No la conocí pero, si existieran los santos, yo le podría llegar a rezar a Niní. Yo trabajo con Lino Patalano, que fue su representante, así que de alguna manera estoy vinculada con ella a través de él. Admiro mucho a las mujeres que se animan a hacer humor, que es embarrarse, es ensuciarse, es ir en contra de lo que, al menos en mi generación, teníamos como mandato: ser linda, correcta, decorativa. El humor viene a romper todo eso.

TEATRO

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2022-01-22T08:00:00.0000000Z

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