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PENALES Y PIÑAS

EL TORNEO QUE SE DISPUTÓ EN PARAGUAY TUVO SUS PARTICULARIDADES: PALERMO ERRÓ TRES PENALES EN UN PARTIDO, Y BIELSA Y CALDERÓN TERMINARON A LAS TROMPADAS.

La titánica carrera del delantero argentino Martín Palermo está repleta de gestas antológicas. Goles de todo tipo y en cualquier circunstancia hilvanaron una gigantesca galería de éxitos. No obstante, la tarde del 4 de julio de 1999 será siempre recordada por su récord mundial… negativo. Ese día, cuando las selecciones de Argentina y Colombia chocaron por la Copa América de Paraguay, los arcos que debió enfrentar Palermo en el estadio Feliciano Cáceres de la ciudad de Luque parecieron tener mucho menos de 2,44 metros de alto, porque el rubio delantero desvió dos penales sobre el travesaño, a los 5 y 76 minutos. A los 90, el árbitro paraguayo Ubaldo Aquino marcó una tercera “pena máxima” para Argentina.

“Tomé la pelota, miré al banco y no vi ninguna indicación. El Ratón [Roberto] Ayala me preguntó si estaba bien y le dije que sí. Nadie se ofreció. Si alguien lo hubiese hecho, no me habría opuesto. No estaba encaprichado en patearlo yo sino que consideré que, al no haber otro candidato, me correspondía a mí, que era el encargado de los penales… Para que no se me fuera alta, esta vez lo tiré a media altura, sobre la izquierda de [el arquero Miguel] Calero, pero otra vez sopa: me lo atajó”, relató el mismo Palermo.

En ese mismo encuentro, el referí Aquino concedió otros penales al equipo cafetero: el portero albiceleste Germán Burgos le paró uno a Hamilton Ricard e Iván Córdoba anotó el restante. Palermo admitiría tiempo después que esa aciaga tarde había quedado marcada a fuego. “En la final por la Libertadores contra el Palmeiras (el 21 de junio de 2000, casi un año después), rezaba para que no llegáramos a una definición por penales», reconoció. De todos modos, el goleador no se achicó y fue uno de los encargados de tirar: su exitosa conquista, por fin, contribuyó para que Boca se quedara con la Copa en el estadio paulista Cícero Pompeu de Toledo, conocido como Morumbi.

Escándalo. La temprana eliminación de la selección argentina de la Copa América de Paraguay 1999, en cuartos de final ante Brasil (dos a uno en el estadio Antonio Oddone Sarubbi de Ciudad del Este), generó una tormenta en el seno del plantel que dirigía el técnico Marcelo Bielsa. Con el ambiente muy caldeado por lo que los futbolistas, entrenadores y dirigentes consideraban una prematura despedida del torneo continental, el entonces delantero de Independiente José Luis Calderón no tuvo mejor idea que increpar a Bielsa para reprocharle que no lo había incluido en el equipo en ninguno de los cuatro partidos disputados por la escuadra albiceleste. La vehemente discusión se desarrolló en el salón de embarque del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi de Asunción, a la vista y oídos de otros pasajeros, como un fotógrafo de la Agencia Diarios y Noticias (DYN) que fue testigo privilegiado de lo ocurrido.

El entredicho se gestó por una entrevista que, desde Paraguay, Calderón había concedido a una radio argentina la noche anterior al regreso. A lo largo del reportaje, el atacante rojo manifestó su malestar contra el entrenador por no haberlo tenido en cuenta un solo minuto a lo largo de la competencia (Calderón ya había protagonizado un hecho similar luego de la eliminación argentina en la Copa América de Bolivia 1997, casualmente también en cuartos de final, porque el técnico anterior, Daniel Passarella, no lo había seleccionado para el match definitorio ante Perú). Minutos antes de que el plantel subiera al avión que lo trasladaría de vuelta a su patria, Bielsa recibió un llamado que lo alertó sobre los dichos de Calderón. Enseguida, en caliente, citó al defensor Roberto Ayala y al mediocampista Diego Simeone, capitán y subcapitán del equipo respectivamente, para que congregaran a todos los jugadores allí mismo. “Marcelo, ¿no le parece que este no es el lugar adecuado?”, cuestionaron Ayala y Simeone. “Ustedes reúnan al grupo”, porfió el entrenador. Agrupados los deportistas, se generó el siguiente diálogo:

Bielsa: Calderón, no mereciste haber venido. ¿Cómo pudiste haber dicho públicamente que acá estuviste de más? Le faltaste el respeto al grupo.

Calderón: Es que yo estuve de adorno, reconocelo. ¿Para qué carajo me trajiste?

Bielsa: Sos una basura por decir eso. Calderón: Y vos sos un hijo de p... El técnico, desencajado por el atrevimiento verbal del delantero, se abalanzó sobre Calderón para golpearlo, pero fue contenido por varios de los futbolistas que habían asistido al altercado como testigos. Según el reportero gráfico que presenció el inusual suceso, “Bielsa intentó avanzar sobre Calderón y se produjeron forcejeos para separarlos”. El entrenador trató de poner paños fríos a la violenta situación durante una conferencia de prensa ofrecida al llegar al centro de entrenamiento de la Asociación del Fútbol Argentino en Ezeiza. Calderón nunca volvió a ser convocado a la Selección.

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2021-06-19T07:00:00.0000000Z

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