Del reggaeton a Hollywood

Cómo llegó a la fama mundial con un hit en "Rápidos y furiosos". Bullying y rebeldía.

La de María Becerra es una historia de superación y de obstinación en pos de un objetivo. De refugiarse en videos de YouTube para luchar contra su timidez a tener millones de seguidores en todas sus redes sociales. De sufrir bullying a volverse la referente de miles de jóvenes que la idolatran y la ven como modelo a seguir. La artista no sólo es furor cada vez que uno de sus nuevos temas sale a la luz, sino que ahora a ese liderazgo de la escena de la música urbana y el reggaeton en el país le sumó el desembarco en Hollywood. Su canción “Te cura” forma parte del soundtrack de “Rápidos y Furiosos X”, la anteúltima película de la exitosa saga de acción y autos deportivos, y hasta el protagonista del film, Vin Diesel, la llenó de elogios: “Es increíble, la está rompiendo y representa al país”, dijo el musculoso actor dejando en claro que Becerra ya traspaso fronteras.

“La nena de Argentina”, tal como se conoce a la cantante, logró a sus 23 años consolidar su carrera musical pero, además, hacerlo a su modo: venciendo miedos y prejuicios, consonstruyendo su proropio camino y connvirtiéndose en el ejemplo más caabal del cambio de e paradigma para a la industria cul--tural que significan las redes sociales y las nuevas tecnologías.

CR EACIÓN.

“Terminé desafiando el destino. O el desti--no me desafió a mí y yo pude llelegar adonde siemmpre creí que iba aa a llegar”, reflexionó sobre su reciente desembarco artístico en Hollywood. Es que la suya no es sólo una historia de superación, sino también un signo de época. El éxito de Becerra es el de un fenómeno que no para de crecer y ganar adeptos entre los centennials: el “do it yourself” y la desintermediación. Jóvenes que encuentran el éxito apostando por ellos y yendo por fuera de las estructuras conocidas y consolidadas. Como muchos de sus compañeros de la escena de la música urbana que hoy son las celebs de moda y cotizadas, Becerra se hizo a sí misma. Con una computadora y su creatividad como únicos elementos creó una carrera. Y en su caso, además, a la utilizó para curar heridas.

En plena ad adolescencia, cuando arrancaba el se secundario, fue diagnosticada con défi déficit de atención. A eso le sumaba un problema recurrente que parecía no tener solución: era víctima con constante de bullying en su colegio y solía llegar con moretones a su casa producto de los golpes que recibía. Incluso, en una oportunidad, sólo el sonido del timbre que indicaba el fin del recreo la salvó de ser abusada por cinco compañeros dentro de la escuela. “Que te metan todas estas cosas tan de chica en la cabeza, que el problema sos vos, que estás haciendo las cosas mal, que te lo merecés. Todo eso crea un caparazón que es difícil que desaparezca. Sufrí mucha depresión y, por mucho tiempo, fui muy sumisa y me creía inútil”, recordó sobre esos días.

El bálsamo lo encontró en las redes sociales. Con 12 años se hizo famosa gracias a un vídeo que se hizo viral en Facebook y dio inicio a una incipiente carrera de influencer que se coronó en el 2015 con su propio canal de YouTube. “Quería exponer todo el tiempo lo que hacía. Quería mostrárselo al mundo. Por eso me creé mi canal; porque con mi timidez no tenía que estar enfrente de nadie pero la gente me veía”, explicó. Combatiendo sus propias inseguridades y el hostigamiento de terceros, Becerra se convirtió en una celebrity de las redes incluso ganando premios por su labor. Sin embargo, en un nuevo desafío al destino, optó por perseguir su verdadero sueño. Porque si bien la fama ya le sonreía, su deseo no era ese, sino otro: “Yo no quería ser famosa, sino artista”.

Recién en el 2019 Becerra dio a conocer sus primeras tres canciones. Entre el miedo al qué diran, al hecho de abandonar el contenido que la hizo famosa y las dificultades de lanzarse al ambiente sin padrinos ni una

SE LANZÓ COMO CANTANTE RECIÉN EN 2019 Y PARA 2020 YA ERA LA ARTISTA ARGENTINA MÁS ESCUCHADA.