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Un camino propio

La búsqueda de la belleza, la salud y el bienestar personal domina hoy a la hora de tratamiento elegir un de belleza. Cuáles y cómo son las nuevas tendencias en medicina estética.

FOTOS: CHRISTIANE BAUMGART. ESTILISMO: JULIA NESTER.

Hace tiempo que la postura en contra de los retoques estéticos y la cirugía plástica está retirándose del diálogo de la belleza. Orgullosas o arrepentidas, las famosas blanquean la situación sobre sus cambios morfológicos a golpe de inyección o bisturí a los que se sometieron.

Para muchas sociedades cualquier intervención todavía sigue estando en el punto de mira, asociándose a personas con complejos y una población superficial.

Sin embargo, factores como la educación beauty que recibimos desde hace años, y que se multiplicó con las redes sociales, está cambiando la reputación tanto de tratamientos no invasivos como del bisturí.

La evolución del concepto rígido de “belleza ideal”, la ruptura en las fronteras de género y la búsqueda de lo diverso y personalizado propulsaron que más de 25 millones de personas en el mundo se sometan cada año a una cirugía o un procedimiento estético, según el informe anual de la consultora Fortune Business Insights. Del estudio también se desprende un cambio que no pasa inadvertido, la estética ya no está considerada como algo frívolo y la libre elección de la imagen dejó de estar ligada a un estereotipo superficial. Sobre todo, para las mujeres, porque eran las que estaban siempre en la mira. En los últimos años, la sociedad superó varios lugares comunes, entendiendo todos esos aspectos como una forma de expresión, que corrobora la libertad de la mujer a la hora de vestirse, peinarse, maquillarse y, por qué no también modelar su rostro, que incluso puede considerarse como símbolo del empoderamiento.

Gana lo natural

Pocas cuestiones relacionadas con la belleza tienen hoy tan buena reputación como la naturalidad. Descubrir la mejor versión de uno mismo se convirtió en mantra. Y los avances científicos y tecnológicos están alistándose en esas filas, con un crecimiento explosivo y más accesible a una forma de cuidado que va más allá de los cosméticos. Es el tema candente de foros y debates. En especial después del informe de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), por el que corrieron ríos de tinta.

¿El motivo de tanta polémica? La mesa redonda se formó después de que la organización echara luz sobre el concepto “anti edad” y expresara la necesidad de reconsiderar esta definición. Porque básicamente no existe ninguna fórmula (ni de venta libre, ni recetada) que haga milagros. Claro que una rutina a base de ingredientes activos aplicados de manera tópica, una buena limpieza, el uso de protección solar, entre otras buenas costumbres, son vitales para mantener el buen estado de la piel. Tampoco ningún tratamiento da excelentes resultados, si no lo acompañamos con un buen cuidado cutáneo diario.

Derribando mitos

Lo que hoy se buscan son métodos o intervenciones con protocolos que no alteren los rasgos ni provoquen cambios drásticos en la cara. Verse bien “sin convertirse en otra persona”, es la búsqueda de quienes quieren atenuar los signos del envejecimiento sin borrarlos por completo. Con ese objetivo, existen cada vez más opciones para disfrutar de una piel más suave, hidratada y luminosa. El conocimiento sobre el tema es el antídoto contra las falsas creencias y un acercamiento menos prejuicioso hacia la consulta con el dermatólogo o el cirujano plástico. A medida que estamos más informados sobre los nuevos procedimientos, sus pros y sus contras, las posibles contraindicaciones y sus ventajas, nos empapamos más sobre lo que hoy nos ofrece la medicina estética.

Así como también resulta menos probable que las caras en serie que vemos en las redes resulten de influencia. Otra de las variables que está quitando a estos métodos del casillero del tabú es el hecho de que son cada vez más los que logran hacer una autorreflexión y discernir sobre su imagen, sin distorsiones. Es decir, tener claro cuando se trata de una necesidad de sentirse a gusto con la propia imagen y jamás caer en el peligroso efecto filtro de Instagram. Mientras estos tratamientos se vayan naturalizando cada vez más, seguramente resultará más fácil terminar con el juicio tan arraigado de que cualquier “retoque” puede convertirnos en Mickey Rourke de un momento al otro. Y en esta cuestión es fundamental la elección del profesional al que vamos a entregarle el aspecto de nuestra cara o cuerpo.

“La sociedad está mucho más abierta a probar láser o rellenos porque existe más información al alcance”, comenta el dermatólogo Christian Sánchez Saizar. Y añade que, si bien está menguando el miedo a sentir dolor por un pinchazo, el verdadero temor es deteriorar la naturalidad. Es interesante lo que sucede con el ácido hialurónico. Quizás la explosión beauty de este activo se volvió tan viral que llevó a muchos a preguntarse “¿qué resultados daría si se aplica de manera inyectable”?

Al tratarse de un ingrediente que mejora la firmeza, la luminosidad, la tonificación, cada vez atrae más a los jóvenes, que se animan a empezar a estimular la piel y mantener su óptimo estado durante más tiempo.

Los menores de 18 años son el grupo más permeable al bombardeo de parámetros erróneos de “belleza”. El

hialurónico “EL

ES UN INGREDIENTE QUE MEJORA LA FIRMEZA, LA tonificación, LUMINOSIDAD, LA

CADA VEZ ATRAE MÁS A LOS JÓVENES, QUE SE ANIMAN A EMPEZAR A ESTIMULAR

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Y MANTENER SU ÓPTIMO ESTADO DURANTE MÁS TIEMPO”.

Belleza

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