Kiosco Perfil

Pequeña & deseable.

Aprovechando el éxito obtenido por sus LCP en calibre .380 Auto, Ruger presenta la versión de fuego anular de una pistola que dará qué hablar. Analizamos sus prestaciones.

Por Pablo Crespo.

Aprovechando el éxito obtenido por sus LCP en calibre .380 Auto, Ruger presenta la versión de fuego anular de una pistola que dará qué hablar: la LCP II .22 LR. Analizamos sus prestaciones.

En cuanto a armas de puño y su calibre, hay una realidad imposible de obviar: para que disparar un arma pequeña sea algo agradable y equilibrado, su calibre también tiene que ser pequeño. Cualquiera que haya tirado con una Detonic .45 ACP o un pequeño Smith & Wesson .357 Mag –por dar solo dos ejemplos– comprenderá mi punto de vista.

Hace pocos años, la firma Ruger revolucionó el segmento de pistolas de bolsillo al presentar su LCP en calibre .380 Auto. El éxito comercial obtenido –estaba sobrevendida a poco de su lanzamiento– hizo que la empresa presentara al poco tiempo la LCP II, una versión con algunas mejoras. Ahora nos sorprende con su LCP “Lite Rack”, recamarada para el popular y económico .22 Long Rifle.

¿Pistola de entrenamiento?

La denominación de este modelo se debe a la palabra “lite” –liviano en inglés– y a la onomatopeya “rack”, utilizada para designar al accionar de la corredera. Una saliente en la parte trasera de esta última (que no se encuentra en las versiones .380) y un resorte de menor libraje por el pequeño calibre, hace que durante el accionamiento manual para pasar cartucho a recámara se ejerza un menor esfuerzo. Los motivos que esgrime su fabricante para este lanzamiento son que funcione como arma de entrenamiento para los usuarios de la versión calibre .380 Auto. Algo que no comparto en absoluto.

Veamos… Un inconveniente que se experimenta al disparar la LCP 380 es el retroceso de su calibre, que si bien es controlable, debido al pequeño tamaño del arma y a su escaso peso, nos obliga a concentrarnos en el empuñe. Ese inconveniente no lo experimentaremos al utilizar la versión .22 LR, por lo que luego de unos cientos de tiros relajados de práctica con ella, nos veremos obligados a modificar la forma de empuñar al volver a utilizar a su hermana de calibre mayor. Por más que sea algo costoso, si realmente quiere entrenar con un arma de defensa, hágalo con el calibre que va a utilizar.

¿Cuál sería su utilidad entonces? Para el tiro informal, si bien se puede utilizar –nada lo impide–, sus aparatos de puntería no son ideales ya que nos limitaría la distancia en una sesión de plinking. ¿Qué nos queda? ¿Un arma de defensa? Y aquí se abre un debate que viene desde tiempos inmemoriales. ¿Sirve el calibre .22 LR para defensa? Si tengo que dar mi opinión, digo no. Y sin entrar en detalles, digamos que por defensa se entiende el incapacitar a un individuo para que no inicie o continúe una agresión que nos pone en peligro.

El .22 LR puede causar mucho daño y hasta la muerte, sin duda, pero su poder de incapacitación es muy escaso. Claro que sería más adecuado un 9 mm o un .40 SW o .45 ACP, pero… ¿h ay armas de esos calibres del tamaño de una LCP?

Concluyendo, la Ruger “Lite Rack” reúne una capacidad de 10+1 cartuchos, una facilidad de maniobra muy cómoda al no requerir cierto esfuerzo para accionar su corredera, la posibilidad de un entrenamiento constante debido a su calibre y –por último– un tamaño ideal para llevarla entre la ropa o en un bolsillo. ¿La usaría como arma de defensa? Eso es una pregunta que cada usuario que piense adquirir una tiene que hacerse evaluando sus pro y contras.

El arma en sí

Su plataforma es la de la Ruger LCP II con las mejoras introducidas para esa versión. En este caso, con el agregado de la pequeña saliente en la parte trasera de la corredera y un seguro externo. Respecto a este último, su desplazamiento horizontal requiere cierto acostumbramiento para accionarlo de manera instintiva.

El sistema de disparo de todas las LCP es difícil de denominar. Si bien se asemeja a una doble acción única, no es lo que se espera de ella ya que no se puede repetir re un disparo en caso de falla. ll En sí, se asemeja más al Safe Actión de Glock con su aguja premontada, pr pero en este caso la Ruger R posee martillo. Para hacer actuar ac ese martillo es necesario accionar ac la corredera, por lo que en caso de una falla de percusión hay que pasar un nuevo cartucho en recámara. Actualmente, nominar el sistema de disparo de muchas armas se está convirtiendo en un problema. Ya la clasificación de simple acción o doble acción no alcanza. Ruger lo ha solucionado denominando a las LCP como “Single Strike Double Action Mechanism”, lo qu que se interpreta como un meca canismo de doble acción pero de un una sola percusión. En fin….

A pesar de que todavía no ha lle llegado a nuestro país, su presentación despertó cierta expectativa entre los usuarios locales. Lo cierto es que –más allá de disquisiciones técnicas– la nueva Ruger LCP II en calibre .22 LR es un arma deseable.

El calibre .22 LR siempre resultó controversial cuando se lo plantea para defensa. Hay media biblioteca para cada lado. Lo cierto es que para uso deportivo resulta un tiro económico y muy bueno para mantenerse en forma.

CONTENIDO

es-ar

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/282016150248772

Editorial Perfil