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Por qué ganan los internos

El mercado de embarcaciones exclusivas para deportes náuticos sugiere que los motores internos brindan infinidad de ventajas respecto de los fuera de borda. ¿Verdadero o falso?

Por qué ganan los internos. Por Martín D’Elía.

El mercado de embarcaciones exclusivas para deportes náuticos sugiere que los motores internos brindan infinidad de ventajas respecto de los fuera de borda en actividades como wakeboard y wakesurf. ¿Verdadero o falso?

La teoría de que para deportes náuticos los motores internos son mejores tiene fundamento y es de larga data. Cada fabricante de lanchas para el otrora esquí o los actuales wakeboard, wakesurf y wake foiling, sugiere que para potenciar sus diseños y conseguir las mejores performances de olas para los deportistas, deben de tener motorizaciones internas.

Las embarcaciones para deportes acuáticos, aquí llamadas con simpleza lanchas para wake, se conocen en el mundo como lanchas de remolque o remolcadoras, y han ganado muchos adeptos en los últimos

15 años. Estadísticas de la Asociación Nacional de Fabricantes Marinos de los Estados Unidos aseguran que, desde 2007, los modelos de remolque han superado las ventas año tras año en forma contundente. Y los motivos son diversos: aumento de la popularidad del wakesurf y, más recientemente, el wake foiling: la electrónica y el equipamiento de nueva generación que logra conseguir olas personalizadas y guardadas en la memoria de los equipos que complementan los tableros y pantallas de timonera, diseños mejorados de torres de sujeción y arrastre, herrajes y comodidades superiores; y tanques de lastre de llenado y vaciado inmediato, entre otros conceptos. Pero toda esa carga de innovación choca con algo casi intocable a través de los años: la motorización interna. Los fabricantes de motores intraborda han liderado ese segmento y lo mantienen muy activo presentando siempre equipos de alta potencia y excelente rendimiento.

En 2015, con la introducción de Forward Drive de Volvo Penta, muchos otros fabricantes de este tipo de embarcaciones han estado trabajando por un lugar en este segmento de deportes acuáticos. Incluso los de motos de agua (motores a turbina) han desarrollado motos y botes con sistemas de lastre, dispositivos de modelado de olas de wakesurf y similares, ampliando así la oferta de estos deportes. La industria de la navegación deportiva resultó muy beneficiada con estas nuevas actividades que necesitan una embarcación y motor que, de forma antinatural a lo que un diseño de barco debe ofrecer, necesita hacer olas perfectas en condiciones de lastre en lugar de volar sobre ellas.

Nunca hubo tantas variedades de equipos, marcas, modelos y dimensiones de embarcaciones remolcadoras para elegir. Pero, a pesar de la afluencia de marcas y tipos de propulsiones, hay un hecho que sigue siendo el mismo: los equipos internos con V-Drive continúan produciendo las estelas de wakeboard y las olas de wakesurf de mejor y alto rendimiento. Y no es casual: los fabricantes de este tipo de embarcaciones con motores intraborda han pasado décadas estudiando y desarrollando rendimientos de estelas y olas como los elementos principales del diseño de carena y embarcación, en ese orden. Ninguna moto de agua, lancha con transmisión no convencional o fuera de borda se acerca a esos rendimientos.

Las carenas

En la actualidad, las formas del casco –tanto en su carena como en su obra muerta– de modelos con motorización interna se han rediseñado y modificado con el fin de producir estelas y olas perfectas. Constructores de los modelos alternativos, en cambio (incluidos los que fabrican embarcaciones de wakesurf con propulsión hacia adelante), centralizan el proyecto en la eficiencia general y se concentran en el rendimiento del casco, la velocidad máxima, el consumo de combustible, etc.

Es decir, algo más genérico aunque de excelente desempeño en general.

Y aquí la principal diferencia: las firmas líderes confirman que el objetivo básico de sus lanchas es crear una estela y una ola más grande y limpia, sin enfocarse en las eficiencias de alta velocidad o performances económicas. Cabe preguntarse entonces si al ser un nicho del mercado bastante compacto y con una buena cantidad de primeras marcas que se lo disputan, es necesario que existan tantas empresas de propulsión alternativa que dediquen tiempo y recursos para optimizar carenas. Particularmente, no creo que sea justificable para el modelo de negocio ni para los

compradores de barcos. Pero nadie se quiere quedar fuera.

