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“Fue un fenómeno absolutamente popular”

El artista y productor recuerda frente al reestreno aniversario en el Movistar Arena aquellos primeros días de Drácula y su génesis.

JUAN MANUEL DOMÍNGUEZ

Fueron momentos muy emotivos” dice Ángel Mahler al rememorar todo lo que sucedió al momento del estreno de Drácula. Lo dice a días de haber vuelto, precisamente, con la gira final del hito creado junto a Pepito Cibrián. Mahler, de cara a los shows el 6, 7 y 8 de octubre en el Movistar Arena, define lo que sucedió cuando el musical salió al mundo: “A mi criterio fue el nacimiento de la comedia musical conocida de esta manera, toda la obra es cantada de principio al final. Como a mí me gusta la ópera, siempre me gustó la palabra cantada. No fue una novedad para mí, pero sí sé que lo fue para el público. Eso le dio ese formato casi operístico que tiene Drácula”.

—¿Qué implica este regreso a nivel personal?

—Mira el regreso de Drácula a la cartelera porteña,implica tal vez que vuelve lo mejor, o lo que considero más auténtico de mis composiciones. Es una historia que me encantó desde el principio que la leí y la obra original de Bram Stoker se inspiró muchísimo, me inspiró la psicología de cada personaje. Digo “auténtico”, porque a veces uno hace cosas pensando en que pueden ser comerciales o pueden llegar gustar más al público. Drácula no tuvo esa mirada, para nada. Toda la música fue lo que me nació del reflejo de cada personaje, de su forma de ser. Fíjate que todos los personajes tienen un leitmotiv, cosas que no es habitual en los musicales. Acá todos los protagónicos tienen leitmotiv fuertes.

—¿Por qué crees que conectaste tan orgánicamente con la novela en aquel momento?

—Me encanta la mezcla de terror y amor, me gusta el romanticismo extremo. Esta historia de amor agregado al libro original de Bram Stoker, porque el libro no tiene la relación de Drácula y Mina. Eso nació de la música y el libro, una cosa llevó a la otra, algo mutuo. Creo que fue un hallazgo a la hora de hablar del gusto popular, de explicar su fenómeno. Recién en la película de Coppola también aparece una mirada romántica, pero antes no existía en ese momento.

—¿Cómo recordas aquel momento de suceso tan enorme?

—Fue un fenómeno. Uno que logró traspasar la barrera de lo intelectual para ser algo absolutamente popular. Yo creo que debe ser así la música popular. Lo que llamamos hoy música clásica, Beethoven, Mozart, Wagner, o las óperas… las óperas eran populares en su momento. No había otra cosa. Yo nací con eso, y no lo digo por parecer nada. Entiendo el poder popular de esas piezas. Cuando llegó el momento de hacer Drácula, yo elijo voces líricas. Jóvenes, seguro, pero voces líricas. Juan Rodo tenía 24 años pero era un cantante lírico, estudiaba ópera. Cecilia Milone no lo era, pero sí fue para ese lado. Estudió lírica. El cuento estuvo contado con la vertiginosidad que se cuentan los musicales hoy. Yo le proponía a Pepito, y él me proponía. Y así fuimos creando en tiempo récord, se trabajó rapidísimo. Yo componía y él montaba al mismo tiempo. Le mandaba los cassettes al Luna Park mientras seguían ensayando, y me iba al estudio en Talcahuano y Perón, y seguía componiendo.

—¿Cómo fueron aquellos primeros pasos?

—Pepe llama a Tito Lecture por primera vez, y Lecture le da una cita, pensando que es el padre, que es Pepe Cibrián padre. Y cuando él va, se encuentra con Pepito. Al día siguiente se encuentra con Angelito. Cuando voy yo, después que se había reunido con Pepito, le había mencionado a Mariano Mores. De todo eso, nació Drácula.

Hoy siempre la sorpresa es que ninguna función es igual a otra. Vemos cuanto mejor se puede hacer cada día.

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2022-10-01T07:00:00.0000000Z

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