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“Toda estigmatización es peligrosa”

El multifacético artista vuelve al teatro con una comedia. Amor de tres décadas, reflexiones y el trabajo junto a Daniel Day- Lewis.

MARCELA SOBERANO @soylasoberano

Es

un hombre renacentista, le interesa todo y tiene el raro don de meterse a fondo, sin prejuicios en cada proyecto. Se dice que le cae bien a todo el mundo y es verdad, ¿cómo puede caerte mal un tipo como Boy Olmi? Imposible.

Actor de cine, teatro y televisión, director, documentalista, cineasta, amante de la naturaleza, conductor, participante del “Bailando”, favorito sentimental de “Masterchef”. Boy Olmi es tan curioso que pudo estar en Rebelde Way, en clásicos del cine nacional como como “La búsqueda”, “Noches sin lunas ni soles”, hacer “Espejos circulares” dirigido por Javier Daulte y sobrevivir a un par de realities con solvencia y también manteniendo intacto el amor del público. Su pareja de 30 años con la actriz Carola Reyna es una de las más queridas, ¿el secreto? Son genuinos.

Conduce el tradicional programa cultural “La hora exacta” junto a Teté Coustarot, pero por estos días enfrenta el desafío de subirse al escenario junto a Soledad Villamil, Laura Oliva, Paula Ransenberg , Ailin Zaninovich y Tupac Larriera. Es uno de los protagonistas de “Para mí, para vos”, la desopilante comedia chejoviana dirigida por Héctor Díaz.

Del universo de Chéjov al Bailando, el hombre que alguna vez actuó con Daniel Day- Lewis habló con NOTICIAS.

NOTICIAS: Vuelve al teatro con una obra ganadora del Premio Tony, ¿eso tuvo peso a la hora de decirle sí a “Para mí, para vos”?

Boy Olmi: Es un respaldo importante, pero sobre todo esta obra es un desafío fabuloso porque es divertida, comercial, popular y graciosa con un sustrato muy profundo que la vincula con el universo de Chéjov. En el original como vos sabés se llama “Vania and Sonia and Masha and Spike”, donde aparecen tres personajes chejovianos traspolados a otra realidad, con los conflictos de ese mundo, pero dentro de una comedia contemporánea argentina que ocurre en Villa Elisa, en una casa de campo. Es muy lindo poder manejar esos dos planos simultáneamente, la gran inteligencia que tiene el autor

Christopher Durang es haber desarrollado una pieza tan original, que en manos de un director como Héctor

Díaz y de un elenco hermoso, va a dar un resultado muy diferente.

NOTICIAS: ¿Un director que también es un gran actor como Héctor Díaz hace la diferencia?

Olmi: Todos los directores deberían conocer cómo es el funcionamiento del actor porque somos una maquinaria muy misteriosa, el actor es su propio instrumento, entonces la ejecución obedece a reglas propias. Los actores somos raros porque funcionamos todos de manera diferente, simplemente porque las personas somos distintas y también muy parecidas en el fondo. Un actor que dirige ha disfrutado y padecido todo eso en carne propia. A

Héctor le da cierta ventaja saber por qué cosas pasamos los intérpretes cuando nos piden resolver algo.

Él es de una minuciosidad, de una inteligencia y al

mismo tiempo de un humor que cala muy hondo.

NOTICIAS: A riesgo de spoilear vamos a revelar algo, el personaje que usted interpreta es gay. ¿Cómo lo encaró?

Olmi: Es gay, pero también se está preguntando mucho qué le pasó con su vida, con su capacidad de amar, de disfrutar y de volar libremente. Por lo cual podríamos preguntarnos qué quiere decir ser gay, ¿es que te gusten los hombres? ¿Es que no te gusten las mujeres? ¿Es tener una vida sexual activa con gente de tu mismo género? Estas son las cosas que se está cuestionando Vania, temas que dieron vuelta desde hacía rato y que él tapó.

NOTICIAS: ¿Cómo se crea una complicidad entre hermanos en escena?

Olmi: Somos un grupo de actores que algunos nos habíamos cruzado más y otros menos, pero estamos experimentando eso que le pasa a los trapecistas, saltar y confiar en que el otro te va a agarrar. Y se ha generado una confianza tal que todos los días nos arrojamos a ese salto al vacío para caer siempre bien parados.

NOTICIAS: Cuando usted dirigió el cortometraje experimental “The man of the week”, que recorrió muchísimos festivales, todos esperaban que inmediatamente llegara su debut como director en un largometraje, pero pasaron 20 años hasta su primera película, “Sangre del Pacífico”. ¿Por qué tardó tanto?

