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Misiles del puente Romero.

A orillas del río Salado, en Videla Dorna, Buenos Aires, el nuevo pesquero Monte Primero posee más de cuatro kilómetros de costa donde buscar lisas de interesantes portes. Líneas y carnadas rendidoras.

Por Gustavo Frontoni.

A orillas del río Salado, en Videla Dorna, Buenos Aires, el nuevo pesquero Monte Primero posee más de cuatro kilómetros de costa donde buscar lisas de interesantes portes. Líneas y carnadas rendidoras.

Buscando primicias y alternativas de pesca de costa, viajé hasta el río Salado con mi guía amigo Hugo Di Marco. La idea era pescar lisas de esas grandes y difíciles que nos atrapan en los sueños. Fue él quien me comentó que, en la zona de Zenón Videla Dorna, estaban saliendo ejemplares de muy buen porte, con excepciones de más de tres kilos. Así que, desde Quilmes, transitamos hasta la localidad de Monte y luego continuamos por RN 3 unos 10 km aproximadamente para llegar a esta localidad. Basta con seguir los carteles indicativos hacia la derecha para atravesar el pueblo y, tras 20 km, llegar al puente Romero. Luego de pasar el acceso se ubica el pesquero Monte Primero, de Claudio Villalba y familia, con muy buenos servicios y costa firme que permite pescar al lado del vehículo a lo largo de más de 4 km, y así darse el gusto de practicar con las lisas en época veraniega. Por sus características, el ámbito es también un muy buen pesquero de pejerreyes en épocas invernales. ¡Ya lo visitaremos!

En esta jornada nos acompaña ron Alberto F ron to ni, Leonardo Lingua y José Silla, con quienes salimos temprano sabiendo que los piques de la lisa se estaban dando a partir del mediodía, pero antes de eso queríamos dar con un buen lugar que Hugo nos había comentado: un sector de piedra sobre el río que no conocíamos, pero encontraríamos por sus referencias, ya que allí se aglomeraban las lisas. A las 8:30 ya estábamos con todo alistado en el lugar y separados 100 m en tres grupos para hacer el menor ruido posible. Sabemos que en esta pesca es fundamental el silencio, ya que se trata de una especie esquiva y muy asustadiza.

En cuanto a equipos, armamos cañas de 4,20 m de longitud y acción potente, que toleraran punteros desde los 80 gramos y líneas aéreas con plomadas de 100 g para hacer lances largos hacia la margen de enfrente. La distancia máxima a recorrer en el aire sería de unos 150 metros en este sector del río.

El pique

La primera lisa salió a las 12 del mediodía con una línea aérea de cinco anzuelos armada con boya ping-pong de 40 mm, de color verde manzana. Esta alternativa nos obligó a desarmar las líneas convencionales de tres boyas que días previos se venían utilizando, ya que la lisa había tomado la tercera bajada a un metro de profundidad. Para no fallar, todos los encarnes fueron de lombriz colorada. La

manera correcta de realizarlo fue formando un pulpito de cinco lombrices, de esta manera tendría movimiento y tentaría a la especie. Un dato importante ,más vinculado con la salud y con la nueva infraestructura del pesquero, es llevar mucho líquido para hidratarse y, también, un gazebo o sombrilla. Las horas del mediodía se tornan muy agotadoras debido a las altas temperaturas, tanto es así que a las 13 decidimos hacer un alto para almorzar e hidratarnos, aunque dejamos las cañas en el agua con la estrella del reel floja por si teníamos algún pique.

Por la tarde

Retomamos la actividad de pesca a eso de las 15, pero con un cambio: modificamos las líneas y sus profundidades porque empezamos a ver corridas y saltos de lisas alrededor de donde caían las boyas. Con esta modificación Hugo clavó un ejemplar de más de dos kilos que dio una pelea de más de cinco minutos, hasta que logró cansarlo y acercarlo a la costa para izarlo con el copo. Leo, por su parte, dio con otro ejemplar de muy buen porte. Y José, 10 minutos después, también tuvo su recompensa. Pero aún faltaba Alberto, quien tuvo suerte a última hora junto a Leo. Ambos con línea aérea levantaron dos ejemplares que fueron los más grandes de la jornada y que superaron los 2,5 kilos de peso.

Parecería que a última hora, cuando la gente se retira de estas costas y el agua se encuentra más templada, se afirma el pique de las lisas. Y no solo eso, sino que pasadas las 19 vimos que los portes mejoraban sustancialmente. En conclusión, la lisa es una pesca que exige paciencia y saber leer el agua, porque es una especie que nos mantiene en vilo muchas horas con la caña en mano. Si no queremos fallar, recomendamos la asistencia de un guía que nos ayude a detectar la ubicación del cardumen, sus movimientos y corrimiento entre las márgenes de arroyos y ríos, sitios donde se dan las mejores pescas cuando los ejemplares están acardumados.

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2022-01-07T08:00:00.0000000Z

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