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Córdoba siempre renovada.

Escapada de cuatro días a la capital provincial para explorarla y tomarla de punto de partida para visitar los atractivos cercanos. Relax y aventura.

Patricia Daniele. Por

Escapada de cuatro días a la capital provincial para explorarla y tomarla de punto de partida para visitar los atractivos cercanos. Relax y aventura.

La ciudad de Córdoba es una de las más antiguas de la Argentina y también de las más grandes. Fundada en 1573 y con un rol importantísimo desde la época colonial, posee una gran vida cultural y universitaria. Hoy la tomamos como punto de partida para conocer los atractivos provinciales. Relax, de compras u observación de las estrellas, con apenas una hora en avión desde Buenos Aires, es el sitio ideal para hacer base. Acariciada por el río Suquía, con 576 km2, hay mucho para hacer aquí.

Partiendo de un hermoso casco histórico con acceso gratuito a sus edificios, es un buen punto para un recorrido a pie visitando la Catedral Nuestra Señora de la Asunción, ubicada frente a plaza San Martín (de 1577) y perpendicular al cabildo (sin torre), hoy Museo de la Ciudad: un hermoso edificio de 1786 que alberga la historia local y también sectores de exhibición artística. En los alrededores hay varias construcciones coloniales para fotografiar, e iglesias. Pero la que más se destaca es la del Sagrado Corazón de Jesús, o de los capuchinos. Multicolor, está en un barrio con gran movida nocturna: Nueva Córdoba, una zona preciosa llena de comercios, restaurantes y el Paseo del Buen Pastor, donde una fuente custodia las estatuas de Rodrigo y de La Mona Jiménez.

Hablando de La Mona, tiene su propio museo, una especie de restaurante temático con exhibición de trajes, calzado y premios del ídolo; escenario para shows, una gran barra ovalada y comida riquísima a precios populares. Abrió en septiembre del año pasado, hacen visitas guiadas y sirven desde desayunos a cenas tardías en un ambiente colorido y muy grato. Está en la avenida Núñez, cerca del Estadio Kempes. El local de dos plantas es tan colorido como el hijo dilecto de la provincia y su puesto de merchandising oficial está siempre lleno de fans que quieren llevarse un recuerdo.

Se recomienda almorzar o cenar en Bros Comedor, donde el joven chef Franco Ghione arma su propia fusión de sabores, en platos para compartir en un segundo piso inusual de la zona bancaria. En una carta eclética hay que probar Tacosaña o Pacú a la talla y de

postre la mousse que se termina con un toque de aceite de oliva o la pannacotta que se baña con café caliente. ¡Impresionantes!

Salames como en il Friuli

Ahora sí, salgamos de la ciudad para recorrer los alrededores, teniendo en cuenta que todo está cerca. Hay un destino a 32 km que tienta al paladar: Colonia

Caroya, zona de chacras, ciudad donde se respeta la siesta (lo que quiere decir que entre las 13 y las 17 solo se ven a los chicos salir del colegio) y donde se elabora el salame picado grueso (55 % de carne de vacuna, 35 de cerdo y el resto de tocino) que detenta Indicación Geográfica desde 2013. La mayoría de sus 27.000 habitantes descienden de inmigrantes italianos, del Friuli, que trajeron su costumbre de madurar los embutidos en sótanos durante 21 días, como nos mostró Martín Piazzoni, quien mantiene la tradición familiar elaborando además bondiola y jamón crudo muy ricos. Se los puede comprar en su local y también saborear en el bar 9 de Julio que está en la esquina, administrado por Ricardo.

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2023-06-06T07:00:00.0000000Z

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