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En España, Córdoba es mucho más que la mezquita, hoy patrimonio cultural de la humanidad. Es una de las provincias de Andalucía donde se esconden muchos tesoros. Aquí, destacamos siete puntos ubicados en la ciudad o a un máximo de cien kilómetros de distancia. Si un día vas por esta maravillosa comunidad autónoma española, cuya capital es Sevilla, no dejes de conocer su hermosa provincia del sur de la región

Quien oye decir Córdoba, piensa en la mezquita. En la Edad Media, era esta la mezquita principal de los moros. Hoy, este patrimonio cultural de la humanidad, con sus arcos de medio punto, es una visita obligada en cualquier viaje por el sur de España.

Pero Córdoba también es el nombre de la provincia. Aquí, en el interior de Andalucía, se esconden algunos tesoros.

La Mezquita-Catedral:

Desde el año 1236, cuando Córdoba fue reconquistada a los moros, los representantes de la Iglesia católica transformaron todo paulatinamente. Del minarete hicieron el campanario y tumbaron una parte de las columnas. Introdujeron capillas y una obra tosca, que nombraron catedral. Pero no lograron sacudir los fundamentos del fabuloso edificio original. La obra fue iniciada en 785 por el emir Abderramán I y luego ampliada varias veces. La mezquita principal, con sus salas de oración, se convirtió en referencia. Así se aprecia aún hoy.

Las columnas de mármol, jaspe, pórfido, granito. Los dobles arcos rojos y blancos, entre los cuales se cuelan la penumbra y las sombras. Y adelante de todo, el espacio consagrado a los rezos, llamado mihrad, que impresiona con las inscripciones que lo decoran.

Los patios interiores: Los patios interiores de Córdoba, con sus fuentes, sus macetas con flores y sus suelos empedrados o enlozados son el orgullo de la ciudad. Cada patio es una joya en sí mismo. El Palacio de Viana, un palacio-museo histórico, agrupa a doce de ellos.

El casco antiguo:

Laberintos de callejuelas, iglesias, el Alcázar: el casco antiguo de Córdoba es un imán para turistas. En el histórico barrio judío (judería), la sinagoga está abierta a los visitantes. En tiempos normales, la fila para entrar llega hasta la plaza más próxima y tapa así las entradas a numerosas viviendas. Pero durante la pandemia todo es diferente. "Ahora incluso echo eso de menos", comenta una vecina.

Medina Azahara:

El esplendor de los califas de Córdoba se puede observar también diez kilómetros al oeste de Córdoba en el conjunto arqueológico Madinat al-Zahra (también llamado Medina Azaha

ra). Con forma de terraza, a los pies de la Sierra Morena y frente al valle del río Guadalquivir, tuvo una vida breve: entre 936 y 1010, cuando fue destruido por tropas bereberes.

El paseo por las ruinas lleva hacia arcos de herradura y algunos cimientos. La Ciudad Brillante es patrimonio cultural de la humanidad, al igual que la Mezquita, pero el brillo de los tiempos pasados solo se puede entrever con imaginación. Los arqueólogos desenterraron solo el 12 por ciento del recinto.

Castillo de Almodóvar del Río:

La fortaleza andalusí, que se eleva en las colinas sobre Almodóvar del Río, gozó de cierta fama hace muy poco: como decorado de la famosa serie fantástica Game of Thrones. En la Baja Edad Media, el rey Pedro I el Cruel encerraba a sus enemigos en las mazmorras. Hoy, los amantes de los castillos de todas las edades pueden hacer realidad allí sus sueños. El escenario es perfecto: los ascensos a las torres, la vista a las mazmorras adornadas con esqueletos, los pasillos zigzagueantes, la capilla de la fortaleza, las réplicas de espadas y cascos de caballeros, una catapulta. El brillo de épocas antiguas fue recuperado con una amplia restauración.

Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro:

El guía Juan Carlos Molina conoce muy bien el menú del lince ibérico: "Un conejo por día". En el Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro, hay nuevamente linces desde comienzos del presente milenio. Es raro toparse con estos animales esquivos. Pero en el recorrido desde Venta del Charco, en cambio, se pueden ver con prismáticos águilas calzadas y buitres leonados. Las encinas y los melojos forman parte de la vegetación típica de la zona. En la primavera, florecen el contueso (o tomillo borriquero) y las jaras pringosas. El camino avanza plano y solitario. La meta es El Cerezo, un pueblo que en parte está en ruinas, a 6 km. Un pequeño emprendimiento de la zona produce jamones. Antonio Copado Bermúdez cuenta cómo alimenta a los cerdos con bellotas para conferirle su sabroso sabor al jamón.

Zuheros: Es un pueblo de montaña como salido de un cuadro: una maravillosa agrupación de casas blancas en medio del Parque Natural Sierras Subbéticas.

La ruina de un castillo se levanta de las rocas. La subida es escarpada. Un camino estrecho atraviesa el pueblo. Desde las casas huele a rosas. En un pequeño restaurante, una pizarra ofrece bocadillos a tres euros (3,6 dólares), una porción de chuletas de lechal a nueve (casi 11 dólares). Es loable que nadie se aproveche de la excelente fama de Zuheros.

Las mejores épocas para visitar Córdoba y los alrededores son la primavera y el otoño europeos. En pleno verano puede hacer mucho calor en Andalucía.

SUMARIO

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2021-06-12T07:00:00.0000000Z

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