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10 embarcaciones que revolucionaron la náutica argentina.

Cuáles fueron los hitos principales del país en los 50 años de revista Weekend.

Por Martín D’Elía.

La náutica argentina es una de las actividades industriales y deportivas con más historia en el país. Innumerables astilleros han pasado por las páginas de nuestra revista desde que salió el primer número, allá por octubre del año 1972. Muchos de ellos hoy siguen en pie, algunos cercanos a los 100 años de antigüedad, como es el caso de Regnícoli, que en aquel primer número presentaba la Dina y la Dorado. Otro que se introdujo en aquella primera edición y hoy sigue presente es el astillero Náutica, conocido como Bermuda, y que presentaba las icónicas Bermuda Caribean, Cobra,

Brava, Bermuda SS y Mark II. Hoy con más de 75 años, Canestrari Hnos también estuvo presente en ese primer número con los modelos Avan 550 P, Avan 440, Avan 410, Avan 330, Avan 200 C, acompañado por un astillero legendario de Córdoba, Gaggiofatto, que en 1972 presentaba la GH 360 B.

Por otro lado, muchos de aquellos astilleros que nos acompañaron en esa primera edición hoy no están, como Pagliettini, Neptuno, Juanjo, Delta Marine y Aquamarine. Sin lugar a dudas de todos modos dejaron su huella con innumerables y excelentes embarcaciones, muchas de las cuales aún hoy siguen surcando nuestras aguas sin dificultades.

Motonáutica

Si bien es un segmento con una gran trayectoria, por los años ‘70 una de las principales diferencias que presentaba el mercado náutico con respecto al de la actualidad es que la mayoría de los astilleros tenían alguna vinculación con la motonáutica depor tiva. Muchos fabricantes como Pagliettini, Regnícoli, Canestrari y Arcoiris, entre

los más grandes, y otros pequeños que también construían sus propias embarcaciones, destinaban recursos propios para el desarrollo de las naves de competición.

Aquellos años, entre los ‘70 y los ‘90, la motonáutica atravesaba una de las épocas de oro: todos los astilleros probaban embarcaciones y demostraban que sus cascos tenían buen rendimiento, es más, algunos hasta poseían una sección especial de competición con equipo propio, que los llevó a esmerarse por desarrollar lanchas de alta performance con cascos de buen desempeño en alta velocidad, lo que desencadenó la época de oro en el diseño de embarcaciones rápidas, junto a la carrera por el desarrollo tecnológico de la fabricación de naves en plástico reforzado. Entre los diseños más conocidos de la época tenemos la Pagliettini Gacelux y la RS 54, este último, un diseño emblemático de los años ‘80 que hoy sigue siendo imbatible.

Regnícoli, por su parte, batía el récord de velocidad con su casco Dorado y también competía en turismo con la conocida Albacora, además de los desarrollos de cascos especiales para competición. Canestrari tuvo una fuerte participación en la motonáutica con la Avant 505 y, ya más en los ‘90, con las monomarcas Canestrari 190 Racing y el

Canestrari 2000, que era un catamarán muy bien equilibrado, de baja potencia pero muy competitivo. Por último, el Astillero Arcoiris que a finales de esta década creó el prototipo catamarán F1 Powerboat, que sería uno de los últimos desarrollos en la motonáutica de parte de un astillero.

La crisis de 2001 pegó un cimbronazo muy fuerte en la industria náutica y lo primero que se discontinuó fue la motonáutica y su vinculación con las empresas. Los grandes costos y la falta de presupuesto, sumado a la desarticulación de muchas instituciones después de la crisis, género que la motonáutica a la fecha qued a ra relegad a por parte de los astilleros y en vías de extinción en nuestro país (solo sigue la F1 Powerboat).

Las 10 leyendas

C omen za remos con una de las lanchas más tradicionales, que rompió todos los esquemas como primera familiar: la Pagliettini Gacelux. Una embarcación que se ofrecía con dos sistemas de propulsión, dentro-fuera o fuera de borda (Mercury). Sus dimensiones eran de 5,20 m de eslora y 2,10 m de manga, estaba construida en plástico reforzado en fibra de vidrio y tenía originalmente la proa cerrada. El astillero desarrolló una versión Open denominada en los ‘80 como RU51. Se destacaba por su muy buen espacio de cockpit para 6 personas y su alto puntal que la hacía muy

segura para navegar en el Río de la Plata.

Rival directa de la Gacelux, la icónica Bermuda Caribbean también se ofrecía en doble motorización dentro-fuera y fuera de borda( Evinru de ). Tenía una eslora de 5,02 my1,94m de manga. Su principal característica era una proa cerrada muy corta y en arrufo invertido (mejor visión), con acceso por el centro del parabrisas volcable. Característica que le daba lugar al cockpit más cómodo y grande del mercado para la época. Fue la embarcación de la que más unidades se fabricaron en el país (aproximadamente unas 2.500).

Regnícoli, por su parte, supo tener una gran cantidad de modelos emblemáticos, como la Albacora, Dina y 490, pero la que se destacó es la Dorado. Con más 3.000 unidades fabricadas, el primer modelo nació en 1963, se denominó VI, tenía fondo plano y tuvo 296 unidades. La acompañó la Dorado Pescador, con 311 ejemplares hasta 1981. Luego pasó a llamarse VII, donde cambió por un fondo en “V” y hasta 1983, cuando lanzó 1.707 unidades. De 1983 a 1997 se siguieron fabricando 650 unidades. Y hoy –llamada Dorado 160– continúa siendo una insignia de la marca, aunque ahora viene con proa open, 4,70 m de eslora, 2 m de manga y una imagen completamente renovada.

Otra de las embarcaciones que le permitió a muchas familias poder acceder a un pequeño minicrucero, con buenas comodidades interiores, baño y cocina en apenas 6,60 m de eslora fue la Arco Iris Fish Cabin 600, un desarrollo del año ‘95 que vendió varias unidades con motor fuera de borda de baja potencia, detalle que los hacía muy económicos, lo que sumado a lo bajo del calado le permitía poder meterse en los pequeños arroyos de nuestro Delta sin problemas.

Después de la crisis del 2 0 01, A st i l lero Canestrari Hnos. se atrevió a presentar una embarcación que rompería todos los esquemas hasta la fecha: la Cuddy 215, tanto en versión dentro-fuera como fuera de borda. En apenas 6,55 m de eslora tenía una gran cabina en proa, con baño y buena altura interior. Si bien las embarcaciones Cuddy ya habían estado presentes años anteriores, no habían tenido el furor de la 215, al punto que vendió más de 350 unidades y fue la precursora del segmento cuddy en la náutica argentina.

En el segmento de daycruiser, o crucero de día, hay dos embarcaciones que marcaron un hito. La primera y un poco más antigua de los años 70 fue todo un emblema del yatecito familiar: el Tarrab 101, de 7,65 m de eslora y 2,65 m

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