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Rubias de aguas claras.

Relevamos la zona del balneario Reta, tanto de costa como embarcados. El resultado: muy buenas corvinas y variada. La clave: carnada, plomadas y conocimiento del lugar.

Por Marcelo Albanese.

Relevamos la zona del balneario Reta, tanto de costa como embarcados. El resultado: muy buenas corvinas y variada. La clave: carnada, plomadas y conocimiento del lugar.

Con muchas ganas de poder volver a este magnífico lugar de pesca, contactamos a Carlos Castro, quien nos adelantó vía telefónica que la variada estaba muy firme y que a ella se sumaban también buenos portes de corvinas rubias. Sin dudarlo, organizamos todo y partí en compañía de mi padre, Nicolás Albanese, hacia el Sur de la provincia de Buenos Aires, más precisamente al balneario Reta, a 587 km de la Capital Federal, una ciudad que pertenece al partido de Tres Arroyos y se ubica a 84 km de la localidad cabecera. Para acceder hayy qque transitar ppor Ruta Nacional 3 y, en el Km 531, doblar a la izquierda para tomar la ruta que conduce a Copetonas. A partir de allí, 25 km por asfalto más adelante nos dejarán en Reta. Con todo coordinado, en el destino nos esperaban Carlos Castro y su familia para darnos la bienvenida y alojarnos en cómodas cabañas. El plan comenzaba al día siguiente: por la mañana practicaríamos la pesca en modalidad de embarcado y, por la tarde, de costa.

Luchando contra la rompiente

El amanecer se presentóp con buen sol y un suave viento del noroeste. En la playa botamos la em-em

barcación a mano, tras contar los segundos entre ola y ola para atravesar la rompiente sin ninguna dificultad: son aproximadamente cinco olas y luego se forma el calmón, ese es el momento de zarpar, Y tras el grito: “A sujetarse”, Carlos aceleró raudamente para atravesar toda la rompiente en pocos segundos y comenzar a navegar hasta el primer lugar elegido, a unos 2.000 metros de la orilla, donde anclamos la embarcación y armamos los equipos para realizar los primeros intentos.

Equipos y carnada

Para la pesca variada de embarcado utilizamos cañas cortas que permitieran desenvolvernos con total comodidad dentro de la embarcación. También, reeles rotativos y líneas de dos anzuelos con plomadas de 200 a 400 g. Mientras que, para la pesca de costa, los equipos fueron de lanzamiento: cañas de 4 a 4,50 m con reeles frontales, nylon de 0,28 mm con una salida de chicote del 0,70; anzuelos 3/0 con bait clips y plomos de 150 a 180 g. Lo bueno de esta zona es que nos permite utilizar equipos básicos de pesca, porque con lanzar el plomo en la primera canaleta, a unos 40 o 50 m de la costa, ya nos aseguramos la respuesta de una rica variada. En cuanto a carnadas, optamos por

anchoas, langostinos y filetes de pescadilla, en ambas modalidades atadas con hilo elástico.

Plomos al agua

Luego de los encarnes, atamos prolijamente las carnadas con hilo elástico para que perduren un poco más en los anzuelos, largamos los plomos al agua en forma simultánea para ev itar enredos y enseguida notamos en nuestros aparejos piques de piezas chicas, mayormente de variada menor (bagres y pescadillas chicas) hast a que, luego de varios intentos, el aparejo de Carlos logró un buen pique de pescadilla. Recién ahí comenzaron los piques uno tras otro, a los que se sumaron corvinas rubias y congrios. Sin duda, la pesca estaba muy entretenida pero no dábamos con las corvinas de buenos portes, así que el capitán decidió mover de lugar la embarcación y buscar a las rubias en otra zona de más profundidad, para lo cual navegamos otros 2.000 m mar adentro, donde Carlos tenía un point marcado.

