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Aventura a pura hoplias.

Excepcional pesca de tarariras en un campo entrerriano de Gualeguay, rico en posibilidades, con calidad y cantidad de ejemplares.

Por Wilmar Merino.

Esto empezó mal pero termina bien, acordate lo que te digo”, le comenté a mi compañero en este relevamiento, David Liuzzo ( Chiche Fly para los amigos), con quien horas antes nos hallábamos al costado del camino esperando una grúa tras un inconveniente mecánico. El caso es que, remolque y arreglo mediante con un mecánico salvador, llegamos a Gualeguay cerca de las 11 de la noche. En la base de la operación Hoplias Adventure nadie había cenado, esperándonos para hacernos compañía. Cansados pero sanos y salvos al fin, agradecimos el gesto y, tras un suculento asado, dormimos como bebés esperando al día siguiente nuestro encuentro con las grandes tarariras de Gualeguay, en un campo privado cuidado como pocos, donde compartiríamos jornada con un contingente de pescadores de ascendencia japonesa y otros clientes de nuestros anfitriones.

Pero… como dice el tango, “primero hay que saber sufrir”: al llegar después de 40 minutos de viaje al taruchódromo, el viento estaba muy bravo, conspirando contra toda chance de pesca en una especie muy sensible a este

factor climático. Mientras en el campamento base comenzaban los preparativos para el almuerzo (una carne guisada al disco), los pescadores nos esparcimos por estos eternos campos llenos de meandros, recodos y desbordes de aguas bajas de estos canales alimentados por el río Gualeguay, buscando suerte. El encuentro al mediodía solo reflejaba apenas una docena de piezas entre los 14 pescadores del grupo, muchas de las cuales las habían sacado aficionados que las pescaron con boyas plop y usando corazón de carnada (provistos ambos por los organizadores). El panorama sombrío fue matizado por un almuerzo reparador (bifes a la criolla hechos al disco), bajo los gazebos, intercambiando con nuestros compañeros de pesca orientales (visitantes frecuentes de este ámbito), estrategias a seguir por la tarde.

Con qué pescarlas

En este parate es bueno hablar de equipos. El bait, con sus tiros de precisión, fue la técnica más usada, ideal para lances cortos. Pero no hay que descartar el spinning, técnica especialmente útil a primer ahora, cuando nada rendía salvo recorrer grandes distancias de agua con un señuelo lipless. En ambos casos, cañas de 1,90 a 2,10 m, reeles acordes a cada modalidad con multifilamento y un remate de leader de fluorocarbon (ideal tener este terminal grueso, del 0,60, para izar las piezas en barranquitas) y un snap quita y pon, serán lo aconsejable.

Por suerte el tiempo se acomodó después de las 14, con un descenso del viento a casi cero. Aún con el agua un poco fría, la taba se dio vuelta. Una rana Spinit Highlander empezó a marcar diferencias, recogiéndola “a velocidad de rana que nada”. Es decir, accionándola muy lentamente. Los pescadores tendemos a recoger a mayor velocidad de lo que la tarucha puede perseguir en tiempos de transición, por lo que el pez descarta los ataques. Pero bajándole el ritmo al accionar de los artificiales, todo cambia. Los combos de cucharas con goma también fueron efectivos en ámbitos más profundos. Así empezaron a darse las primeras grandes en serio.

Pero ya sea en aguas con vegetación emergente (sobre todo

duraznillos) o en aquellas donde podíamos operar cranks barriendo agua, se dio una constante: donde dábamos con una tarucha, de seguro había más. Muchas más. Hubo colas de agua en donde por grupo se lograron hasta 25 ejemplares afuera, con lo que ello conlleva de piques errados, mostrando que la especie se agrupaba de modo gregario en sitios puntuales donde ganaba temperatura el agua y disponían de alimento.

Esta tarde todavía las tenía a media máquina por lo que señuelos de media agua como los Spin Fish, de Alfers, algunos lipless (con el retiro del triple delantero y solo dejándole un anzuelo simple atrás para evitar juntar basura), y loscomb os de cucharas con gr ubs,

en formato de ranas o gomas tipo Yum o Fálix, recibieron muchos ataques. Es decir, bajando unos centímetros desde la superficie se hacía la diferencia.

Cristian Battegazore, titular de Hoplias Adventure, nos acompañó un tramo de nuestra pesca y se lució con un soberbio ejemplar de 2,5 kilos, solo opacado por el taruchón de la jornada, una tararira tremenda de 3,5 kilos pescada por Facundo Kita que directamente estaba fuera de todo molde. La tarde nos encontró a Chiche y a mí en una cola de agua que no habíamos explorado antes y pescando en superficie con ranas tailandesas, artificiales que se tiran muy bien dado su gran peso y que generan una pesca visualmernte muy atractiva, pues las tarus muchas veces erran varios ataques hasta acertar, pero basta que se evidencien con el primero para volver a intentarlo, sabiendo que el señuelo las va a gatillar una vez más, y otra, hasta que den en el blanco, quedando prendidas del doble anzuelo trasero del artificial.

Teniendo en cuenta que en esta operación de pesca todos los vehículos deben salir juntos del campo a las 18, el fin de fiesta, que fue de las 16.30 hasta el final de jornada, fue a pura prueba de artificiales en superficie: paseantes como el Visfo, de Payo; el Ghost Walker, de Sebile; o con hélices como el Allure Whopper que trae Payo; ranas Thai como las Spider y las sliders como la Goziolure. Una fiesta ver las tarus tan activas y en tamaños buenos, de más de dos kilos, saliendo de sus lugares de acecho hasta frenar en seco al señuelo o –en el caso de las ranas tailandesas– toparlas con una fuerza que las mandaba varios centímetros sobre la superficie cuando atacaban sin acertar ni quedar enganchadas.

Pronóstico

Sin dudas si así fue el arranque de temporada, con un viento que nos quitó medio día de pesca y el agua fría de principios de primavera, lo mejor se dará en las semanas que siguen, donde la temperatura en aumento tendrá cálida el agua desde primera hora y las tarus estarán activas desde el arranque de cada jornada. No habíamos vuelto a casa y ya pensábamos en el regreso: “Tenías razón, lo terminamos bien”, reflexionó mi compañero revisando las fotos de la jornada, ya olvidado de los fierros y sus nanas. Es que un buen día de pesca deja todo lo malo atrás.

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2021-09-30T07:00:00.0000000Z

2021-09-30T07:00:00.0000000Z

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