Sistemas a bordo

En los últimos 15 años los cascos de estos equipos se han incrementado en eslora, altura del franco bordo y manga, a los efectos de sincronizar los rendimientos del wakeboard y wakesurf. En las lanchas más antiguas se solían llenar grandes sacos con agua para desplazar el casco, y luego hacer que todos a bordo se sentaran en un extremo o en la banda para que una persona pudiera surfear cualquier ola que se produjera. Hoy, los sistemas de lastre internos son totalmente programables. Las esloras actuales llegan a las 24 o 25 pies, con 1,5 a 1,7 toneladas de lastre en el doble fondo, diseñado para llenarse o drenarse en minutos un peso con carga de 2.800 kg y capacidad de 18 pasajeros.

El desarrollo de sistemas de lastrado consiguió, además, otro punto de inflexión: los tabs o placas accionadas hidráulicamente, montadas en los lados de babor y estribor en popa, que generan infinitas variedades de olas perfectas. Cada primera marca propone sistemas diferentes, pero todos están diseñados para producir resultados similares: olas limpias y personalizables (con propio control) para el wakesurf. Estas placas o tabs son esencialmente extensiones de la superficie de navegación del casco. Importante: una cosa es agregar algo de lastre y algunas placas a un casco existente, y otra completamente diferente es diseñarlas de manera específica sobre una nueva carena para lograr resultados de olas a medida.

Finalmente: la propulsión

Las ventajas de equipos con motor interno son la propulsión consistente, ya que el empuje de la hélice siempre va hacia atrás, por lo que mantiene una estabilidad de rumbo y la ola puede cobrar forma aún cuando el timón determine un giro a voluntad. En comparación, una lancha con propulsión hacia adelante o con la propulsión a chorro de una moto de agua gira, lo que significa que la dirección del empuje se mueve a medida que el capitán acciona el timón: empuje y dirección varían en forma constante e inmediata. Si bien es posible que esto no afecte demasiado el tamaño de la ola, sí juega un papel fundamental en su configuración y personalización. El motor interno, entonces,se queda con el podio en este punto.

Tiempo y experiencia

Cuando se trata de investigación y desarrollo de formas y rendimiento de fondos, nada supera al tiempo y a la experiencia. Y en este punto los fabricantes de lanchas de remolque con motor interno tienen una ventaja inicial porque han estado construyendo botes para deportes acuáticos de alto rendimiento durante años. Muchos de esos barcos eran para esquiadores acuáticos que buscaban estelas mínimas y hasta funcionaron mejor cuando los constructores comenzaron a alargar los fondos, expandir la manga, agregar más francobordo y sumar peso. Las estelas, y luego las olas, se hicieron más grandes y mejores. Más tarde, los mismos fabricantes de estos equipos con motor interno han estado integrando sistemas a bordo para que los pasajeros ajustaran personalmente las estelas y las olas con sistemas que nacieron rudimentarios, y hoy son exquisitos: fueron más de 30 años de camino recorrido.

En todos los casos, fabricantes de las marcas líderes y de las convencionales

utilizaron motores del tipo interno: mucha potencia, mucha fuerza de empuje, reductoras “V” drive para ubicar el motor sea en la sala de máquinas a popa o en el centro de la embarcación, siempre con acceso inmediato, e instalaciones finamente estandarizadas y calculadas en forma segura. Estos motores ofrecen una gran performance, una excelente ecuación peso/ potencia, consumos razonables, no tienen mayores problemas, y las constantes de lastre y deslastre de los tanques los tienen sin cuidado porque hay potencia de sobra. No cualquier motor naftero que se precie de tal tiene la oportunidad de probarse en un equipo de esta talla. Mercruiser y PCM Marine, entre otros, son la solución a este requerimiento: el eslabón necesario para crear olas. Por eso el tiempo los sigue manteniendo vivos en el mercado local y foráneo. Totalmente manejables, seguros, con inyección de combustible y con toda la potencia para desplazar toneladas de agua con el sólo fin de lograr una ola confiable y segura, ya que la hélice está siempre debajo del casco.

Por supuesto, nada de esto es un desaire para los barcos de deportes acuáticos que no son intraborda. Hay muchos por ahí que se desempeñan a niveles altos y, con la ayuda del tiempo, también han mejorado. Vuelvo al punto mencionado al principio del artículo: hoy existen más lanchas y equipos de alta calidad para elegir como nunca los hubo en la historia. Ese es un buen problema –o no– a la hora de decidirse. La pregunta final: ¿es usted un navegante que tiene un enfoque serio en los deportes acuáticos y quiere los mejores sistemas de rendimiento? ¿O es uno que necesita un poco más de versatilidad sin enfocarse tanto en surfear olas? Solo usted puede responder a esto.

NAUTICA

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2023-06-06T07:00:00.0000000Z

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