Ni bien llegamos al sector, Castro nos comentó que nos podían sorprender corvinas y pescadillas de buenos portes, así que volvimos a encarnar y... plomos al agua. Ni bien tocaron fondo, los piques fueron inmediatos y continuos. Mientras que por un lado Juan Cruz Castro lograba chuchos, pescadillas, rayas y sumaba algunos gatuzos; por el otro Nicolás Albanese, el guía y Gustavo Bacre (otro amigo de la casa), obtenían dobletes de pescadillas y corvinas. Si bien en este sector se mantuvieron más firmes los piques, las rubias grandes seguían sin aparecer. Intentábamos rotando las carnadas, hasta que el filete de pescadilla marcó amplia diferencia: los primeros cabezazos firmes llegaron y nos dieron otro panorama. En algún momento de la jornada no podían fallar, y así fue, con portes que rondaron entre los 2,5 y los 4 kg de peso.

Esta pesca de corvinas rubias se mantuvo muy firme y la variada complementaba una gran tarde que comenzaba a llegar a su fin. La idea era realizar unos intentos costeros antes de la caída del sol, y para ellos nos estaban esperando Santino Castro y Alexis Romeo. Así que con estas excelentes capturas

dimos por concluida la pesca de embarcado y aprovechamos las condiciones climáticas a nuestro favor para intentar dar con rubias desde la costa.

Lances de playa

Por la orilla recorrimos unos 4 km desde la bajada de los pescadores. Importante es saber que en determinados sitios no es necesario tener una camioneta 4x4 para moverse, pero en otros sí, porque la arena se pone muy espesa. El lugar elegido y conocido por los pescadores lugareños es el que denominan “La Zona de la Chatarra”, en dirección a la desembocadura del río Quequén, un sitio que se caracteriza por sus amplias playas y canaletas de pesca muy rendidoras. Con los equipos armados por Santino y Alexis, encarnamos los aparejos con el famoso sandw ichito de a nchoa y l a ngost i no pelado, el que atamos prolijamente con hilo elástico para que durara más y no se saliera al efectuar los lances. Los piques fueron instantáneos, tanto en lances lejanos como en la primera canaleta. Santino logró buenos portes de corvinas rubias más allá de los 100 m de distancia, mientras que Alexis intentaba con tiros en la primera y segunda canaleta, donde a las corvinas sumó pescadillas.

Por unos instantes los piques se dieron continuos, con dobletes de rubias que coronaron la tarde. Sin duda, las condiciones climáticas y mareas a nuestro favor nos ayudaron a obtener una gran variedad de especies: pescadillas, rayas, chuchos de buenos portes, bagres, len gua dos,gatuzos,c azo nes,brót olas, corvinas negras ypejer reyes. La jornada concluyó cerrando una tarde magnífica en familia, la que nos permitió llevarnos los mejores recuerdos de un lugar único con la mejor pesca.

Historia y naturaleza

Martín Reta fue un estanciero de la zona que en 1920 irrumpió en las costas bonaerenses y en 1928 fundó, en una de sus estancias, un pueblo al cual llamó Reta. Las playas de la zona son de arena suave y fina, con grandes dunas y más de 200 m de ancho en la parte principal, y unos 500 m si caminamos hacia el Este u Oeste. Posee, además, una albufera bellísima que se constituye en un área de refugio para aves, donde las condiciones climáticas del mar son, en general, extremas para estos animales.

Por otra parte, con sus 30 km de extensión, son las playas más largas de la provincia de Buenos Aires, con médanos de importantes dimensiones que las separan de la villa turística. Debido a la influencia de la corriente del Brasil, las aguas de Reta poseen una temperatura superior a la del resto de la costa atlántica. Y, dada su ubicación geográfica, son beneficiadas con unos amaneceres y atardeceres maravillosos, ya que el sol sale y se pone sobre el mar. Pesca y turismo, un atractivo combo que nunca falla, menos aún en verano.

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2022-01-07T08:00:00.0000000Z

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