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Qué puede pasar en la campaña. Por Fernando Opacak, Ingeniero en Producción Agropecuaria. RESERVAS.

Dólar, devaluación, precio de la leche, de la carne, del gasoil, de los commodities, retenciones, cambio de gobierno, actualidad y perspectivas climáticas, son factores que determinan un comienzo de campaña con incertidumbre.

Por Fernando Opacak*, Ingeniero en Producción Agropecuaria Fotos archivo Super CAMPO

Una nueva campaña de forrajes (henos y ensilados) ya ha comenzado con lo que conocemos como pasturas, que en realidad conglomeran una serie de cultivos entre los que se pueden encontrar las pasturas consociadas, pero también cultivos puros como alfalfas, avenas, cebadas, vicias, entre otros. La incertidumbre que está generando el cambio de gobierno y de rumbo económico, se siente en la respuesta de cada contratista ante la consulta de que es lo que espera de ésta campaña, que van a hacer sus clientes (productores de carne y leche), si van a sembrar la misma superficie que el año pasado o van a ser más prudentes, o por el contrario, ven una oportunidad de negocio bajo el refrán de“A río revuelto, ganancia de pescadores”.

En general y en una gran parte de las zonas productivas en donde se realizan reservas en ésta época del año (primavera) y las siembras de primera, los cultivos han venido bien en cuanto a sanidad y desarrollo.

Pasturas

En el norte del país, las pasturas (principalmente Gatton Panic) vienen atrasadas por la falta de

lluvias o un retraso en la aparición de las mismas. Esto redundará en un corrimiento de su época de ensilado, probablemente en febrero los primeros trabajos.

Ya en la región centro del país, han presentado un buen desarrollo con rendimientos similares a años promedio anteriores, alfalfas con buen desarrollo (alrededor de 6 – 7 Tn/ha) en detrimento de cereales de invierno como trigos o cebadas. Los segundos cortes de alfalfa arrojando buenos rendimientos y muy buenos valores de proteína cuando se puede realizar el corte en la el estado óptimo del cultivo (botón floral) y pre oreo, para posterior ensilado.

En Buenos Aires, oeste y sudoeste estuvieron complicados con la falta de lluvias. Los cultivos como cebadas o trigos en algunos casos lograron llegar al estadío para hacer reservas, pero muchos lotes que no lograron el volumen para ensilarse. Las cebadas y algunos trigos estuvieron en el orden de las 18 – 20 Tn/Ha (siempre hablando de materia verde recién ensilada). En cuanto al maíz en el norte, habrá que esperar un tiempo para ver las precipitaciones en lotes de secano, que son la mayoría.

En el sur de Corrientes y Entre Rios hubo un desarrollo desparejo de este cultivo en las siembras tempranas. Algunos lotes ya más complicados o sin sembrarse luego de las abundantes precipitaciones (de fines de agosto). Centro de Entre Rios buen desarrollo de los sembrados en agosto.

En la región centro, los maíces sembrados esperan las tan ansiadas lluvias, que llegan en forma dispar según las distintas zonas que componen la región. En algunos casos está faltando agua como en el oeste bonaerense.

Guardar más

Hablar de guardar “comida” para más de un año, a veces puede resultar liviano y carente de justificación. Pero hay estudios que más allá de lo que uno pueda injerir a priori, como el costo financiero de tener que solventar más de lo necesario para un ejercicio económico, demuestran que no es tan difícil implementarlo.

De todas maneras, hay una cosa que sí debemos saber, y es que la agrícola-ganadera es una actividad a cielo abierto que posee muchos riesgos en cuanto a lo climático. Y estos riesgos no pueden desestimarse a la hora de hacer una planificación de la demanda forrajera que voy a tener con mi plantel de animales en el campo.

Si lo que pretendo es lograr una estabilidad y no llegar a la primavera del año que viene, teniendo que comprar rollos, megafardos o incluso el costoso traslado de silo de campos vecinos (si es que alguien se anima a venderme), no queda otra alternativa que pensar en realizar más de lo que necesito. ¿Qué cantidad? Imposible dar una fórmula. Dependerá de decenas de factores que pueden incidir tanto en

la producción como en la conservación, además de las herramientas de financiación de las entidades bancarias como los propios contratistas. Otra característica ventajosa del silaje de maíz, además de que agrega valor ya que se convierte en carne, leche o energía, es que no posee retenciones.

¿Qué pasa en un año malo?

Un año malo puede significar que no llueva en la siembra, que no llueva en floración, o que por el contrario, tengamos anegamientos en el transcurso del desarrollo del cultivo. Podemos ser previsores, pero tampoco en cultivos en secano hay muchas herramientas a nuestro alcance que podamos utilizar una vez que el cultivo está implantado, más allá del control de insectos y malezas.

Se podría pensar en sembrar un área mayor a la que se va a ensilar, pensando en que si tenemos un año complicado en lo hídrico y por ende, una disminución en los rendimientos, podamos destinar una mayor superficie al ensilado para compensar las toneladas a obtener y así llegar a cubrir la demanda forrajera.

Si podemos lograr un cultivo y se complica en la última etapa, tendremos que estar muy alertas a su estado, ya que hay herramientas que podemos utilizar dependiendo de las circunstancias, como por ejemplo no llegar a la materia seca (MS) límite para ensilar o por el contrario, estar con muy baja humedad producto de una sequía prolongada en las últimas etapas del crecimiento.

No llegar a la MS mínima para ensilar puede deberse a que el cultivo no ha podido llenar el grano y en la planta se encuentre una alta cantidad de agua,observando hojas senescentes en la base. En este caso el contratista podría elevar la altura de corte del cabezal buscando no incluir en el material picado la parte basal de las plantas. El tamaño del picado dependerá mucho del contenido de humedad pero, por regla general, a mayor contenido de agua, el tamaño será mayor, de manera que no rompamos tanto la pared celular y tengamos pérdidas de nutrientes por algún factor mecánico.

Si, por el contrario, el cultivo se encuentra pasado, o sea que está arriba del 45% de MS, las alternativas serían bajar la altura de corte y disminuir el tamaño de picado al máximo, de manera de poder ayudar al quebrador de grano a hacer su trabajo y además, disminuir en el proceso de compactación, la cantidad de aire u oxígeno que pueda quedar entre las partículas de forraje. Esto redundará en una mejor conservación en el tiempo.

Inoculación

La inoculación en ambas situaciones seguramente sea una práctica adecuada, ya que en Silaje de maíz, en situaciones que no son las ideales, cualquier ayuda externa que nos proporcione una aceleración de la fermentación láctica, será una buena idea de implementación para lograr un silo con una calidad aceptable. Además hoy existen en el mercado diferentes tipos de inoculantes, según la situación en la que van a ser utilizados. Incluso hay inoculantes que proporcionan una estabilidad aeróbica adicional en la apertura de estos silos que fueron confeccionados en condiciones adversas.

Si tenemos un año “bueno” con rendimientos mayores a la media, lo ideal sería que se puedan guardar más kilos y tener una reserva de alimento que nos permita afrontar momentos donde pueda llegar a faltar o para campañas futuras. Con el cuidado adecuado de los plásticos protectores ya sean silos aéreos o bolsas, un ensilaje podría durar más dos años sin problemas.

*Coordinador General de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros

SUMARIO

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2019-12-05T08:00:00.0000000Z

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