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El Covid-19 sumó una nueva víctima. Esta vez,unamigodelacasa: Gustavo Méndez, el Gallego de la armería del Tiro Federal de Lomas de Zamora, una persona que como algún socio de la institución dijo: “Ya era parte del mobiliario”. A sus 67 años sabía más del polígono que nadie. Era la historia viviente del lugar. Integrante de diferentes comisiones directivas a lo largo de los años, los distintos presidentes lo querían en sus listas como vocal titular, comisario de tiro, jefe de personal, etc. El, como buen trabajador, estaba siempre, a toda hora, en todo momento. Para muchos de los que lo conocieron, su personalidad encerraba el don del conocimiento del rubro, con el de buena persona y el del humor sutil, que explotaba siempre entre amigos y en voz baja con una sonrisa cómplice. A través de su armería proveyó armas, cartuchos, equipos, consejos y amistad. También crédito y asistencia en épocas de vacas flacas, siempre intentando buscar la mejor solución. Como legado inculcó en los socios ese amor por la institución, que en forma de eco hoy tiene réplica en la confitería del club, lugar de encuentro donde atendía su boliche. Desde el 29 de abril de 2021 los amigos, socios y directivos del Tiro de Lomas no se imaginan un club sin él ni con su mesa vacía a la derecha del salón comedor.