Olmi: Creo que la vida es un proceso continuo lleno de escalones y algunos son más altos que otros, no sabés con qué te vas a encontrar. Cuando uno en el mundo del cine combina algo aparentemente tan antitético como la poesía y la industria, como fue el intento de “Sangre del Pacífico”, me llevó muchos años lograrlo. No por falta de ganas sino porque necesité un proceso interno de crecimiento para decidirme a hacerla. Además de director soy productor porque producir significa hacer posibles proyectos, suelo estar ocupado en un montón de cosas distintas al mismo tiempo. Algunas como actor, otras como comunicador y director, como ser humano despierto a las experiencias que la vida me va trayendo… Por eso ahora estoy conduciendo en televisión a la par de hacer teatro, por ejemplo.

NOTICIAS: Con respecto a su faceta de conductor, “La hora exacta” es un programa que apuesta a la cul

tura general con un formato donde el timing es muy importante. ¿Se ocuparon especialmente de eso en su dupla con Teté Coustarot?

Olmi: Me parece que cuando uno es generoso y honesto las herramientas que trae las pone al servicio de cualquier proyecto. Teté es una profesional fabulosa, con un conocimiento y un manejo como periodista y conductora que es admirable. Yo tengo una impronta mucho más lúdica, de dejarme atravesar por las emociones que se generan en el momento.

“La hora exacta” me da la posibilidad de acompañar también un momento personal donde reflexiono acerca de lo que estamos haciendo los seres humanos en la Tierra, esos estímulos que son las canciones, las películas, los libros, me llevan a entrar por distintas ventanas y preguntarme de dónde venimos, cómo estamos y hacia dónde queremos ir.

NOTICIAS: Hablando de hacia dónde ir, junto a su pareja Carola Reyna alquilaron un motorhome e hicieron un viaje bastante peculiar. ¿Cómo fue esa experiencia?

Olmi: Viste que la vida es un viaje y la pareja es otro viaje dentro de ese. Con Carola llevamos tres décadas de amor, compañerismo, diversión, atracción, eso nos conduce a veces a tener rutinas establecidas y otras veces a romperlas en busca de la sorpresa necesaria para estimularnos. Nos gustan mucho los viajes, las personas, la naturaleza, y si bien yo tengo una vida más entrenada que Carola en hábitats extremos porque he dirigido películas en el Aconcagua, en la selva, en los glaciares, y ella es más urbana, queríamos concretar algo que combinara un poco todo eso. Así que retomamos este sueño postergado que teníamos de viajar en motorhome. Después de la pandemia dijimos: “Subámonos a un carromato y salgamos a recorrer“. Nos fuimos primero a Mendoza y tuvimos experiencias divinas porque habíamos hecho un diseño del recorrido basado en una gran diversidad, desde el hippismo descontrolado a la alta gastronomía sin escalas (risas), de la paquetería de las estancias a la naturaleza salvaje, noches con camioneros, meditadores, artesanos y con artistas, fue una experiencia muy plena que queremos continuar.

NOTICIAS: Justamente tuvo una experiencia que no sé si fue salvaje, pero seguro fue única. No es algo que se sepa demasiado, pero usted actuó con Daniel Day - Lewis en la película de Carlos Sorín “Eterna sonrisa de New Jersey”. Cómo fue ese rodaje.

Olmi: ¡Es verdad! (se ríe) Fue un viaje delicioso, no solo porque filmamos en la Patagonia sino porque Daniel Day - Lewis es de esos actores monumentales que nosotros, desde nuestro lugar en el oficio admiramos muchísimo. Me tocaron un par de escenas junto con él y las disfruté un montón. Es una película que prácticamente no se vio en Argentina porque hubo divergencias y para mí fue una gran placer estar mano a mano como estoy con vos, pero con Daniel Day- Lewis. Él venía de ganar el Oscar con “Mi pie izquierdo”, imaginate, un tipo de enorme sensibilidad y de un gran humor. Aunque no parezca es muy divertido, se tentaba mucho y en algún momento no podíamos trabajar por lo que se reía, teníamos una escena muy disparatada y para mí era una especie de privilegio que semejante actor se tentara con algo que le estaba proponiendo hacer.

NOTICIAS: En "Masterchef" usted propuso algo bastante original, un plato a base de langostinos que lo remitía a su niñez y eso desató una polémica impensada. ¿Algunos creyeron que hay una infancia de langostinos y otra de milanesas ?

Olmi: Se dio algo interesante para pensar, toda estigmatización es peligrosa. Definir a una persona por una anécdota es muy limitado, parece una pavada, pero no lo es, el plato de mi infancia no son los langostinos sino las comida que nos hacían a todos. Hice una reflexión sobre que una vez mi abuelo nos llevó a comer langostinos y me fascinó, fue un recurso del momento, si eso genera una creencia que categoriza a una persona es algo muy chiquito. "Masterchef" es una experiencia maravillosa, toma a la cocina como disparador de las emociones que genera en los participantes, se nutre de los sentimientos que afloran y por eso es un producto tan exitoso.

Los actores somos raros porque funcionamos todos de manera diferente, simplemente porque las personas somos distintas y también muy parecidas en el fondo.

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2023-05-25T07:00:00.0000000Z

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