DE BO DEREK A LA CHINA

Allá lejos y hace tiempo, hace 43 años, una película titulada La Chica 10 convertía a su ignota protagonista, Bo Derek, en un ícono de moda y en la mujer más deseada del mundo. Y ahí se acabó su historia en el cine, pero solo una peli le alcanzó para ser inolvidable. Cuando lleguen a la página 3 del sumario y a la 40, donde está la nota sobre ella, verán cómo está hoy, que tiene gloriosos 65 y, según confiesa, cero cirugías. Y ahí sí, a ustedes mujeres se los digo, enciérrense en el baño y lloren tranquilas si no son de ese equipo al que los años le sientan tan bien ni de ese otro al que le genética apañó con honores. Qué belleza, por Dios. Ayer, hoy y siempre... Realmente, con esta edición me gané una depresión de aquellas porque yo, con 55 y cero cirugías estéticas -con una al corazón me bastó y sobró como para pensar en un quirófano otra vez-, en lo único que me puedo parece a esta diosa eterna es en el hermoso trajecito negro que lució la semana pasada en un evento de gala, claro que el de ella debe ser de Dior y el mío, del localcito de mi barrio que tiene una ropa divina...

Todo esto se los cuento, lectoras -perdón caballeros si los dejo afuera, pero esto es cosa de chicas- para que no se sientan malas ni envidiosas, o sí, pero sepan que no están solas. Es como cuando veo a la China Suárez en toalla, recién salida de la ducha (página 6) y me pregunto cómo puede ser, más allá de la diferencia de edad, que ella esté así y yo, que me baño igual y me lavo el pelo igual, sea un pájaro mojado despeluchado. La naturaleza reparte mal, muy mal, y “las chicas 10” de este mundo son muchas, pero pocas tan inolvidables como Bo, esa por cuya culpa todas las hoy ciencuentonas nos quisimos hacer trencitas africanas en el pelo aunque la malla enteriza nos quedara como una patada donde ya saben. Y de La China, qué decir, es la más linda lejos, y ella lo sabe... Tanto lo sabe que nos humilla a diario desde sus redes con ese rostro que su madre y su padre le dieron. Y no digo “que Dios le dio” porque entonces ya estaríamos para pelearnos seriamente con el Barba discutiendo filosóficamente aquella mentira sobre eso de que quiere a todos por igual... Disfruten la revi, que yo voy a seguir penando un rato más frente al espejo...