La brecha productor-consumidor es de seis veces

Cada mes que pasa, un consumidor paga en las góndolas mucho más que lo que recibe un productor cuando vende ese mismo bien; el tomate estuvo prohibitivo esta semana y llegó a costar en verdulerías unos $ 530 cada kilo.

De acuerdo con el nuevo relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el productor de alimentos frescos no procesados recibió, en promedio, 5,8 veces menos de lo que abonó por ellos el consumidor en góndola.

Comparando esta medición con la inmediata anterior, realizada en noviembre, se corrobora la tendencia de crecimiento de esta brecha de precios, que se incrementa en un 0,7% para los 24 principales productos agropecuarios que conforman la mesa de los argentinos.

Asimismo, el estudio de CAME indicó que los comercios de cercanía e hipermercados incrementaron los precios de estos alimentos en un 2,3% y 0,25% respectivamente, mientras que los productores lo hicieron un 8,76%.

De no haber sido por el “efecto calabaza”, un desplome en el precio que recibe el productor de la hortaliza que amplió la diferencia con su valor de venta, ahora 17,6 veces más alto, la brecha entre los precios para el público y los del productor hubiera decrecido un 6,4%. A causa del “efecto”, la participación del productor en los precios finales apenas mejoró 1,2% alcanzando el 26,3% en diciembre.

Además, de acuerdo con CAME, los comercios de cercanía tuvieron mejores precios que los hipermercados en 19 de los 24 productos relevados. La mayor disparidad la registró el tomate, protagonista de un desmedido aumento que ya venía dando la nota desde el cierre del año pasado. Mientras que en los negocios de cercanía el tomate se comercializó en $ 149,8 por kilo, en los hipermercados su valor llegó a trepar hasta $ 185,4, alcanzando una diferencia del 23,7% entre ambos precios conforme con los registros de CAME.

Un tomate al rojo vivo. El precio del tomate se incrementó un 27% en el último mes. Sin embargo, lo que más sorprendió fue la variación de su precio “por barrio”, de acuerdo con el relevamiento realizado en comercios minoristas por Héctor Polino, director de Consumidores Libres. Mientras que en Recoleta se comercializa en torno a los $ 230, en Palermo alcanzó los $ 530.

Al respecto, Polino recordó la exagerada suba del tomate del año 2012, pero hizo hincapié

Los comercios de cercanía mostraron mejores precios que los hipermercados

en el boicot que rápidamente acomodó su precio con “un resultado muy positivo”.

Ayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó en una entrevista con Le Figaro que la inflación es un problema generalizado que afecta a toda la economía, es nuestra prioridad, junto con la creación de empleo.

Reiteró que la suba de precios “tiene múltiples causas, entre ellas un componente monetario, ligado al histórico problema de balanza de pagos de Argentina”. Dijo que “cuando la economía crece, si las exportaciones no siguen el mismo ritmo, se producen tensiones en la balanza de pagos que provocan una depreciación de la moneda y alimentan la inflación”.

Y consideró como segundo factor “la financiación del déficit público. La falta de mercados de capital domésticos se suma a las presiones inflacionarias”, pero remarcó que “estamos en el proceso de